WTA WUHAN

De parar por salud mental a coronarse en China, el cambio de Anisimova

La salud mental a veces prima sobre conseguir éxitos deportivos, y eso le pasó factura a la tenista estadounidense, quien hace unos años comunicó su parón. Ahora está más decidida que nunca a pelear por todo

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La tenista estadounidense Amanda Anisimova

Una historia escrita a base esfuerzo, de un revés único, de una fluidez en el golpeo maravillosa y de un carácter renovado que la ha devuelto a la élite del circuito femenino.

La tenista Amanda Anisimova se proclamó recientemente campeona del China Open, derrotando en la final a la checa Linda Noskova por 6-0, 2-6 y 6-2.

Este triunfo representa no solo un nuevo galardón, sino también el cierre de un capítulo personal muy complejo: la tenista atraveso una etapa marcada de problemas de salud mental, lo que la llevó a hacer una pausa en su carrera. En declaraciones posteriores al torneo, afirmó que esta experiencia la hizo más fuerte de lo que jamás había imaginado.

Anisimova tras salir campeona del Abierto de China

Resurgir y no parar de intentar

La historia reciente de Anisimova no es solo deportiva, sino muy humana. Desde el verano de 2022, la tenista reconoció que venía luchando con su salud mental y el agotamiento, un desgaste que tornó insoportable la vida de torneos continuos.

En mayo de 2023, sorprendió al mundo anunciando un parón indefinido en su carrera: “Lo estoy pasando verdaderamente mal con mi salud mental, he trabajado lo más duro que he podido”, escribió en sus redes sociales.

Durante esos meses fuera de la pista, Anisimova buscó rehacerse. Se dedicó a actividades artísticas —llegando incluso a vender algunos de sus trabajos con fines benéficos—, retomó estudios en la universidad y viajó para desconectar.

Sus prioridades cambiaron: ya no solo importaba el próximo torneo o el ranking, sino recuperar una estabilidad mental que había sido sacrificada por la intensidad del circuito. 

Renacimiento en China

El camino de regreso no fue fácil, pero Anisimova ha demostrado que tiene el temple necesario para recomponerse.

En Pekín, la tenista sufrió molestias físicas durante el torneo —desde la tercera ronda expresó dolores en el pie y el gemelo— y además tuvo que someterse a la extracción de las muelas del juicio durante la gira.

Aun así, alcanzó la final, ganó y se coronó campeona en un torneo WTA 1000: es el segundo de esa categoría que conquista en el año.

Al hacerse ganadora del galardón, confesó: “Tu mente a veces te dice que no puedes seguir … esta semana ha sido muy buena en ese sentido”. Destacaba que el título tiene un valor especial precisamente por todo lo vivido detrás, y prometió regresar al año siguiente con la misma pasión.

Siguiente desafío: Bouzas

El reto de la nortamericana es ahora medirse a una Jessica Bouzas, que viene en buen estado de forma, que se ve muy apta de poder hacer frente en esta edición de la WTA Wuhan 2025 a la española.

Bouzas va avanzando poco a poco en el torneo chino. Su compatriota Paula Badosa puso fin a su temporada tras una lesión en la ingle que le hizo retirarse de Pekín y no competirá hasta el siguiente año por problemas físicos.

Una nueva Anisimova

La historia de Anisimova va más allá del tenis. En su propia voz, ha admitido que hubo días en que lo veia todo gris, manifestando sin filtros cómo vivió esa etapa dolorosa.

Su decisión de hacer una pausa no fue renuncia, sino una estrategia de supervivencia: como ella misma dijo, “mi prioridad es mi bienestar mental”.

Hoy, su discurso cambió: asegura que es más fuerte de lo que pensaba y que esta experiencia le ha hecho crecer. Para muchos, Anisimova se convierte en un ejemplo: una joven que puso en primer lugar su salud y logró regresar con dignidad, fuerza y ética.

El tenis puede ser implacable, exigente, hostil para quienes sufren en silencio. Pero Amanda Anisimova muestra que también puede llegar a ser escenario de renacimiento.

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