Telefónica recorta dividendo y redefine su estrategia hacia la IA y la seguridad

El proceso de Telefónica incluye medidas de reorganización interna y, potencialmente, operaciones financieras relevantes

Marc Murtra, presidente de Telefónica.
Artículo14.

Telefónica inicia una nueva etapa bajo el liderazgo de Marc Murtra. El presidente ejecutivo, que asumió el cargo en enero tras la salida de José María Álvarez-Pallete, ha presentado una hoja de ruta para los próximos tres años que supone un giro profundo en la estrategia de la operadora. Su plan incluye “decisiones difíciles”: una reestructuración de plantilla, un nuevo modelo operativo y un enfoque claro en la rentabilidad y la tecnología. El objetivo es reposicionar a la firma como una compañía más ágil, innovadora y sólida, centrada en dos ejes estratégicos: la inteligencia artificial y la ciberseguridad.

Murtra busca modernizar Telefónica para hacerla más eficiente y competitiva en el contexto europeo, al tiempo que reduce su deuda, una de las más elevadas del sector: 28.233 millones de euros a 30 de septiembre. Para ello, su plan combina austeridad financiera con inversión tecnológica y expansión en los mercados clave del continente.

Un dividendo a la mitad para ganar margen de maniobra

Uno de los movimientos más esperados era la decisión sobre el dividendo. Telefónica reducirá a la mitad la retribución prevista para 2026, pasando de 0,30 a 0,15 euros por acción. La medida pretende liberar recursos para financiar la modernización sin incrementar el endeudamiento. Murtra ha garantizado que el dividendo de los ejercicios 2027 y 2028 se situará entre el 40% y el 60% del flujo de caja libre.

La decisión, delicada para el mercado, deberá contar con el respaldo de los grandes accionistas de Telefónica: la SEPI (10%), la saudí STC Group (9,5%), BBVA (9%), CriteriaCaixa (5%) y BlackRock (4,2%). Con este recorte, Murtra busca equilibrar las cuentas sin perder la confianza de los inversores. El mensaje es claro: crecimiento sostenible por encima del corto plazo.

Resultados en negativo y reordenación global

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Los resultados del tercer trimestre evidencian la necesidad de cambios. Telefónica perdió 1.080 millones de euros hasta septiembre, frente a los 954 millones que ganó en el mismo periodo de 2024. Las pérdidas se deben, en buena medida, al impacto de las ventas en Latinoamérica, donde la operadora ha reducido significativamente su presencia.

Telefónica ha abandonado ya Argentina, Uruguay, Ecuador y Perú. Y está pendiente de la aprobación de Competencia en Colombia para cerrar otra venta. Si la operación prospera, su presencia en la región quedará limitada a Brasil y Venezuela, aunque esta última se encuentra en el aire. La compañía busca desprenderse de activos en mercados inestables para concentrarse en territorios estratégicos.

La idea es clara: centrar Telefónica en sus principales motores de ingresos —España, Reino Unido, Alemania y Brasil— y reforzar su presencia en Europa mediante adquisiciones selectivas. Analistas del sector apuntan que operaciones como las de Vodafone España, 1&1 o Digi podrían estar sobre la mesa si se dan las condiciones adecuadas.

Consolidación, eficiencia y rentabilidad

Murtra quiere situar a Telefónica en una senda de crecimiento de entre el 2% y el 2,5% anual hasta 2028, con un objetivo del 3,5% para 2030. La consolidación en los mercados europeos podría generar sinergias de entre 18.000 y 22.000 millones de euros, según estimaciones de expertos financieros.

La nueva Telefónica quiere ser más ligera y operativa. El plan incluye una reducción del 25% en los gastos operativos (OpEx) del centro corporativo y de las unidades globales de aquí a 2028. Para lograrlo, se descentralizarán operaciones hacia los distintos países, con el objetivo de ganar agilidad y adaptabilidad local.

Sobre la mesa planea también la posibilidad de un nuevo ERE, que podría afectar a unos 6.000 empleados. En 2024, Telefónica ya ejecutó un expediente de regulación de empleo que supuso la salida de 3.640 trabajadores y un coste de 1.300 millones de euros. La compañía no ha especificado aún si esta vez habrá medidas similares, pero sí ha dejado claro que “todas las opciones están abiertas”.

IA y ciberseguridad: los dos motores del nuevo plan

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El corazón del plan de Murtra para Telefónica está en la tecnología. El presidente quiere convertir a la operadora en un referente europeo en inteligencia artificial y ciberdefensa. La IA será utilizada internamente para optimizar procesos, reducir costes y mejorar la atención al cliente mediante automatización e hiperpersonalización de servicios.

La otra gran apuesta es la ciberseguridad. Telefónica Tech, su división tecnológica, reforzará la gestión de riesgos, la inteligencia de amenazas y la protección de redes corporativas, tanto propias como de terceros. Murtra aspira a que Telefónica se convierta en un socio estratégico para empresas e instituciones europeas en el ámbito de la defensa digital.

El vínculo con Indra, empresa en la que Murtra fue clave antes de llegar a Telefónica, también marca la estrategia. Moncloa busca sinergias entre ambas para fortalecer el ecosistema nacional de ciberseguridad y defensa. Un sector en expansión que recibirá buena parte del crecimiento presupuestario en los próximos años.

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