GASTRONOMÍA

Gabriele Armani, alquimista del trago: el arte de coronarse entre hielos, fuego y cristal

En una Barcelona que nunca duerme y donde las barras tienen más cuentos que las bibliotecas, este joven italiano ha sido elegido Mejor Bartender de España 2025

El mundo del cóctel tiene sus propias estrellas. No llenan estadios, pero sí barras. No firman autógrafos, pero crean combinaciones que te marcan en la memoria. A principios de este mes de junio, en Barcelona, ese universo tuvo su gran noche: la final de la World Class Competition España 2025, organizada por Diageo.

Ocho bartenders de todo el país midieron técnica, creatividad y nervios en cuatro desafíos exigentes. ¿El ganador? Gabriele Armani, de Paradiso, un bar que ya es leyenda en el barrio Gòtic.

Armani, además de convencer al jurado con sus cócteles, se presentó con actitud serena, las ideas claras y una ejecución limpia. Y eso, en un entorno donde el más mínimo error se paga caro, vale oro. De ahí su billete directo a Toronto, donde representará a España en la final mundial de World Class.

“Ser el ganador de World Class 2025 ha sido un sueño que se ha hecho realidad” – Gabriele Armani

Ser el ganador de World Class 2025 ha sido un sueño que se ha hecho realidad. Es el resultado del esfuerzo de todos estos años y he dado todo lo que podía durante los seis que llevo en Paradiso. Ha sido un logro que también he conseguido gracias a todo lo que aprendí en estos años: los viajes, las personas que conocí y, sobre todo, la presión constante que tenemos en Paradiso, que te obliga a estar atento a los detalles. Eso es lo que pide World Class: estar siempre con buena cara y la energía adecuada frente a los jurados o los clientes”, nos confiesa Gabriele Armani.

Una competición con alma (y presión)

Los desafíos eran de esos que pueden sacar lo mejor, o lo peor, de cualquiera. La cosa empezó con “The Re-Used Box”: había que preparar un cóctel a partir de ingredientes sobrantes. Cáscaras, frutas medio olvidadas, especias rescatadas del fondo del armario… Armani supo ver posibilidades donde otros ven obstáculos. “Reuse Box fue la challenge que más presión me generó, junto con la Speed Challenge, porque no sabes lo que te va a tocar hasta que abres la caja. Esta vez me salieron queso azul, uva, romero y mermelada de frambuesas. Decidí empezar con un cóctel primero y luego hacer el otro, para tener la idea clara y no mezclar todo al mismo tiempo, algo que puede hacer que te pierdas. El primer cóctel lo hice con tequila, un estilo Paloma, usando una soda de uva, romero y un poco de mermelada. Luego le puse tequila, dilución, lo enfrié bien y lo gasifiqué. Para el segundo, infusioné la mermelada con vermut, añadí whisky, bitter de chocolate, lo mezclé todo, lo filtré, y como garnish usé un trozo de queso azul. Creo que lo hice bastante bien, en buen tiempo y con resultado diferente”, asegura el ganador.

Luego llegó “The Arts by Johnnie Walker”, donde había que inspirarse en el arte o la moda para crear algo único con Johnnie Walker Blue Label. Su propuesta fue visualmente impactante: “Tenía que inspirarme en el arte, la moda, y hacer algo lujoso, con productos caros, a la altura de un evento como la Met Gala. Además, el vaso debía ser una obra de arte. Por eso colaboramos con un artista de Barcelona que me hizo una flor de cristal”.

El cierre del evento fue el momento más emocionante con el “Ultra Speed Round”, una prueba de velocidad exclusiva para los tres competidores mejor posicionados del día: Antonio Naranjo (representando a Especiarium, Barcelona), Gabriele Armani y Davide Norcini. En esta etapa final, que consistía en preparar 4 Don Julio Palomas, 2 Johnnie Sour y 1 Ketel One Martini en un tiempo máximo de ocho minutos, Armani destacó con una actuación sobresaliente.

“En este tipo de competiciones, el proceso creativo empieza siempre leyendo bien las instrucciones. Después hago conexiones con la cocina o la cultura del ingrediente que quiero usar. Por ejemplo, en la primera fase me inspiré en una salsa estilo ketchup, muy usada en Canadá. Obviamente no la hice de tomate, sino de frutos rojos, que son más representativos allí. La creatividad no nace desde el resultado final, es un paso a paso”, confiesa Armani.

“Lo que he aprendido en Paradiso es a trabajar bajo presión, con rapidez, pero siempre ofreciendo una experiencia que el cliente recuerde”

Paradiso, la barra como escenario

Gabriele forma parte del equipo de Paradiso, ese bar escondido tras una nevera en una charcutería del Born que parece sacado de una película. Ahí los cócteles son de otro planeta. Cada uno tiene humo, concepto, vajilla especial y algo más difícil de replicar: alma. “Paradiso ha sido mi escuela, y lo sigue siendo. Es un bar donde aprendes a ser rápido, pero también a ofrecer hospitalidad, dándole importancia al cliente, haciéndole parte del recorrido. Cada cóctel tiene una presentación diferente, y necesitas tiempo para explicar bien el concepto. No usamos vajillas normales ni presentaciones minimalistas, así que hay que cuidar cada detalle. Lo que más he aprendido en Paradiso es a trabajar bajo presión, con rapidez, pero siempre ofreciendo una experiencia que el cliente recuerde. Lo mejor de nuestro trabajo, para mí, es conectar con el cliente y hacerle vivir una experiencia única. Y, por supuesto, el trabajo en equipo: somos casi 40 personas. Sin eso, no habríamos conseguido lo que logramos estos años”.

Los Coaster Awards, el otro gran momento de la noche

La final nacional también fue ocasión para entregar los Coaster Awards, que reconocen a los mejores bares y equipos de España. Ganadores:

  • Mejor Coctelería en Restaurante: Club Financiero (Madrid)
  • Mejor Cocktail Bar Regional: Moonlight Experimental Bar (Zaragoza)
  • Equipo del año: Monk (Barcelona)
  • Mejor nueva apertura: Devil’s Cut (Madrid)
  • Mejor Cocktail Bar: Paradiso (Barcelona)

¿Y ahora qué?

En septiembre, Gabriele hará las maletas (y no serán ligeras: bitters, utensilios, vasos especiales…) rumbo a Toronto. Allí le esperan los mejores bartenders del planeta. Pero lo visto en la final española deja claro que no va solo con la intención de participar.

Un ingrediente que me está obsesionando ahora es la oca de higo. Están creciendo mucho y me encanta su olor, tanto en la montaña como en la playa, cuando voy en bici por Barcelona. Me gusta usarla para hacer licores, siropes… es un ingrediente que tengo siempre en el bar. Y es el que más estoy explorando en este momento”, concluye Gabriele Armani.

Tiene las herramientas, el oficio y la mirada tranquila de quien sabe lo que hace. Y si gana, será una buena noticia no solo para él, sino para todos los que creen que en una copa bien hecha también puede haber arte.

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