50 aniversario

El futuro de las coronas europeas es femenino

De los reyes que dominaban el mapa en los años setenta a una nueva ola de princesas, Europa vive el mayor cambio dinástico en décadas

Princesas de europa
Las herederas de las monarquías europeas
KiloyCuarto

Se cumplen 50 años del inicio de la monarquía parlamentaria en España, un aniversario que llega en uno de los momentos más delicados para la figura de Juan Carlos I. Medio siglo después de aquel arranque, la fotografía del poder real ha cambiado. Europa se ha convertido, de hecho, en la región del mundo donde la igualdad en la sucesión ha avanzado más. De las 22 casas reales hereditarias que hoy cuentan con heredero designado, cuatro están encabezadas por mujeres y todas pertenecen a monarquías constitucionales europeas: España, Países Bajos, Bélgica y Suecia.

El caso español condensa bien ese contraste. Hace 50 años, la monarquía se vinculaba a la figura de Juan Carlos I, símbolo de una restauración que hoy se mira con más distancia y crítica. Cinco décadas después, el foco está en su nieta.

Las monarquías de Europa
El mapa de las casas reales en Europa
EOM/KiloyCuarto

El papel de Leonor de Borbón quedó consolidado cuando, a las puertas de cumplir 18 años, juró la Constitución ante las Cortes Generales. Desde entonces ha multiplicado sus apariciones públicas: ha presidido actos como los Premios Princesa de Asturias 2023 o la Pascua Militar de 2024 y ha comenzado una intensa formación militar que se prolongará antes de dar el salto a la universidad, como hizo su padre.

Su posición, sin embargo, no es intocable. El artículo 57.1 de la Constitución sigue dando preferencia al varón, de modo que Leonor es heredera presuntiva: si Felipe VI y Letizia tuviesen un hijo, ella quedaría desplazada. España comparte aún este modelo con Mónaco y Liechtenstein, que incluso excluye a las mujeres de la sucesión, mientras que otras monarquías europeas ya han reformado sus leyes para implantar la igualdad entre hijos e hijas.

El Rey Juan Carlos y la Princesa Leonor, en la misa de Domingo de resurrección de 2018
efe

Isabel de Bélgica

En Bélgica, la princesa Elisabeth es la hija de los reyes Felipe y Matilde y heredera al trono desde su nacimiento, el 25 de octubre de 2001, gracias a la abolición de la Ley Sálica en 1991. Ostenta el título de duquesa de Brabante y ya ha jurado la Constitución.

Primero completó su formación en la Real Academia Militar belga y ahora cursa estudios de alto nivel en el extranjero: un máster en políticas públicas en la Harvard Kennedy School. Compagina esa vida universitaria con sus responsabilidades oficiales, en ocasiones en solitario.

Cuando Juan Carlos I se convirtió en rey de España en 1975, en Bélgica reinaba Balduino, que no era el abuelo de Elisabeth. Balduino murió a los 63 años y sin descendencia, de modo que la corona pasó a su hermano, Alberto II, abuelo de la actual heredera, y ahora la línea sucesoria apunta directamente a ella.

Elisabeth de Bélgica. Fotografía: EFE
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Amalia de Orange

En Países Bajos, la heredera es Catharina-Amalia. Hija de Guillermo Alejandro y Máxima, ostenta el título de princesa de Orange. Tras cumplir la mayoría de edad en 2021, se incorporó al Consejo de Estado y ha ido ganando espacio en la agenda institucional: ha participado en giras internacionales, en el Día del Príncipe (Prinsjesdag) y hasta ha ejercido de anfitriona en cenas de Estado.

Esta princesa también tiene una estrecha relación con Madrid. Su vida universitaria dio un giro drástico en 2022, cuando los servicios de inteligencia detectaron un plan de secuestro contra ella atribuido a la Mocro Maffia. La amenaza, vinculada al fugitivo Karim Bouyakhrichan, obligó a la heredera a abandonar Ámsterdam y trasladarse en secreto a Madrid, donde vivió más de un año bajo estrictas medidas de seguridad. Allí continuó sus estudios a través de IE University y quedó bajo la protección directa de los reyes Felipe VI y Letizia, un periodo que consolidó su relación personal con España.

Ahora inicia nuevos estudios de Derecho neerlandés y participará en el programa Defensity College, mientras continúa preparándose para su futuro como reina.

La princesa de Orange, heredera al trono de los Países Bajos. Fotografía: EFE/Chema Moya

Victoria de Suecia

Suecia fue el país que abrió el camino a la igualdad sucesoria en 1980. Una reforma constitucional permitió que Victoria, que entonces tenía tres años, se convirtiera en heredera por delante de su hermano pequeño, el príncipe Carlos Felipe. Ese cambio marcó época y dio inicio a una cadena de reformas que luego siguieron Países Bajos, Bélgica, Dinamarca y Luxemburgo.

Victoria forma parte de una generación de herederos que ronda los 50 años, con formación académica y militar ya completada y vida familiar consolidada, que espera el momento de subir al trono. Su caso simboliza el giro legal que ha permitido que Leonor, Isabel o Amalia estén hoy en primera línea.

Victoria de Suecia - Casa Real
Victoria de Suecia en palacio real
EFE

Noruega: Haakon hoy, Ingrid mañana

Noruega ofrece un ejemplo de transición a dos tiempos. En la generación actual, el heredero inmediato es Haakon, mencionado junto a Federico de Dinamarca y la propia Victoria de Suecia como parte de ese grupo de príncipes en torno a la cincuentena que llevan décadas esperando su turno.

Pero la mirada al futuro ya tiene rostro femenino: Ingrid Alexandra de Noruega. Es la hija mayor de Haakon y Mette-Marit, segunda en la línea de sucesión tras su padre y llamada a convertirse en la segunda mujer en reinar en la historia del país. Nació el 21 de enero de 2004 y pertenece al mismo tramo de edad que Leonor o Amalia, lo que la sitúa de lleno en esta nueva generación de princesas formadas desde niñas para ejercer como jefas de Estado.

La princesa Ingrid Alexandra, en su visita a la base militar de Rena
EFE

Cuatro herederas frente 18 herederos

Si se mira el mapa global, la estadística sigue siendo tozuda. En el mundo hay 43 países donde el jefe del Estado es un monarca. De ellos, 26 son casas reales hereditarias y solo 22 tienen ya heredero designado. De esos 22, 18 son hombres y solo cuatro son mujeres. Las cuatro están en Europa y casi todas comparten rasgos generacionales: son jóvenes, han crecido con la idea de que algún día serán jefas de Estado y se están formando en universidades y academias militares de prestigio.

El contraste con otras regiones es evidente. En el mundo árabe, ocho países son monarquías —Arabia Saudí, Baréin, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait, Marruecos y Omán— y todos mantienen lo que se conoce como primogenitura agnática: no solo se privilegia al varón, sino que las mujeres quedan directamente excluidas de la línea sucesoria. Todas estas casas, salvo Jordania y Marruecos, son monarquías absolutas.

En Asia la situación tampoco es muy distinta. La monarquía japonesa, la más antigua del mundo, reserva el Trono del Crisantemo a los hombres. En Brunéi las mujeres también quedan fuera y en Tailandia los varones tienen preferencia. Incluso en Malasia, donde el rey se elige de forma rotatoria entre nueve monarcas locales, las casas reales solo admiten herederos masculinos.

Un aniversario en clave femenina

En este contexto, el 50º aniversario de la monarquía española permite una comparación muy visual: mientras en 1975 España estrenaba el reinado de Juan Carlos I y como referencia monárquica femenina solo teníamos a Isabel II en Reino Unido, hoy el relevo europeo apunta hacia una generación completamente distinta. Los nombres que simbolizan el futuro ya no son los de aquellos monarcas que ocupaban los tronos hace medio siglo, sino los de Leonor, Elisabeth, Amalia o Ingrid, herederas jóvenes y preparadas que encarnan el mayor giro dinástico en décadas. Medio siglo después, la foto de familia de la realeza europea mira claramente hacia ellas.