La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se reunirá con el canciller alemán, Friedrich Merz, este domingo en Roma. El encuentro tendrá lugar poco después de la entronización del Papa León XIV en el Vaticano, un evento cargado de simbolismo que ambos mandatarios aprovecharán para acercar posiciones.
El encuentro, confirmado por ambos Gobiernos, se produce en un momento en el que el papel de Italia dentro de la UE se encuentra bajo presión, especialmente en lo que respecta a su postura sobre Ucrania, la integración de la defensa europea y las relaciones con Estados Unidos. En la última semana, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha excluido a Meloni de varias consultas de alto nivel sobre Ucrania, incluidas las influyentes discusiones del Grupo de Weimar en las que participan Francia, Alemania y Polonia. Esta exclusión ha sido ampliamente interpretada en la prensa italiana como un desaire, exponiendo la creciente brecha entre Roma y París. Pero para Macron está claro, si Meloni no entra de lleno en “la coalición de los dispuestos” no hay razón para invitarla a las reuniones más decisivas.

Meloni mira hacia Berlín
Para reequilibrar la posición diplomática italiana, Meloni ha girado hacia Berlín. La reunión con el nuevo canciller alemán se considera una oportunidad clave para reafirmar las credenciales europeas de Italia y profundizar en la cooperación bilateral en materia de migración, seguridad energética y defensa.
“Era el deseo de ambas partes hacer posible esta cita, muy, muy rápidamente”, aseveró Stefan Kornelius, portavoz del Gobierno alemán. “Merz y Meloni se conocen desde hace mucho tiempo y mantienen una muy buena relación”, añadió el portavoz.

El escollo del gasto en Defensa italiano
Se espera que, en los márgenes de la misa de León XIV, los líderes aborden la creciente preocupación por la preparación militar de Europa y la próxima cumbre de la OTAN en junio, en la que está previsto que Meloni anuncie el compromiso de Italia de cumplir el objetivo del 2% de gasto en defensa para 2025. Sin embargo, se avecinan tensiones, ya que el presidente estadounidense Donald Trump, una figura clave en el acercamiento transatlántico de Meloni, al parecer está instando a los aliados a elevar el gasto en defensa al 4%, una medida que podría dividir el consenso entre las capitales europeas.
Alemania, por su parte, sigue profundamente comprometida con la “coalición de los dispuestos” iniciada por Francia y Reino Unido, un bloque orientado a la defensa del que Italia se ha mantenido alejada. Merz ha abrazado la iniciativa rápido y con mucho entusiasmo y, al parecer, está trabajando en un nuevo marco bilateral con Londres. Precisamente este miércoles, en su primera declaración como jefe de Gobierno en la Cámara Baja del Parlamento germano, Merz aseguró que quería convertir las Fuerzas Armadas alemanas en las “más fuertes de Europa” a la vista de la guerra rusa en Ucrania y el alejamiento paulatino de EE UU del Viejo Continente.

Esto complica los esfuerzos de Meloni por posicionarse como puente entre Europa y Washington, especialmente cuando Roma se enfrenta a limitaciones internas en el gasto de defensa y a la creciente presión de rivales políticos internos como Matteo Salvini.
La nueva estrategia de Meloni
Y es que Merz podría eclipsar a Meloni, por lo quela líder ultra tiene que jugar muy bien sus cartas en estas nuevas alianzas europeas. Así, la primera ministra debe volver al terreno de juego. Todo apunta a que este viernes mantendrá un encuentro con el presidente Volodimir Zelenski en Tirana (Albania) y este domingo también se reunirá con el nuevo premier de Canadá, Mark Carney, que también acudirá a la entronización del nuevo Papa.

Mientras los líderes mundiales recalibran sus estrategias, la reunión de Roma entre Meloni y Merz puede resultar crucial. Queda por ver si marca el inicio de un eje renovado entre Italia y Alemania, o se trata simplemente de una cortesía diplomática.