La reciente cumbre de la OTAN celebrada en La Haya no solo ha dejado titulares políticos y tensiones diplomáticas, sino también imágenes que han dado mucho que hablar en España. La polémica se encendió tras la foto de familia de los líderes aliados, donde la posición y actitud del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no pasó desapercibida.
El contexto previo ya venía cargado. Las duras críticas del presidente estadounidense, Donald Trump, hacia España por su negativa a aumentar el gasto militar al 5 % del PIB marcaron buena parte de la cumbre. “Vamos a negociar directamente con España. Lo haré yo mismo. Van a pagar. Así pagarán más”, sentenció Trump durante una rueda de prensa. Además, el líder republicano fue especialmente incisivo al calificar de “terrible” la actitud de España, describiéndola como “el país más hostil” en relación a los compromisos de defensa.
“La OTAN aparta a Sánchez, Sánchez aparta a España”
En respuesta, Sánchez insistió en que España cumplirá con el 2,1 % de su PIB en defensa, una cifra que considera suficiente y avalada por los técnicos del Ministerio. El presidente español aseguró que la cumbre fue un éxito y que España seguirá siendo “una pieza clave en la arquitectura de seguridad europea“. Pero las imágenes de la foto de grupo parecen contar una historia diferente.
A la tensión internacional se sumó la reacción política interna. El Partido Popular no tardó en aprovechar el momento para atacar al presidente del Gobierno en redes sociales: “La OTAN aparta a Sánchez, Sánchez aparta a España”.
La OTAN aparta a Sánchez, Sánchez aparta a España. pic.twitter.com/gdgvadt31s
— Partido Popular (@ppopular) June 25, 2025
Sánchez se aleja
Eva García Ruiz, Directora del Instituto Español de Sinergología y experta en comunicación no verbal, ofrece una lectura detallada de la postura y los gestos de Pedro Sánchez en la foto de familia de la OTAN.
Respecto a la posición de Sánchez en la foto, García Ruiz seña que “cada uno de los mandatarios tiene una señal en el suelo que está marcada por protocolo y todos tratan de dejar esa marca en el suelo entre sus dos pies”. El problema de la posición de Sánchez es que mientras los demás dejan la marca entre sus pies, él la pisa con el pie derecho. De ahí la percepción de lejanía.
Pero lo llamativo, es que Sánchez no corrige esa distancia: “Luego no corrige la posición. Se queda donde está, lo cual hace un efecto raro en la foto porque hace que se vea una distancia superior, pero realmente la hay al pisar de manera diferente. Independientemente de que le haya tocado un mal sitio, un sitio más frío en la foto, él de manera -seguramente no del todo consciente- se aleja un poquito del grupo.”
“El cuerpo marca tensión y protección”
El análisis continúa con la postura corporal del presidente español. García Ruiz destaca un claro indicador de tensión: “Tiene las manos presionadas la una contra la otra, lo que hace que los brazos se le peguen mucho al cuerpo. Es decir, aunque tiene una envergadura grande y trata de mantener el rostro neutro, el cuerpo marca tensión y protección al juntar tanto los brazos, muy por encima de cómo lo hacen el resto de los mandatarios”.
“Los hay que cruzan las manos, los hay que entrecruzan los dedos o que dejan los brazos a lo largo del cuerpo, pero siempre los brazos quedan más separados del cuerpo. Están más relajados, aunque a algunos les guste más salir en la foto que a otros, pero Sánchez está tenso, está incómodo” añade la experta.
“Mark Rutte, está encantado de haberse conocido”
En contraste, menciona la actitud del presidente estadounidense: “Trump está como siempre. Todo el mundo está pendiente de él. Él tiene una posición privilegiada en el centro de la foto.”
Pero quien realmente le llama la atención es el secretario general de la OTAN: “Mark Rutte, está encantado de haberse conocido. Eleva la barbilla, eleva el cuerpo, sonríe, se le ve satisfecho, contento, ocupando espacio. Es su momento.”
Efectivamente es su momento, es su primera cumbre como secretario general, y es evidente que está especialmente contento por compartirla con Trump.
“Parece tratar de evitar el contacto visual”
Al acabar de posar, los líderes fueron saliendo desordenadamente, algunos se paran a charlar, otros se saludan, pero Sánchez… “Cuando sale de la foto, ahí se le ve impaciente. Se balancea, mira para todos lados y dirige la mirada al suelo, que podría haber sido algo puntual, pero parece tratar de evitar el contacto visual con el resto de miembros o con los que le han tocado al lado, por lo menos. Entonces, se encierra un poquito en sí mismo” afirma Eva García.
En este sentido, Eva García Ruiz subraya que el comportamiento de Sánchez contrasta con actitudes de otras cumbres: “Esta vez ha evitado los corrillos, que es algo que le gusta. En otras cumbres ha tratado de salir en la foto e incluso de “perseguir” al presidente de Estados Unidos [como ocurrió con Biden] para que se le viese en la foto o se le viese charlando con él. En esta cumbre, las imágenes que nos deja hasta el momento son del todo diferentes. Un Sánchez más aparte y tratando de evitar contacto.”
Tensión, incomodidad y distanciamiento
Por último, la experta destaca un gesto clave en el momento en que Trump llega: “Sánchez tiene un autocontacto en la corbata en el momento que entra Trump a colocarse en su lugar en la fila. Ese autocontacto de tocarse el nudo muchas veces está relacionado, -cuando lo hacemos dirigiendo la mirada a alguien, como es el caso- a que el otro no me tiene en consideración y yo también tengo mi autoridad.”
La imagen de Pedro Sánchez en la foto de familia de la cumbre de la OTAN ha dejado muchas pistas de su situación en la escena internacional. Su postura, sus gestos y su actitud general reflejan tensión, incomodidad y un distanciamiento que, por lo que apunta Eva García Ruiz, parece más allá de gestos puramente casuales.
La política tiene mucho de comunicación no verbal, y en este caso, la distancia de Sánchez no solo ha sido solo física.