Para Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, el presidente Donald Trump está “trabajando contrarreloj” para traer la paz. Tras certificar que en 100 días no iba a lograr resolver los conflictos en Ucrania o Gaza, el presidente estadounidense trata de dar un último empujón a la vía diplomática para imponer una tregua, días después del rechazo de Vladimir Putin de acudir a las negociaciones de paz en Estambul.
Este lunes, Donald Trump llamó por teléfono a los presidentes de Rusia y Ucrania. Primero, fue el turno de Volodimir Zelenski, que el día antes se reunión con el vicepresidente estadounidense JD Vance en Roma. “Rusia y Ucrania empezarán negociaciones de inmediato para la tregua”, vaticinó el presidente estadounidense. Y añadió: “Y más importante aún, para terminar la guerra”.

¿Una negociación económica?
“Rusia quiere comerciar a gran escala con Estados Unidos cuando termine esta catastrófica masacre, y estoy de acuerdo. Rusia tiene una enorme oportunidad de crear enormes cantidades de empleo y riqueza. Su potencial es ilimitado”, continuó Trump. También afirmó que Ucrania “puede beneficiarse enormemente del comercio”.
Tras una conversación de unas dos horas con Putin, Trump manifestó que “el tono y el espíritu de la charla fueron excelentes”. Pese a no aclarar ni dónde ni cuando se producirán unas conversaciones directas entre ucranianos ni rusos, el presidente estadounidense ya fijó un posible anfitrión: “El Vaticano, representado por el Papa, ha indicado que está muy interesado en albergar las negociaciones”, posteó en su red Truth Social. El pasado fin de semana, JD Vance ya fue recibido por el nuevo Papa León XIV.
Trump habla con otros líderes
En su ronda telefónica de diplomacia, Trump añadió que además de conversar con Zelenski y Putin, también conectó con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con el presidente francés Emmanuel Macron, con la primera ministra italiana Giorgia Meloni, con el canciller alemán Friedrich Merz y con el presidente finlandés Alexander Stubb.

Por su parte, Putin avanzó que el acercamiento va por buen camino. “Contactos entre participantes de las conversaciones en Estambul se han retomado, lo que da razón para creer que estamos encaminados”, afirmó el presidente ruso. No es la primera vez que el Kremlin emite palabras de concordia, que luego no se traducen en acciones sobre el terreno.
Sin un giro de Putin
De hecho, no hay señales de que Putin rebaje sus pretensiones para frenar los ataques a Ucrania. Entre otras demandas, exige la desmilitarización de Kiev, el rechazo a que Ucrania forme parte de la OTAN, evitar la presencia de tropas occidentales junto a sus fronteras, o retener los territorios ocupados durante la guerra, incluida la península de Crimea que anexionó en 2014.

Para Putin, las “raíces de la crisis” deben ser solventadas, aunque abrió la puerta a firmar un documento para avanzar la tregua y la posible paz. Si bien el presidente ruso insinuó que está dispuesto a discutir ciertos “compromisos”, evitó mencionar ningún punto en concreto. “El presidente de EE.UU. expresó su postura sobre un alto el fuego. Por mi parte, señalé que Rusia también está a favor de una solución pacífica a la crisis ucraniana. Simplemente debemos determinar las maneras más efectivas de avanzar hacia la paz”, añadió el líder ruso.
Continúan los ataques rusos
Entre llamada y llamada, los cañonazos retumbaban a ambos lados de la frontera. El ministerio de Defensa ruso reportó la destrucción de un dron ucraniano en la región de Belgorod, así como otros 34 entre Crimea y la región de Briansk. Una mujer rusa murió en Belgorod.
Por su parte, el Ejército ucraniano reportó bajas tras un ataque aéreo ruso en Kramatorsk, en la región de Donetsk. También se informó de “grandes incendios provocados por bombardeos rusos” en la región de Járkiv. Actualmente, las fuerzas de ocupación rusas controlan cerca del 20% del territorio soberano de Ucrania. En las últimas semanas, las ofensivas rusas se intensifican en todos los frentes.
El optimismo de Trump
Pese a que la guerra prosigue, Trump se muestra optimista. El presidente estadounidense insistió en que cualquier paz futura podría ser económicamente beneficiosa tanto para Rusia como para Ucrania, y claramente espera que esos argumentos ayuden a superar las reticencias en Moscú y Kiev.