Brigitte Macron, al verse obligada a probar con fotografías y material científico que es mujer (y que siempre lo ha sido) delante de un tribunal estadounidense, podría convertirse en la primera mujer en recurrir a este tipo de evidencias íntimas para contrarrestar acusaciones difamatorias, en un caso que refleja el impacto de los rumores machistas en la era digital.
Otras mujeres públicas han enfrentado calumnias y teorías conspirativas, como la excandidata demócrata a las presidenciales de EE.UU. Kamala Harris, la duquesa Meghan Markle o la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, y algunas tuvieron que prestar aclaraciones públicas o pedir derecho de respuesta. Pero recurrir a pruebas que suponen adentrarse en la intimidad física y familiar para que la demandante pruebe su género es algo inédito.

El recorrido machista
Desde que Emmanuel Macron se presentara como candidato en las presidenciales de 2017, en las que ganó con un 66 % de los votos, Brigitte pronto se convirtió en una diana preferencial de burlas y comentarios machistas, no solo calumniosos.
El más corriente era señalar su edad. A los 72 años, el hecho de ser una mujer 24 años mayor que su pareja representó una ruptura completa con las convenciones sociales en el país de Simone de Beauvoir y Simone Veil.
“La manipuladora”
Otro comentario que lidera la lista, proveniente del etarismo, es respecto a la influencia de Brigitte sobre el presidente francés. Muchos alegaban que las ideas de Macron -sobre todo las valoradas como negativas- venían en realidad de su esposa. Era la versión “Brigitte, la maniputadora”.
Hasta que, a finales de 2023, la revista Paris Match por fin sacó una portada de Brigitte en la que la primera dama afirma: “Tengo la influencia que una mujer puede tener sobre su marido”. ¿Los detalles? “Cuando le siento disponible, le hago preguntas, le digo lo que pienso”, aunque ella no se considera una figura política. Pero los comentarios sobre su supuesta influencia tiránica siguieron animando audiencias.
Críticas semejantes recibió la primera dama brasileña, pareja de Luiz Inácio Lula da Silva, Janja. En este caso, su actitud asertiva y su presencia como ponente en reuniones y viajes oficiales, al romper con la tradición, dejó a la oposición descolocada.

Geopolítica
Los comentarios contra Brigitte rozan la esfera geopolítica. En agosto de 2019, durante los incendios que arrasaron la Amazonía, bajo el gobierno del ultraderechista y negacionista climático Jair Bolsonaro, varios países presionaron por el respeto al medioambiente, y Macron fue uno de ellos. Antes de la cumbre del G7 en Biarritz, escribió: “Los pulmones de nuestro planeta están en llamas” y clamó por acciones internacionales.
Las reacciones de Brasil no tardaron, y Bolsonaro avaló un post en las redes en el que un apoyador comparó desfavorablemente Brigitte con la primera dama brasileña entonces, Michele Bolsonaro, 30 años más joven, en clara alusión a su edad y apariencia: “¿Entienden ahora por qué Macron persigue a Bolsonaro?”, se lee en el post comentado por el presidente brasileño.
El tema no siguió ahí, y en una rueda de prensa Macron calificó dichos gestos de “irrespetuosos”, antes de añadir: “Creo que las mujeres brasileñas, sin duda, se avergüenzan de leer esto de su presidente.”
La bofetada
La pareja francesa volvió a ocupar las cámaras internacionales en mayo de 2025 cuando, al aterrizar en Vietnam para una visita de Estado, un vídeo le graba segundos antes de salir de la puerta del avión en una escena embarazosa: Brigitte le da una bofetada en la cara del presidente, que se esquiva.
El problema no paró ahí, ya que el Elíseo negó la veracidad de las imágenes captadas por la AFP. Con en revuelo, admitieron que lo que ocurrió fue “un momento de complicidad” en el que la pareja “se molestaba mutuamente”. Macron luego insistió en una rueda de prensa que “simplemente bromeaba” con su esposa.
La explicación no convenció a todos y los programas de tertulias siguieron especulando si había problemas domésticos y cuál era la real influencia de la primera dama sobre el presidente.
Machismo y transfobia
Los Macron interpusieron una demanda en julio en el tribunal de Delaware (a 30 kilómetros de Filadelfia) contra la comentarista conservadora Candance Owens por difamación. Owens había afirmado que “apostaría toda su reputación profesional por el hecho de que Brigitte Macron es en realidad un hombre”. La desinformación encontró suceso entre sus seguidores y la influencer llegó a difundir un podcast con ocho capítulos sobre el tema.
En la larga lista de desinformación difundida por la influencer Owens están afirmaciones sobre Ucrania ser un país creado por Rusia o la sugerencia de que la llegada de Apolo 11 a la luna se trató de un montaje. En lo que toca la acusación contra Brigitte, su defensa se respalda en el derecho a la libertad de expresión asegurada por la Constitución de Estados Unidos.
No es lo que piensa el abogado de los Macron, Tom Clare. Él afirma que las difamaciones tienen fines lucrativos con fines de “promocionar su plataforma independiente, ganar notoriedad y ganar dinero”. El bufete que representa a los Macron es uno de los más reputados del mundo en la defensa de personalidades contra difamación.

Los orígenes
La afirmación de que Brigitte era una transexual nacida hombre viralizó en 2021 y por culpa de ciertas compatriotas. Las influencers francesas Amandine Roy y Natacha Rey revelaron incluso cuál sería el nombre original de Brigitte, Jean-Michel Trogneux -que en realidad es el hermano mayor de la primera dama-. Ambas fueron inicialmente condenadas con multa. Más tarde, la Corte de Apelaciones anuló la decisión y argumentó que las acusaciones habían sido emitidas “de buena fe”.
El caso siguió en las redes y nunca más dejó en paz la primera dama, juntándose como un arma más del arsenal machista.