Agricultura

Guadalupe Tejero: “La firma con Mercosur es la sentencia de muerte del sector primario”

La agricultora denuncia que el recorte de la PAC y los acuerdos con otros países ponen en riesgo "la soberanía alimentaria" del continente y la viabilidad de las explotaciones locales: "¿Qué vamos a hacer?"

Guadalupe Tejero, agricultora placentina y vocal de la asociación Agrygal.

El campo español vuelve a mirar con preocupación a Bruselas. El acuerdo comercial inminente entre la Unión Europea y Mercosur, que avanza pese al rechazo mayoritario del sector agrario, y el recorte previsto del 22% en el presupuesto de la nueva Política Agraria Común (PAC) para el periodo 2028-2034 dibujan un escenario de creciente incertidumbre para agricultores y ganaderos. Así, menos ayudas y mayor competencia exterior amenazan la viabilidad de muchas explotaciones, especialmente la de los particulares.

En este contexto, Guadalupe Tejero, agricultora desde que en 2016 dejase su labor como ganadera por la falta de rentabilidad y vocal de la asociación de Agricultores y Ganaderos Libres (Agrygal), atiende a Artículo14. Tejero, con una explotación propia de 80 hectáreas, cultiva cereales, leguminosas, alfalfa, girasol y garbanzos en Castil de Vela, un pequeño municipio placentino de apenas 22 habitantes. Su testimonio refleja la angustia de quienes, pese al esfuerzo diario, conviven bajo decisiones políticas al más alto nivel que amenazan con extinguir su medio de vida.

En estos últimos años el campo ha protagonizado muchas movilizaciones en defensa del sector ¿Qué ha cambiado en la última década?

La explicación es sencilla. Los precios que recibimos agricultores y ganaderos por nuestros productos son prácticamente los mismos que hace 40 años. Sin embargo, los costes de producción se han disparado. El uso de fertilizantes, fitosanitarios, gasóleo, maquinaria, energía… todo sube año tras año, en cambio, la rentabilidad es mínima o inexistente, y así es imposible sostener una explotación.

Explotación agrícola de Guadalupe Tejero.
Imagen cedida

La PAC nació con el propósito de suplir esos efectos, ¿no ha servido su aplicación?

Hay una visión categóricamente equivocada sobre la PAC. Se habla de ella como si fuera una subvención, cuando en realidad es una compensación por la pérdida de renta que sufrimos debido a las enormes exigencias que se nos imponen para producir en Europa. Pero vaya, los requisitos de cumplimiento para obtener esa compensación cada vez son mayores. Casi tenemos que estar más tiempo delante de papeles y del ordenador haciendo burocracia que cuidando nuestro cultivo.

Además, cumplimos con estándares sanitarios, medioambientales y de calidad que no existen en otros países, y eso encarece muchísimo nuestros costes. Con lo cual, a ver qué ganadero, qué agricultor, aguanta esto. Por eso están desapareciendo tantas explotaciones. Lo peor es que la gente no se da cuenta de lo que esto supone. Va a llegar un momento en el que el precio de productos cotidianos va a ser inasumible. Lo estamos viendo ahora con el precio del cordero, no para de crecer porque cada vez hay menos explotaciones de ovino. Y esto no se va a quedar aquí, como todo siga en la dirección actual, va a ir pasando con la leche, con los huevos, con la carne…

¿Y qué solución cree que están dando desde Bruselas?

La solución es que se va a suplir nuestra falta de producción con la entrada en vigor de tratados comerciales con otros países. Como el acuerdo con Mercosur. Que van a agravar aún más la crisis, porque producen con una mano de obra más barata, con una producción a grandísima escala y encima bajo unos requisitos más laxos. Nosotros no vamos a poder competir a sus precios. Y muchas explotaciones irán muriendo poco a poco.

Cartel en contra de Mercosur en la entrada de la explotación agrícola de Guadalupe Tejero, agricultora placentina.
Imagen cedida

Es paradójico porque Mercosur trae cosas muy buenas para otros sectores, pero el primario no puede ser la moneda de cambio. El sábado hay una cumbre de Mercosur en Brasil. Y creo que está previsto que si todo va favorablemente, vayan y firmen. Si lo hacen, es la sentencia de muerte del sector primario español y europeo. Entonces lo que me pregunto es: ¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos a perder nuestra soberanía alimentaria en favor de países terceros? Es que es muy grave.

¿Qué consecuencias puede tener?

Pues los que vivimos en los pueblos estamos menos expuestos. O sea, vemos la situación muy mal, pero hambre no vamos a pasar. Porque aquí tienes tus gallinas, puedes criarte el cerdo, tener un gacho de huerta, pero la gente que vive en las ciudades, si los supermercados donde van dependen de los nuevos proveedores extranjeros, y estos tienen contratiempos o conflictos que provocan desabastecimiento, no van a poder comer. No quiero ser catastrofista, pero quiero que la gente se pare y piense lo que se viene encima. No será de golpe, pero progresivamente llegará.

Le iba a preguntar por el futuro del sector y el relevo generacional, pero claro…

Ya, es que la situación es muy complicada y es cierto que salen ayudas para facilitar la primera instalación de jóvenes en el campo y, al principio, todo parece muy atractivo. Pero con los recortes que se anuncian tanto en la PAC como en los fondos de desarrollo rural, la pregunta es inevitable: ¿cómo vas a animar a alguien a quedarse en un sector que no es rentable por los requisitos que le pones frente a la competencia desleal del producto extranjero? Cualquier persona monta una empresa con la intención de que sea viable.

Por eso luchamos y reivindicamos condiciones justas para todos los productores. La gente tiene que ver que cuando protestamos, lo hacemos por nuestro futuro, pero también por la alimentación de toda la población. Un país no puede permitirse que desaparezca su sector primario. Si eso ocurre, seremos cada vez más vulnerables.