Este viernes 15 de agosto, Donald Trump y Vladimir Putin, se verán las caras en un encuentro de alto perfil en Anchorage, Alaska. Según confirmó la Casa Blanca, la reunión tendrá lugar en la base militar Joint Base Elmendorf-Richardson, a menos de diez kilómetros del centro de la ciudad.
La portavoz presidencial, Karoline Leavitt, explicó que “este es un ejercicio de escucha para el presidente (Trump). Solo una de las partes involucradas (Putin) estará presente, así que servirá para obtener una mejor comprensión de cómo podemos poner fin a esta guerra”. Leavitt también expresó su confianza en que en el futuro pueda celebrarse una cumbre trilateral con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, e incluso dejó abierta la posibilidad de que una reunión similar pueda tener lugar en Rusia.
La cita será la primera entre Trump y Putin desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania en 2022. Antes de viajar a Alaska, el líder republicano mantuvo contactos virtuales con Zelenski y con dirigentes europeos, quienes insisten en que cualquier acuerdo de paz debe incluir la voz de Ucrania.

“El único lugar en Alaska que cumple con los requisitos de seguridad”
Joint Base Elmendorf-Richardson, sede de la cumbre, es la instalación militar más grande de Alaska y combina una base de la Fuerza Aérea y un fuerte del Ejército estadounidense. Alberga a unas 32.000 personas, alrededor del 10% de la población de Anchorage, y está considerada estratégica tanto por su ubicación en el norte del Pacífico como por su historia durante la Guerra Fría.
La decisión de celebrar el encuentro allí responde a criterios estrictos de seguridad. Según CNN, fue “el único lugar en Alaska que cumple con los requisitos de seguridad” para una reunión de esta magnitud, a pesar de que la Casa Blanca prefería evitar la imagen de recibir al presidente ruso en una instalación militar de EE UU.
El lugar también tiene un significado histórico: Alaska fue parte del Imperio ruso hasta que Estados Unidos la compró en 1867. El asesor de asuntos exteriores de Putin, Yuri Ushakov, consideró “enteramente lógico” que la delegación rusa cruce el estrecho de Bering para una cumbre “tan importante y anticipada”.
Anchorage: la puerta de entrada a Alaska
Anchorage, con unos 300.000 habitantes, es la ciudad más grande del estado, aunque la capital política se encuentra en Juneau, a unos 570 millas (casi 920 kilómetros) de distancia. Situada entre las montañas Chugach y la ensenada de Cook Inlet, Anchorage combina paisajes naturales espectaculares con una función clave como centro económico y logístico de la región.
Es conocida por su clima extremo, su cercanía a glaciares y parques nacionales, y por ser un punto estratégico en las rutas aéreas del hemisferio norte. La base militar en la que se desarrollará la cumbre está rodeada de montañas nevadas, ríos y lagos, lo que, según el Departamento de Defensa, configura un entorno “pintoresco y majestuoso” que también implica desafíos logísticos: se recomienda a los visitantes llevar kits de emergencia, comida, mantas y combustible adicional debido a su aislamiento.

Tantear posiciones
El secretario de Estado, Marco Rubio, describió la reunión como una “feel-out meeting” —un encuentro para tantear posiciones— y recalcó que “no es una concesión” a Putin. En sus palabras: “Vamos a saber muy temprano en esa reunión si esto tiene alguna posibilidad de éxito o no”.
Trump, por su parte, ha afirmado que es “muy respetuoso” que Putin viaje a Estados Unidos en lugar de elegir un país neutral. Durante la campaña electoral, el presidente sostuvo que podría resolver la guerra “en las primeras 24 horas” de su segundo mandato, aunque posteriormente matizó que ese plazo fue “una exageración”. Ahora amenaza con “graves consecuencias” si no pone fin a la guerra tras su encuentro.
Las posiciones de las partes siguen alejadas. Zelenski y su gobierno han reiterado que no aceptarán ceder territorios que Rusia ha anexado ilegalmente, mientras que Trump ha sugerido que un acuerdo podría implicar un “intercambio” de territorios acompañado de la retirada rusa de algunas zonas ocupadas.

Una reunión bajo la mirada internacional
Será la primera vez que Putin visite Anchorage y la primera que se reúna con un presidente estadounidense desde su encuentro con Joe Biden en Ginebra, en 2021. Las expectativas son moderadas, y varios analistas han advertido que el simbolismo del lugar podría jugar un papel en la narrativa del Kremlin.
Nigel Gould-Davies, exembajador británico en Bielorrusia, advirtió que “es fácil imaginar a Putin argumentando… ‘Nosotros les dimos Alaska. ¿Por qué no puede Ucrania darnos una parte de su territorio?’”.
En un entorno marcado por el hielo, la distancia y la desconfianza mutua, la base de Elmendorf-Richardson se prepara para recibir a dos de los líderes más observados del mundo, en una cita que podría marcar —o no— un punto de inflexión en la guerra.