Cientos de actores, directores y profesionales del cine han firmado un nuevo compromiso en el que aseguran que no colaborarán con instituciones cinematográficas israelíes a las que consideran “implicadas en el genocidio y el apartheid contra el pueblo palestino”. El texto, difundido en exclusiva por The Guardian, denuncia la complicidad de festivales, distribuidoras y productoras con el Gobierno de Israel en plena ofensiva en Gaza.
El manifiesto cuenta con el respaldo de cineastas como Yorgos Lanthimos, Ava DuVernay, Asif Kapadia, Boots Riley y Joshua Oppenheimer, y de intérpretes como Olivia Colman, Mark Ruffalo, Tilda Swinton, Javier Bardem, Ayo Edebiri, Riz Ahmed, Josh O’Connor, Cynthia Nixon, Julie Christie, Rebecca Hall y Debra Winger. A última hora del domingo ya habían firmado más de 1.200 personas.
“Como cineastas, actores y trabajadores del sector reconocemos el poder del cine para moldear percepciones. En este momento urgente de crisis, en el que muchos de nuestros gobiernos permiten la carnicería en Gaza, debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para combatir la complicidad en ese horror implacable”, recoge el documento.

Inspiración en el boicot a Sudáfrica
El compromiso, impulsado por el colectivo Film Workers for Palestine, se inspira en el boicot cultural que contribuyó al fin del apartheid en Sudáfrica. Los firmantes se comprometen a no proyectar películas, participar en festivales ni colaborar con instituciones “cómplices” que, según el texto, blanqueen o justifiquen las políticas de Israel o mantengan acuerdos con su Gobierno.
“Respondemos a la llamada de los cineastas palestinos, que han pedido a la industria internacional rechazar el silencio, el racismo y la deshumanización, y hacer todo lo humanamente posible para poner fin a la complicidad en su opresión”, añade la declaración.
El guionista David Farr, descendiente de supervivientes del Holocausto, explicó: “Estoy angustiado e indignado por las acciones del Estado israelí, que durante décadas ha impuesto un sistema de apartheid al pueblo palestino y que ahora perpetúa genocidio y limpieza étnica en Gaza. En este contexto no puedo permitir que mi trabajo se publique o represente en Israel”.
Un documento de preguntas frecuentes que acompaña al manifiesto señala que los principales festivales de cine israelíes —como el de Jerusalén, Haifa, Docaviv o TLVFest— siguen colaborando con el Gobierno israelí mientras este lleva a cabo “lo que expertos de renombre han definido como genocidio en Gaza”.
También asegura que la mayoría de las productoras, distribuidoras y salas de cine israelíes “nunca han respaldado los derechos del pueblo palestino reconocidos internacionalmente”. No obstante, reconoce la existencia de “algunas entidades no cómplices” y recomienda seguir las directrices marcadas por la sociedad civil palestina.
El texto aclara que el boicot no se dirige contra personas individuales, incluidos los ciudadanos israelíes, sino contra instituciones: “Este rechazo apunta a la complicidad institucional, no a la identidad. También hay dos millones de palestinos con ciudadanía israelí, y la sociedad civil palestina ha elaborado pautas específicas para esa comunidad”.

Respuesta desde Israel
La Asociación de Productores Israelíes respondió con un comunicado en el que acusa a los firmantes de “apuntar a las personas equivocadas”. “Durante décadas, los artistas israelíes hemos sido las principales voces que han permitido a las audiencias escuchar la complejidad del conflicto, incluidas narrativas palestinas y críticas a las políticas del Estado”, señalan.
“Este llamamiento al boicot es profundamente equivocado. Al atacarnos a nosotros, los creadores que damos voz a historias diversas y fomentamos el diálogo, los firmantes están socavando su propia causa e intentando silenciarnos. Este acto miope busca eliminar precisamente los esfuerzos de colaboración que trabajan por poner fin a la violencia y lograr la paz”, añadieron.
La iniciativa se suma a otras campañas recientes en el mundo del cine y la cultura. Este mismo verano, intérpretes como Joaquin Phoenix, Pedro Pascal, Ralph Fiennes o Guillermo del Toro firmaron una carta abierta en la que denunciaban el silencio de la industria frente a la ofensiva militar en Gaza.
Muchos de los que han suscrito el nuevo boicot ya se habían pronunciado en otras ocasiones, como en la carta firmada en 2024 por centenares de miembros del sindicato estadounidense SAG-AFTRA que pedían a la dirección proteger a los actores de posibles listas negras por su apoyo a Palestina.
La tensión se enmarca en un momento de fuerte activismo cultural. La semana pasada, en el Festival de Venecia, la película The Voice of Hind Rajab*, sobre una niña de cinco años asesinada por fuerzas israelíes en Gaza, recibió una ovación de 23 minutos y se llevó el León de Plata. Entre sus productores ejecutivos figuran Brad Pitt, Jonathan Glazer, Joaquin Phoenix, Rooney Mara y Alfonso Cuarón.