Mientras Benjamin Netanyahu y Donald Trump concluyeron su encuentro en Washington sin novedades al respecto de la tregua temporal en Gaza, los bombardeos israelíes siguen matando a diario civiles gazatíes. Este jueves, 15 palestinos -entre ellos ocho niños y dos mujeres- murieron en un bombardeo israelí junto a un centro médico en el centro del territorio costero.
Acorde al hospital Mártires de Al-Aqsa, el ataque alcanzó a un grupo de gente que hacía cola para obtener medicinas junto a este centro en la ciudad de Deir al-Balah, en el centro de la franja. Videos filmados en la escena del impacto mostraron cuerpos ensangrentados de niños en el suelo, con médicos tratando de curar sus heridas a toda prisa.

Como es habitual en estos casos, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) justificaron la acción alegando que el blanco era “un terrorista de Hamás en el área”, y su portavoz agregó que “se lamenta cualquier daño a individuos inocentes” y que el “incidente será revisado”. En ataques en otras zonas de la franja, especialmente al norte, murieron otros 26 palestinos durante el jueves.
En la morgue del hospital Mártires de Al-Aqsa, los familiares de los muertos confirmaban sus identidades en una lista, mientras los cuerpos eran envueltos en bolsas blancas antes de los funerales. Una mujer comentó a la BBC que su nuera embarazada Manal, junto a su hija Fatima, figuraban en la lista de fallecidos. Otro hijo de Manal fue ingresado en estado crítico.
“Estaba haciendo cola para obtener suplementos médicos para niños cuando ocurrió el incidente, no sé que ocurrió después”, contó Intisar. “¿Por qué pecado fueron asesinados?”, se preguntó otra mujer. Y agregó: “estamos muriendo ante los ojos y oídos del mundo entero. Todo el mundo está mirando a Gaza. Si la gente no es asesinada por las FDI, muere tratando de recoger comida”.

En el comunicado emitido por la portavocía de las FDI, se aclaró que el objetivo era un miembro del cuerpo Nujba, el comando de élite de Hamás que lideró la invasión y las matanzas del 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel. Pese a que Hamás está muy debilitado militarmente, todavía es capaz de causar daño a las tropas israelíes: recientemente logró matar a cinco soldados y herir a otros 14 con un artefacto explosivo plantado en Beit Janun.
Pese a que desde Doha los mediadores de Israel y Hamás seguían emitiendo señales de posibles avances para lograr la tregua y la liberación de rehenes israelíes, sobre el terreno la situación de los civiles sigue siendo dramática. Acorde a un nuevo plan presentado por Israel, los dos millones de residentes de Gaza podrían ser ahora reubicados a una “ciudad humanitaria” en el área de Rafah, que quedó “esterilizada” de miembros de Hamás tras los operativos de las FDI.

Desde Washington, un oficial israelí insinuó que el acuerdo de tregua se podría lograr dentro de una o dos semanas, aunque las principales diferencias entre los bandos siguen sin resolverse. Se pretende sellar una tregua de 60 días, en que Hamás debería devolver a 10 rehenes israelíes vivos y 18 muertos, a cambio de cientos de presos palestinos. En este periodo, se negociaría un fin definitivo a la guerra, que debería pasar por el desarme del grupo islamista. Si Hamás no entregara las armas, Israel retomaría los bombardeos.
No obstante, el grupo islamista condena la “intransigencia” del gobierno de Netanyahu, e insiste en que aceptará la tregua si supone una retirada militar total de las FDI y el fin de los bombardeos. Acorde al ministerio de salud de Gaza -controlado por Hamás-, unas 57.680 personas murieron por la ofensiva israelí lanzada el 7 de octubre de 2023, en respuesta a la invasión de Hamás, donde los islamistas mataron a unos 1.200 israelíes y secuestraron a 251.