Testigo directo

Mazal Tazazo: “Solo sobreviví a la matanza del festival Nova porque fingí que estaba muerta”

Mazal Tazazo perdió a sus mejores amigos en la matanza de Nova. Desde el memorial del festival musical, recuerda su historia para que el mundo no olvide la matanza perpetrada por Hamás

Israel
La superviviente de la matanza en el festival Nova, Mazal Tazazo
O. L.

Mazal Tazazo sobrevivió a la matanza del festival Nova el 7 de octubre de 2023 fingiendo estar muerta. En el mismo escenario del horror que experimentó, esta joven israelí repite por enésima vez ante Artículo14 aquella fatídica experiencia. Exige que el mundo no olvide. La suya es una crónica de horror e instinto de supervivencia. Ahora, lucha para continuar con su vida, con el peso que carga quien regresa de nuevo a aquel infierno físico y emocional.

Mazal, estudiante de arquitectura y diseño interior y madre de un niño de once años, nació en Israel, en el seno de una familia de inmigrantes judíos etíopes que llegaron en 1984. Antes de bailar en el festival Nova, trabajaba con chicos en riesgo de exclusión en un hostal. Siempre pensó que ese festival Nova iba a ser algo especial: “Y sabíamos que iba a ser el más grande, el más profesional, con muchas colaboraciones de artistas de todo el mundo”, relata. 

Mazal
Mazal Tazazo sobrevivió a la matanza en el festival Nova el 7-O
O. L.

La madrugada del 7 de octubre Mazal bailaba enérgicamente con sus amigos. Cuando los primeros disparos se escucharon “desde la dirección del Kibbutz Reim”, ella creyó que la música simplemente se había detenido. “Son solo misiles”, pensó. Pero la alerta llegó pronto: los guardias del recinto les pidieron que se fueran, el tráfico se obstaculizó y decenas de vehículos quedaron atrapados. La carretera de salida del festival se convirtió en un corredor de muerte, con coches quemados, personas corriendo y humo que ascendía al cielo. La carnicería había empezado. 

“Tienes que poner tu cabeza en el suelo”

Cuando el fuego ardía cerca y los disparos la acechaban desde todas las direcciones, Mazal recuerda que su amigo le dijo: “Tienes que poner tu cabeza en el suelo”. Fue ahí cuando aparentó estar sin vida para salvar el pellejo. Se dejó caer entre coches, bajo árboles, intentando mezclarse entre cuerpos baleados que ya no respiraban. “Solo sobreviví porque fingí que estaba muerta”, suspira. 

Israel
Dos años después, el festival Nova se ha convertido en un mausoleo para recordar a los asesinados el 7-O
Efe

Se movió horas después sin saber si estaba viva, rodeada de los cuerpos de quienes intentaron huir con ella. Su amiga Daniella estaba muerta, y Yohai al lado suyo. Se sentía herida, con la cabeza golpeada, cubierta de sangre. Un terrorista le golpeó con la culata del rifle. Su mano operada y las quemaduras en la piel son cicatrices que jamás se borrarán. Rodeada de terroristas, intentó hacer llamadas y envió su ubicación: “Necesitamos ayuda”, le pidió a la Policía, aunque supiera que tal vez nadie escucharía a tiempo.

“Cada sonido era una amenaza”

El fuego se extendió por los bosques cercanos, el calor los envolvía. Las llamas amenazaban con alcanzarla. “¿Qué vamos a hacer?”, pensó, mientras se sentía atrapada. En un momento entendió que tenía que moverse, pese al riesgo de ser cazada. Se metió en un coche abandonado como refugio, encogiéndose para protegerse. Escuchó pasos, voces, explosiones. “Cada sonido era una amenaza”, recuerda. 

Durante dos horas, Mazal permaneció en su escondite, escuchando a un terrorista acercarse y alejarse. Su presencia era cada vez más cercana. No podía moverse mucho: no sabía si respirar, si gritar, si gemir. “A veces abría los ojos y veía solo fuego, escuchaba solo disparos”, recuerda. 

Hamás
Muchos de los muertos del 7-O fallecieron en el festival Nova
Efe

Pasado un rato, otra joven llegó hasta ella en el coche abandonado, con el vestido blanco manchado de sangre y llena de heridas. Juntas, se sostuvieron la una a la otra. La joven envió mensajes de auxilio en WhatsApp con la ubicación: tampoco lograron que las rescataran. Mazal confiesa que en esos instantes sintió que “lo más importante era no rendirse”, pese a la brutalidad que la rodeaba.

Chicas desnudas atadas

“Ataron a algunas chicas desnudas en los árboles”, recuerda con los ojos llorosos. En el festival Nova, en la carretera 232 y el kibutz Re’im se localizaron múltiples casos de violaciones y violaciones grupales a mujeres, cuyos cuerpos fueron encontrados en un estado que es difícil describir con palabras. Todavía hay quien sigue sin creerlas. 

Nova
Una de las jóvenes que murió en el festival Nova
Efe

Finalmente, logró escapar del horror y moverse lentamente hacia un punto donde pudiera recibir ayuda. Fue trasladada a un hospital, donde la operaron de la mano: le dijeron que su cerebro no tenía sangre en algunos momentos. El trauma físico, las cicatrices, pero también el peso emocional del horror vivido la acompañarán siempre.

Hoy Mazal habla poco, reconstruye lentamente. Dice que con la guerra en marcha y los rehenes en Gaza es “imposible sanar”. Ahora, su hijo es “todo mi poder”, lo que le da fuerzas cuando el cuerpo tiembla al recordar las llamas, los disparos, los cuerpos y los gritos en árabe de los terroristas. “Han pasado ya dos años y seguimos explicándole al mundo que lo que pasó aquí no tiene nada que ver con un conflicto territorial. Se trata de un grupo de personas enfermas”, concluye refiriéndose a Hamás.