En un circuito cada vez más exigente y expuesto al escrutinio público, la presión sobre las jóvenes figuras del tenis se ha convertido en un tema recurrente. Las redes sociales amplifican tanto los elogios como las críticas, y a menudo el talento precoz viene acompañado de un nivel de exigencia difícil de sostener.
En medio de críticas y presiones mediáticas que han puesto en jaque a jóvenes figuras del tenis, la estadounidense Amanda Anisimova intercedió recientemente para defender a Mirra Andreeva, una jugadora de apenas 18 años. “Chicos, no olvidéis que Mirra Andreeva solo tiene 18 años; algunos de vosotros la odiáis mucho, y es normal que todavía no esté 100 % preparada mentalmente para afrontar sus errores y los partidos perdidos”, declaró la veterana tenista en un mensaje que ha resonado en redes y medios deportivos.
La intervención de Anisimova no llega en un vacío: la joven rusa ha sido objeto de insultos y ataques virulentos luego de algunas derrotas dolorosas. Que, tras perder contra Anisimova en el Miami Open, Andreeva denunció haber recibido mensajes como “te mereces el peor cáncer que existe” en sus cuenta de Instagram. Esa exposición cruda al lado más oscuro del internet que ha generado debate sobre el trato que reciben talentos jóvenes en el deporte profesional.
Mirra Andreeva posting the hate she is receiving on social media after losing to Anisimova in Miami.
17 year old girl
She was on a 13-MATCH WINNING STREAK.
Disgusting.
(she meanwhile deleted the Instagram story) pic.twitter.com/bRjRMvm2DX
— José Morgado (@josemorgado) March 24, 2025
Una advertencia sobre la presión temprana
Con más de una temporada consolidada entre las mejores del circuito, Anisimova sabe lo que implica convivir con expectativas y críticas tanto del público como de los medios. Su llamado a la calma y al respeto hacia Andreeva subraya un punto relevante: detrás del rendimiento existe una persona en desarrollo.
Al alzar su voz, Anisimova parece señalar que las jóvenes promesas no pueden cargarse desde el inicio con una mochila emocional de exigencias excesivas.
Señaló que fallar, cometer errores o perder partidos debe ser parte del proceso de crecimiento, especialmente cuando aún no se ha completado el desarrollo mental amparado por años de experiencia.
Solidaridad entre generaciones del tenis
No es la primera vez que Anisimova afronta momentos complicados; en su carrera ha vivido episodios de agotamiento físico y psicológico. Su propia experiencia le otorga autenticidad para reclamar una mirada más humana hacia colegas jóvenes.
Su defensa hacia la joven tenista es un gesto simbólico de solidaridad entre generaciones: quien ya pasó por turbulencias advierte sobre el desgaste que puede destruir carreras nacientes.
Aunque en ocasiones la relación entre ambas ha sido tensa —como durante el duelo que definió una racha ganadora de Andreeva en Miami, en el que Anisimova pidió una atención médica por una ampolla en la mano— la tenista mayor ha optado por suavizar tensiones posteriores con un discurso conciliador.

Con su toma de postura pública, Anisimova invita a la reflexión: los seguidores y opinadores deberían ejercer más empatía, moderar expectativas y recordar que el desgaste mental puede ser un enemigo silencioso. Que una deportista joven no siempre puede gestionar tanto juicio externo como presión interior.