En una industria donde las mujeres han luchado históricamente por obtener poder creativo, Nicole Kidman ha emergido no solo como una actriz consagrada, sino como una defensora incansable de las voces femeninas en el cine. Su presencia en el Festival de Cannes, donde fue invitada por Women in Motion de Kering, reafirmó su compromiso con una causa que ha hecho suya: abrir camino para que más mujeres puedan contar sus propias historias.
Una promesa convertida en acción
En 2017, en pleno auge de debates sobre la desigualdad de género en Hollywood, Nicole Kidman juró en público colaborar con una directora cada 18 meses. La cifra que la motivó era alarmante: solo el 4% de las películas más taquilleras de ese año fueron dirigidas por mujeres. Ocho años después, aunque ese número ha aumentado a poco más del 13%, para la actriz australiana el cambio aún es insuficiente.
“El porcentaje sigue siendo increíblemente bajo”, señaló con firmeza. Desde su juramento, ha trabajado con 27 mujeres en distintas producciones de cine y televisión. Más que cumplir con una promesa, Nicole Kidman ha liderado una transformación silenciosa pero efectiva. “Sabía que podía hacerlo posible. Había que tomar la decisión consciente de abrir espacio. Porque muchas veces ni siquiera se contemplaba a una mujer para dirigir”, explicó.

“Quiero crear entornos donde las mujeres puedan florecer”
Durante su intervención en Cannes, luciendo una chaqueta de cuero de Balenciaga y jeans negros, Nicole Kidman habló de la necesidad no solo de dar oportunidades, sino de proteger a las mujeres dentro de la industria. “Parte de este trabajo es rodearlas de un campo de fuerza de apoyo para que puedan dar lo mejor de sí mismas. No se trata de ofrecerles una única oportunidad y observar si fallan. Se trata de construir un entorno donde puedan crecer y continuar”.
El mensaje fue recibido con entusiasmo por una audiencia compuesta por estrellas y referentes del cine global. La gala de Women in Motion, celebrada en la Place de la Castre con vista a la Croisette, rindió homenaje a Nicole Kidman con una ovación en pie tras un emotivo montaje con sus interpretaciones más memorables, desde Moulin Rouge y Las Horas hasta Nine Perfect Strangers.
Entre los asistentes se encontraban figuras como Isabelle Huppert, Julianne Moore, Sean Penn, Dakota Johnson, Paul Mescal, Juliette Binoche y Guillermo del Toro. El delegado del festival, Thierry Frémaux, la proclamó “una leyenda de Cannes” que sigue ampliando su legado con cada visita al festival. Nicole Kidman reveló que su compromiso nació de una conversación con Meryl Streep. “Hablábamos sobre cómo no basta con decir que apoyamos a las mujeres. Hay que estar en películas dirigidas por mujeres, hay que hacer el trabajo”, recordó.

Por eso, más allá de actuar, ha tomado un rol activo como productora, apoyando a mujeres guionistas, directoras de fotografía y técnicas de producción. “Hay muchas mujeres talentosas allá afuera, solo hay que buscarlas. Están esperando ser encontradas”, dijo.
Y aunque ha abrazado con entusiasmo su papel de productora, fue clara en cuanto a dirigir. “Dirigir no está en mis planes. Encuentro mucha plenitud apoyando a cineastas desde la producción. Pero, como actriz, disfruto la intimidad del trabajo, ese proceso de entrega a un director o directora. Eso me mantiene conectada con mi esencia artística”, explicó.
La edad no define a las mujeres
Otro de los temas que abordó con honestidad fue el edadismo en la industria del cine. “Llega un momento en que, aunque hayas hecho una gran película en tus 20, si no logras repetir ese éxito, simplemente te dejan de llamar”, dijo. “Pero no hemos terminado. Queremos seguir contando historias. Y no solo queremos, podemos hacerlo. Podemos generar dinero. Solo necesitamos que inviertan en nosotras”. Su mensaje fue doble. Por un lado apoyar a las nuevas voces femeninas emergentes, pero también recuperar y revalorizar el talento de las mujeres con experiencia, que muchas veces son relegadas por no estar de moda. “Esto también va de permitir que tengamos un segundo, un tercer capítulo. Porque lo merecemos, porque tenemos mucho que aportar”, subrayó.

Nicole Kidman también habló sobre su deseo de seguir experimentando como actriz. “No quiero estar contenida. No quiero estar segura. Estoy buscando proyectos que me saquen de mi zona de confort”, afirmó. Este deseo se refleja claramente en su trabajo más reciente: la segunda temporada de Nine Perfect Strangers, que se estrena el 22 de mayo en Amazon Prime Video. En esta nueva entrega, la acción se traslada a los Alpes austríacos, y Nicole Kidman vuelve a interpretar a Masha, la enigmática directora del centro de bienestar Tranquillum House.
Para este papel, la actriz sorprende con un cambio de imagen radical con peluca rubia platino incluida, mirada helada y una estética distante de su habitual glamour. Las primeras imágenes del rodaje causaron revuelo en redes, y demostraron, una vez más, su audacia para asumir riesgos.
En la gala de Women in Motion, Nicole Kidman recibió su merecido reconocimiento por parte de Kering, uniéndose a una ilustre lista de mujeres homenajeadas en años anteriores, como Viola Davis, Michelle Yeoh, Jane Fonda, Salma Hayek Pinault y Patty Jenkins.
En sus palabras de agradecimiento, reiteró que su lucha no ha terminado. “Estoy aquí para apoyar las voces femeninas en el cine. Soy una defensora y quiero seguir cumpliendo con mi promesa. Esto no ha terminado”.
Con cada paso que da, Nicole Kidman demuestra que se puede usar la fama no solo para brillar, sino también para abrir caminos. Su carrera ya era admirable por sus logros artísticos, pero hoy, su legado se define también por su compromiso ético y su voluntad de construir un cine más inclusivo, justo y representativo.