En las calles estrechas y abarrotadas de turistas de Venecia, un grito se ha convertido en seña de identidad: “¡Atención, carteristas!”. La voz pertenece a Monica Poli, una mujer de 57 años que se ha hecho viral en redes sociales por alertar a visitantes y vecinos de posibles robos. Conocida como “Lady pocket”, ha pasado de ser limpiadora a estrella local, aunque ella insiste en que sigue siendo una trabajadora común: “Si ganara dinero con los vídeos, no trabajaría como limpiadora”, asegura.
Poli patrulla en su tiempo libre, oculta bajo gafas de sol y sudadera, mientras observa a quienes sospecha de robar. “¿Si me detendrán? Ni de lejos. Mientras las leyes en este país permanezcan así, yo sigo adelante”, declaró recientemente. Para ella, la impunidad es la norma en Venecia: “Aquí, robar es muy fácil. Y quien roba queda impune”. Según relata en El Salto, hace apenas unos días un grupo de cinco personas asaltó a un jubilado y le vació el cajero automático, sustrayéndole 1.200 euros.
'Attenzione pickpocket'
Monica Poli is a Lega Nord councillor in Venice and a 30-year member of the 'Cittadini non distratti', or 'undistracted citizens' group. Her videos calling out suspected pickpockets in the city have gone viral.https://t.co/UoY1v5lb9U pic.twitter.com/cQSU25xm13
— Sky News (@SkyNews) July 30, 2023
“Los vemos y los perseguimos”
Su estilo y su actitud le han valido cientos de miles de reproducciones en TikTok y menciones en medios internacionales. The New York Times llegó a entrevistarse con ella, aunque el propio diario rectificó un detalle clave: Monica Poli no es una ciudadana cualquiera, sino concejala en Venecia por la Lega Nord, el partido de extrema derecha liderado por Matteo Salvini. Pese a ello, insiste: “No hago política”, incluso cuando se la ha visto compartir escenario con Luca Zaia, presidente de la región del Véneto y figura destacada de la Liga. “Fue una casualidad”, explicaron ambos al coincidir en un acto.
El grupo al que pertenece, Cittadini Non Distratti (“Ciudadanos no distraídos”), lleva más de treinta años organizando patrullas ciudadanas contra los robos. “Los vemos y los perseguimos”, explica Poli, subrayando que la labor es colectiva. Según The Economist, estas patrullas fueron responsables de hasta un tercio de las detenciones de carteristas en 2019. El propio grupo sostiene que su misión es reforzar la seguridad, aunque críticos lo ven como una forma de justicia paralela que erosiona derechos fundamentales.
“Cuando los veo sé que son carteristas”
El riesgo es real, tanto que incluso durante un reportaje para un medio francés, la propia Poli fue víctima de un robo cuando alguien le sustrajo el teléfono móvil. Afortunadamente la policía lo recuperó una semana después. “Trabajo por la mañana, y por la tarde vigilo”, contó a Le Figaro.
Las patrullas de Poli no están exentas de polémica. Asociaciones de derechos humanos y parte de la policía local advierten que grabar y difundir vídeos acusando a personas —a menudo migrantes o gitanos— de ser carteristas supone un riesgo de racismo y acoso. “No se puede filmar a la gente, sobre todo a menores, acusarlos de ser carteristas y difundirlo”, advirtió en 2020 Diego Brentani, del sindicato de la policía veneciana. La propia Poli respondió en entrevistas: “Cuando los veo sé que son carteristas”, descartando la posibilidad de error.
“¿Si me detendrán? Ni de lejos”
Las críticas también alcanzan el plano político. Aunque Poli afirma no tener intenciones electorales, su pertenencia a la Lega Nord y la sintonía de su discurso con las tesis antiinmigración de Salvini hacen difícil desligar su actividad de un trasfondo ideológico. El partido ha construido parte de su narrativa en torno a la seguridad y al lema “italianos primero”, lo que para detractores convierte la cruzada contra los robos en un instrumento más del discurso xenófobo.
A pesar de las controversias, el fenómeno Poli no se apaga. Con más de treinta años señalando a carteristas, selfies con turistas que la reconocen por la calle y vídeos que superan los 100 millones de visualizaciones, su figura es ya parte del paisaje veneciano. Admirada por algunos y criticada por otros, ella mantiene la misma respuesta: “¿Si me detendrán? Ni de lejos”.