Pocos desastres naturales destrozan tanto como los tsunamis. Este miércoles, las costas del Pacífico estuvieron bajo alerta de maremoto tras el seísmo en Kramchatka, en Rusia. Distintas guardias marinas y demás instituciones nacionales emitieron la voz de alarma principalmente en Asia y América, en el conocido como “Anillo de Fuego” del Pacífico.
Los países de la Unión Europea han quedado fuera de peligro pero, de estarlo, ¿existe un protocolo anti-tsunamis? Los precedentes y riesgos son pequeños, pero la UE ha diseñado un sistema para combatirlos.
El sistema de alerta de la UE
Si bien los terremotos que causan tsunamis no se pueden predecir, si las condiciones son favorables es posible proporcionar alertas tempranas minimizando el impacto. Sin embargo, se requiere una gran infraestructura para un sistema de alerta tan rápido.
El Centro Común de Investigación de la UE (en inglés, JRC) comenzó a trabajar en tsunamis después del que azotó el Océano Índico en 2004, donde fallecieron más de 230.000 personas. El objetivo de este sistema es estimar las consecuencias en caso de que ocurriera uno en el continente europeo. Su sistema de modelado de evaluación de tsunamis combina métodos de modelado por tierra y mar con tecnologías de comunicación para alertar a los organismos humanitarios y de protección civil. Al minimizar el tiempo entre la detección del tsunami y el envío de alertas, el sistema podría salvar miles de vidas.
“Hemos desarrollado un sistema global de cálculo de tsunamis que identifica dónde es más probable que golpee un tsunami. Este envía mensajes SMS y correos electrónicos a los usuarios registrados en el sitio web del Sistema Global de Alerta y Coordinación de Desastres (GDACS), que alerta a la comunidad sobre desastres en curso”, explica el coordinador del proyecto, Alessandro Annunziato, del Laboratorio Europeo de Gestión de Crisis del JRC en Italia.
Más recientemente, empezaron a desarrollar una red de sensores diseñados para identificar tsunamis en la región euro-mediterránea, el Atlántico Norte y el mar Negro. “Uno de estos dispositivos identificó correctamente el tsunami ocurrido el 26 de octubre de 2018 en el mar Jónico. Este surgió como consecuencia de un terremoto de magnitud 6,8 frente a la isla de Zante, en Grecia”, continúa.
Este trabajo se enmarca en una cartera más amplia de investigación sobre la gestión del riesgo de desastres a nivel global. La investigación sobre sistemas de alerta temprana forma parte del Marco de Sendai de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres.
Estimación de posibles consecuencias, una de las claves

El sistema del JRC consta de cuatro componentes principales:
El primero es una base de datos global que contiene 136.000 escenarios de tsunami, con epicentros seleccionados según eventos históricos. Proporciona una estimación de las posibles consecuencias tan pronto como se conoce el epicentro, identifica los lugares de riesgo y predice el oleaje.
Segundo, un sistema de cálculo en línea. Utiliza el mismo modelo que la base de datos, pero se inicializa automáticamente con el epicentro y la magnitud al detectar un terremoto.
En tercer lugar, una herramienta de software para el análisis de tsunamis que permite el análisis de eventos en tiempo real para facilitar la estimación rápida de las consecuencias. Permite comparar los escenarios de la base de datos y los cálculos en línea con las mediciones del nivel del mar realizadas por sensores desarrollados por el JRC.
Por último, un dispositivo de alerta de tsunamis, cuyo prototipo ya está en funcionamiento en Setúbal (Portugal). Está formado por un panel equipado con receptores de datos, una pantalla, una sirena y un altavoz. Puede activarse mediante el GDACS o sistemas locales de medición del nivel del mar para emitir alertas en zonas de riesgo en caso de tsunamis u otras olas peligrosas.
Según Annunziato, la adopción generalizada del dispositivo podría incrementarse utilizando la pantalla como espacio publicitario cuando no sea necesario para alertas.
Mantenerse alerta ante posibles tsunamis
Como dice Annunziato, la utilidad de los sistemas de alerta de tsunamis no es evidente hasta que ocurre un evento y es necesario activar sistemas que pueden haber permanecido inactivos durante años. “Solo empezamos a hablar de tsunamis después de tragedias importantes, pero unos años después todo se olvida”, afirmó.
“Las inundaciones y los incendios forestales ocurren a la vista de todos, por lo que se considera útil invertir grandes cantidades. Nadie discute la necesidad del mantenimiento continuo de los aviones porque el riesgo de no hacerlo se percibe y se comprende. En el caso de los tsunamis, el mantenimiento de los sistemas requiere un gasto continuo, algo que actualmente no está en la agenda. Sugiero que los jóvenes, sensibles a los problemas ambientales, se informen sobre los tsunamis, porque algún día podrían ser ellos quienes decidan si mantener estos sistemas”, concluye Annunziato.

El mantenimiento de los sistemas de alerta es solo una parte de un cambio hacia una estrategia a largo plazo sobre los desastres. En definitiva, como se defiende en el Marco de Sendai de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, es mejor evitar los desastres por completo mediante políticas de prevención.