Hambruna en Gaza

El desafío de ser madre (y mujer) en plena crisis humanitaria en Gaza

Según Medical Aid for Palestinians (MAP), el 44% de las mujeres embarazadas o que dan pecho a sus hijos necesitan tratamiento médico urgente por la hambruna

Madre
El niño palestino Yazan Abu Foul, de dos años, es cuidado por su madre Naima, ya que sufre de desnutrición grave
Efe

Es la crónica de una hambruna anunciada. “Estamos hambrientas. Mi cuerpo se derrumba. Mi madre está colapsando exhausta. Mi primo sortea la muerte a diario en busca de una pizca de ayuda. Los niños de Gaza mueren ante nuestros ojos, y somos incapaces de ayudarles”, escribió la periodista gazatí Ruwaida Amer.

Pese al movimiento de Israel, que anunció una “pausa humanitaria” para agilizar la entrada de camiones y la distribución de la ayuda -el propio ejército israelí lanzó por aire paquetes de comida-, el daño es irreversible. Acorde a las autoridades sanitarias de Gaza, este lunes murieron de hambre otros 14 palestinos, entre ellos dos niños. En total, ya van 147 muertes por la “hambruna real” que arrasa el devastado territorio, tal y como la describió el presidente estadounidense, Donald Trump.

Niños gazatíes intentando coger algo de comida.

Estoy tan hambrienta… Nunca imaginé usar estas palabras, conllevan una humillación que no logro describir. El hambre significa un asalto a nuestra dignidad, una contradicción cruel en un mundo que se enorgullece del progreso y la innovación”, prosiguió Ruwaida en su artículo en +972 Magazine. Cada mañana, se despierta con la misma misión: como encontrar algo para llevarse a la boca.

Ruwaida pretende alimentar a su madre, que pasó una operación de la espina dorsal hace tres semanas y necesita una buena nutrición para recuperarse. También a sus sobrinos Rital (6 años) y Adam (4), que le suplican una rebanada de pan. “Y nosotros los adultos tratamos de soportar nuestra propia hambre sólo para guardar lo que podamos para los niños y los ancianos”, lamenta.

“Nuestros cuerpos se están desmoronando”

Desde que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rompió la tregua en marzo e impuso un bloqueo total a la entrada de suministros, Ruwaida y otros dos millones de gazatíes apenas probaron carne, huevos, o pescado. Dice que apenas logran un 20% de lo que solían ingerir. “Nuestros cuerpos se están desmoronando. Nos sentimos constantemente débiles, desenfocadas y desequilibradas. Nos irritamos con facilidad, pero la mayor parte del tiempo simplemente guardamos silencio. Hablar consume demasiada energía”, prosigue.

Según publicó el portal ReliefWeb, un servicio digital de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el 44% de las mujeres embarazadas o que dan pecho a sus hijos necesitan tratamiento médico urgente por la hambruna. Los datos son aportados por Medical Aid for Palestinians (MAP). Mohammed Alkhatib, vicedirector de MAP en el sur de Gaza, alerta que los bebés pagan el peor precio, dada la escasez de leche en polvo en el territorio.

Las unidades de nutrición hospitalarias están desbordadas y el sistema de salud de Gaza, sistemáticamente destruido por el ejército israelí, ya no puede satisfacer las crecientes necesidades. Los efectos a largo plazo de la desnutrición infantil pueden provocar retraso en el crecimiento, deterioro del desarrollo y retrasos cognitivos irreversibles. La “pausa humanitaria” llega demasiado tarde.

Superados

Desde MAP aclaran que “a pesar de la enorme perturbación causada por las órdenes de desplazamiento forzado y el asedio continuo, continuamos operando en Gaza, aunque nuestra capacidad para prestar servicios se vuelve cada vez más difícil y peligrosa. Seguimos intentando operar otros ocho puntos médicos nutricionales en el sur de Gaza. Sin embargo, la magnitud de la crisis supera con creces los recursos disponibles”.

La falta de energías también lastra a los equipos médicos que tratan la avalancha de casos por malnutrición. Khalid Shawa, cirujano de un hospital de campaña en la ciudad de Gaza, reconoce que “estamos completamente exhaustos. No tenemos las calorías necesarias para funcionar, nada para beber, ni tiempo para descansar, incluso entre las operaciones nocturnas”, lamenta.

Najah Hashem, madre gazatí de 36 años, teme que su hija Sela, de tan solo 11 meses, sea la próxima víctima. En la pediatría del hospital Nasser de Jan Yunis, cuatro niños murieron por desnutrición. Su pequeña debería pesar unos 10 kilos, pero apenas llega a los 4. “Sigue perdiendo peso constantemente”, lamenta la mujer en una entrevista al canal NBC News.

Sela está desnutrida y ha perdido toda su masa muscular y grasa, aclaró el doctor Ahmad Al-Fara, jefe del departamento de pediatría del hospital, y agregó que sufría deficiencias de vitamina D y hierro. “Es un ejemplo extremo de desnutrición. Es solo la piel sobre los huesos”, aclaró.  Su madre Najah la trajo al hospital hace diez días: era incapaz de producir leche materna porque “no tenía agua ni comida para mí misma”. Empezó a usar leche en polvo, pero tampoco le queda.

La supervivencia de una generación

Según la ONU, la situación humanitaria que se desarrolla en Gaza estaba provocando “resultados catastróficos en los nacimientos de mujeres embarazadas y recién nacidos, amenazando la supervivencia de toda una generación”. Y los que nacen tienen complicado sobrevivir: 20 bebés murieron en sus primeras 24 horas de vida, mientras que el 33% de los 17.000 nacidos en este 2025 nacieron prematuramente, por debajo de su peso o necesitaron ser ingresados en incubadoras.

Barbakh, otra madre que huyó de su casa derruida en Jan Yunis, lucha por subsistir junto a seis miembros de su familia en una tienda de campaña. La poca comida disponible en los mercados es extremadamente cara. “Una sola lata de leche en polvo cuesta unos 51 dólares, yo no puedo pagar esto por mi hija”, lamenta.

Si bien Trump dijo este lunes que Israel “tiene mucha responsabilidad” por la trágica situación en Gaza, Netanyahu sigue negando la realidad. “No existe una política de hambruna en Gaza, no hay hambre”, afirmó pese a la crudeza de la crisis. Israel acusó a la ONU de fallar en la misión de repartir toneladas de ayuda humanitaria, encalladas durante días en el lado gazatí de la frontera en el cruce de Kerem Shalom. “Seamos claros: Israel apoya la ayuda a los civiles, no a Hamás. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) seguirán apoyando el flujo de ayuda humanitaria a la población de Gaza”, aclaró un portavoz militar israelí.