El 28 de abril de 2025, España y Portugal sufrieron el mayor apagón eléctrico de Europa en dos décadas. La Red Europea de Operadores de Sistemas de Transmisión de Electricidad (Entso-E) ha calificado el incidente como “el más grave en Europa en los últimos 20 años” y el primero registrado bajo un fenómeno de “sobretensiones en cascada”, un efecto inédito en el continente. El informe preliminar presentado este viernes busca ofrecer una explicación técnica y objetiva de lo sucedido, pero evita atribuir responsabilidades, que corresponderá a “las autoridades nacionales”. Según Damian Cortinas, presidente del Comité de Entso-E: “Esto nunca ha sucedido antes en Europa, y esto lo sabemos con certeza. No se ha encontrado ninguna mención de este tipo de apagón en ningún lugar del mundo”.
Falta información
Tras cinco meses de recopilación de datos de gobiernos, operadores y actores implicados, Entso-E ha presentado un informe “factual”, realizado por un panel de 45 expertos, entre ellos representantes de Red Eléctrica de España (REE) y autoridades reguladoras europeas. El objetivo, según Cortinas, es “promover la transparencia, el aprendizaje y la mejora” del sistema eléctrico, sin señalar culpables: “La función de Entso-e no es atribuir responsabilidad a ninguna de las partes. Este no es nuestro mandato. No somos un organismo policial. No somos un organismo judicial. Sabemos que los problemas de responsabilidad son muy graves, especialmente en España. Este no es el objetivo de este informe. Es algo que las autoridades españolas asignarán cuando llegue el momento”.
El informe subraya que, aunque Red Eléctrica obtuvo datos completos de 33 empresas de generación y distribución, ocho compañías no autorizaron compartir toda la información. Esto limita parcialmente la visión completa del incidente, aunque el panel pudo reconstruir la secuencia de hechos que llevó al colapso del sistema peninsular.
El apagón comenzó con apenas 500 megavatios perdidos, un valor relativamente bajo para la red ibérica, pero que en menos de dos minutos derivó en sobretensiones en cascada que afectaron primero a España y luego a Portugal. Solo fue posible detener el efecto en la frontera con Francia, evitando que se extendiera al resto de Europa. Para Cortinas “esto es nuevo. Por eso también necesitamos tiempo para analizar qué está pasando y qué podría pasar. El efecto cascada de sobretensión que provoca un apagón total es algo nunca visto en Europa. Y, por supuesto, un apagón total en dos países tiene importantes repercusiones para los ciudadanos y la sociedad”.
Minuto a minuto
Durante la mañana del 28 de abril, la generación renovable aumentaba progresivamente, mientras la tensión en la red de 400 kV comenzó a mostrar cierta variabilidad a partir de las 09:00 horas. Hacia las 10:30, la tensión se aproximó a los 435 kV, sin superarla. En los 30 minutos previos al apagón, se registraron dos períodos de oscilaciones de potencia, tensión y frecuencia: entre las 12:03 y las 12:08, y entre las 12:19 y las 12:22 horas.
Para mitigar estas oscilaciones, los operadores redujeron exportaciones a Francia, acoplaron líneas internas en el sur de España y modificaron el modo de operación del enlace HVDC con Francia. Sin embargo, estas acciones, aunque mitigaron parcialmente las oscilaciones, provocaron un aumento de tensión en la red ibérica, que culminó en el apagón total a las 12:32 horas.
Restauración de la electricidad
En lo que se refiere a la restauración del sistema eléctrico, el estudio valora que en algunas regiones de los sistemas portugués y español este proceso se facilitó, entre otras cosas, mediante la activación de recursos del sistema eléctrico. Como los procesos de arranque en negro en ciertas centrales. Así como las interconexiones existentes con Francia y Marruecos. De este modo, a las 00.22 horas y alrededor de las 04.00 horas del 29 de abril se completó el proceso de restauración de la red de transmisión en Portugal y España, respectivamente.
El informe final de Entso-E se espera para el primer trimestre de 2026. E incluirá un análisis detallado de las causas raíz y recomendaciones para prevenir futuros incidentes similares. Mientras tanto, las autoridades nacionales y europeas continúan evaluando las medidas necesarias para reforzar la seguridad y fiabilidad del sistema eléctrico. Este, abastece a más de 50 millones de personas y constituye una pieza clave de la infraestructura crítica del continente.
El incidente ha reabierto el debate sobre la estabilidad del sistema eléctrico europeo ante fenómenos extremos. Y la necesidad de reforzar los mecanismos de control ante oscilaciones y pérdidas repentinas de potencia. Especialmente en un contexto de creciente penetración de energías renovables.