El debate literario del momento tiene dos nombres propios: Arturo Pérez-Reverte y Juan del Val. La designación del escritor y colaborador televisivo como ganador del Premio Planeta 2025 ha reabierto la discusión sobre el verdadero sentido del galardón más mediático de la literatura española. Mientras unos aplauden el reconocimiento y otros cuestionan su naturaleza comercial, las palabras de Pérez-Reverte han aportado una mirada pragmática que ha marcado el tono del debate.
Arturo Pérez-Reverte y su diagnóstico sobre el Premio Planeta
Después de que se anunciara el triunfo de Juan del Val con su novela Vera, una historia de amor, Arturo Pérez-Reverte compartió su opinión en redes sociales. Con su habitual tono directo, el autor de El club Dumas y El capitán Alatriste escribió lo siguiente:
“El Planeta no es un premio que se gane o se pierda. Es el lanzamiento comercial de un libro que se pretende vender mucho. Considerado desde ese punto de vista, nada hay que objetar. Cada editor hace las promociones como le parece adecuado”.
Lejos de encender más polémica, las palabras de Arturo Pérez-Reverte fueron recibidas como una reflexión equilibrada sobre la relación entre literatura y mercado. Para el escritor cartagenero, el Planeta no es tanto una competición literaria como un fenómeno editorial diseñado para potenciar las ventas y el impacto mediático.
Esa visión, tan pragmática como incómoda para los puristas, ha sido interpretada como un diagnóstico honesto del rumbo que ha tomado el certamen.
Juan del Val y la defensa de la literatura comercial
En la gala de entrega del Premio Planeta, Juan del Val reafirmó esa misma idea. “El Planeta es literatura comercial, y a mucha honra”, dijo ante los medios, abrazando sin complejos la etiqueta que suele dividir a críticos y lectores.

La figura de Juan del Val —escritor, periodista y colaborador habitual en programas de televisión como El Hormiguero— ha estado siempre marcada por la dualidad entre su faceta mediática y su vocación literaria. Con su victoria, el autor se convierte en uno de los premiados más mediáticos de la historia reciente del certamen, algo que ha reavivado el eterno debate sobre la frontera entre el arte y el mercado.
Mientras algunos sectores lo acusan de representar una literatura más ligada al entretenimiento que a la excelencia artística, otros destacan su capacidad para conectar con amplios sectores del público.
El Planeta, entre la industria y la literatura
El comentario de Arturo Pérez-Reverte ha vuelto a poner sobre la mesa la cuestión de si el Planeta es un premio literario o un evento editorial. La polémica con Juan del Val ha evidenciado una división dentro del mundo cultural. Por un lado, quienes consideran que el éxito de ventas también forma parte de la relevancia literaria. Y por otro, quienes reclaman un mayor rigor en los reconocimientos de prestigio.
La Editorial Planeta, sin embargo, defiende el valor de la convocatoria como “un impulso a la lectura y un reconocimiento a la diversidad narrativa”. Con cada edición, el galardón se convierte en un fenómeno nacional, tanto por su dotación económica —más de un millón de euros— como por el interés mediático que despierta.

Y en esa dinámica, la observación de Arturo Pérez-Reverte resulta reveladora. “Cada editor hace las promociones como le parece adecuado”. En otras palabras, el Planeta no es solo un premio literario, sino una operación cultural y comercial que define, año tras año, las tendencias del mercado editorial español.
