El turismo en el Pirineo aragonés se ha consolidado como una de las actividades preferidas para escapadas de fin de semana, tanto para visitantes nacionales como internacionales. Sin embargo, el aumento de visitantes está provocando una preocupante proliferación de prácticas ilegales que amenazan el delicado equilibrio de sus ecosistemas.
El pasado fin de semana, la Guardia Civil y los Agentes para la Protección de la Naturaleza de la DGA interpusieron 86 denuncias en el ibón de Anayet por acampada ilegal. Un récord que ha encendido todas las alarmas.
Fran Gómez, director del servicio provincial de Medio Ambiente y Turismo en Huesca, alerta de que estas conductas se han visto amplificadas por las redes sociales, que actúan como un potente altavoz para promocionar actividades prohibidas. “Se ha convertido en un boom y este fin de semana se ha llenado de gente”, reconoce en El Periódico de Aragón.
Redes sociales y turismo descontrolado
El turismo en el Pirineo se ha visto impulsado no solo por el boca a boca tradicional, sino por la difusión masiva en plataformas digitales. Una simple búsqueda en internet permite encontrar empresas que organizan excursiones con pernocta en lugares donde acampar está prohibido.
@javinomad IBONES DE ANAYET📍Ubicado en el Pirineo Aragonés🇪🇸, es una de las mejores rutas que puedes hacer este verano☀️🏞️ 🥾🏕️ Puedes salir desde Formigal (ruta más corta), pero nosotros preferimos empezar en el Parking de Anglasé (Candanchú), ya que la ruta es más bonita. Son unos 12km de ida y 12km de vuelta. Una vez llegas al Ibón puedes acampar para pasar la noche. ⚠️ Eso si, recuerda dejar el lugar tal y como lo encontraste ⛔️No es recomendable el baño en el Ibón, ya que está lleno de sanguijuelas😅
Según Gómez, el turismo en el Pirineo mal gestionado genera un impacto ambiental considerable. “El problema es que vayan 100 personas al mismo punto, a bañarse, a comer, a utilizar cremas de sol”, señala. Estas prácticas, además de estar prohibidas, dañan gravemente los ecosistemas de alta montaña.
Los ibones, lagos de origen glaciar con escasa conexión con otros ecosistemas, son especialmente vulnerables. El uso de cremas solares libera aceites y compuestos químicos que se depositan en el agua, alterando un hábitat que ya de por sí tiene dificultades para adaptarse a cambios externos.
Sanciones y medidas preventivas
Las 86 denuncias del pasado fin de semana forman parte de un operativo conjunto destinado a disuadir futuras concentraciones masivas en puntos sensibles. Para realizar una actividad como la acampada en el ibón de Anayet, la normativa exige notificar previamente a SOS Aragón y a la comarca correspondiente.
El director provincial de Medio Ambiente y Turismo en Huesca insiste en que “el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento”. Y recuerda que el turismo en el Pirineo debe adaptarse a unas normas que buscan proteger el patrimonio natural.
@heraldodearagon ⛰️❗ El Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Huesca, el Greim de Panticosa y Agentes para la Protección de la Naturaleza del Gobierno de Aragón han desarrollado un operativo conjunto en el entorno de los ibones de Anayet que se ha saldado con 86 propuestas de sanción a personas que acampaban de forma ilegal. ➡️ El dispositivo llega después de que hace dos semanas saltara la polémica sobre la masificación de este lugar a raíz de la denuncia de la biológica y educadora ambiental Lorena Escuera en HERALDO DE ARAGÓN sobre la presencia de tiendas de campaña, drones y bañistas en los ibones.
La vigilancia de estas prácticas no es un hecho aislado. La Guardia Civil y los agentes de protección de la naturaleza del Gobierno de Aragón llevan tiempo colaborando en operativos similares por todo el territorio montañoso. “Seguiremos colaborando”, asegura Gómez, destacando que esta coordinación es clave para preservar la riqueza ambiental de la región.
Para el futuro, las autoridades no descartan establecer límites de aforo en lugares de gran afluencia. Si el volumen de notificaciones de una actividad es elevado, se podrían aplicar restricciones para evitar la saturación y garantizar que el turismo en el Pirineo se mantenga en parámetros sostenibles. Esto es algo que ya se hace en otros lugares pirenaicos, como Torla-Ordesa.