Ayuda humanitaria

“El silencio mata”: Paula Gil Leyva alerta del colapso de la acción humanitaria global

La presidenta de Médicos Sin Fronteras España denuncia el desmantelamiento del sistema humanitario internacional y advierte de que la supuesta paz en Gaza no existe

GAza
Gazatíes observan desde un edificio destruido en Al Shatea, Gaza
EFe

“Hicimos lo que pudimos”. Con esa frase, escrita en el hospital Al Awda por el doctor Mahmud Abu Nujaila poco antes de morir bajo las bombas en Gaza, Paula Gil Leyva, presidenta de Médicos Sin Fronteras (MSF) España, quiso resumir la situación actual de la acción humanitaria en el mundo. “A pesar de las bombas y la destrucción, siguió hasta el último minuto tratando de cuidar a los pacientes que no podían ser evacuados“, recordó Gil Leyva durante un desayuno informativo celebrado este jueves en Madrid. “Esa imagen simboliza a la perfección lo que estamos viviendo. Seguimos intentando salvar vidas, aunque todo a nuestro alrededor se derrumbe“.

La presidenta de MSF España trazó un panorama desolador del sistema humanitario internacional, al que calificó de “cataclismo” y “crisis sin precedentes”.

El repliegue de la ayuda humanitaria

“Se está desmantelando el sistema de coordinación humanitaria, de vigilancia epidemiológica, de respuesta a emergencias”, advirtió desde la tribuna del Foro Nueva Economía. “Asistimos a una erosión de las normas internacionales y a un retroceso de difícil medida en los compromisos climáticos. El derecho humanitario se está vapuleando cada día“.

Presidenta MSF
Paula Gil, presidenta de Médicos Sin Fronteras

Gil Leyva denunció que los principales países donantes -entre ellos Estados Unidos (USAid), Alemania, Reino Unido, Países Bajos o Suecia- están recortando drásticamente su ayuda exterior. “Estas decisiones, tomadas en despachos alejados del terreno, tienen consecuencias directas sobre millones de vidas. Y suelen ser vidas fuera del eco mediático”, lamentó la presidenta de MSF desde 2021.

Esa retirada de fondos ha dejado a organizaciones como MSF cada vez más solas en las zonas de conflicto. “Cada día nuestros equipos nos reportan la retirada progresiva de otras organizaciones. No tenemos capacidad para cubrir todas las necesidades. Las necesidades crecen de manera exponencial”.

El silencio que mata

Para Gil Leyva, la labor de MSF no se limita a atender a víctimas o curar heridas: también implica alzar la voz. “El testimonio forma parte de nuestro ADN. No sabemos si las palabras salvan vidas, pero sí tenemos la certeza de que el silencio mata“, afirmó.

Denunciar, subrayó, es un deber ético y humanitario: “Hemos reportado violaciones del derecho internacional tan terroríficas como el uso de organizaciones supuestamente humanitarias que reparten comida y balas al mismo tiempo. Esto está ocurriendo en Gaza“.

Gaza
Mujeres palestinas lloran junto a los cuerpos de sus familiares en el Hospital Nasser, quienes murieron durante un ataque aéreo israelí en Jan Yunis, al sur de la Franja de Gaza
Efe

En la Franja, recordó Gil Leyva, 565 trabajadores humanitarios -entre ellos 15 de MSF- y 250 periodistas han sido asesinados desde el inicio de la ofensiva israelí. “Todos los hospitales han sido parcial o totalmente destruidos. Las consecuencias para la población civil son devastadoras”, denunció la presidenta de MSF, que además de sus títulos de enfermería, es experta en Género e Igualdad.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.600 pacientes esperan ser evacuados de Gaza, muchos de ellos niños y enfermos graves. “Entre julio de 2024 y agosto de 2025, al menos 740 personas, incluidos 137 niños y niñas, murieron esperando ser evacuadas. ¿Qué mayor fracaso puede haber que ese?”, preguntó Gil Leyva.

“Hablar de paz en Gaza es surrealista”

Preguntada por Artículo14 sobre la situación actual en Gaza, Gil Leyva fue contundente: “Ayer mismo nuestros compañeros en el hospital Nasser atendían a los heridos del último bombardeo, en el que murieron más de cien personas, entre ellas decenas de niños. ¿Qué puedo contestar? Hablar de alto el fuego, y ya no digamos de acuerdo de paz, me parece surrealista“.

Gaza
El interior del hospital Al Shifa, donde todo quedó destruido por la guerra. (Nour Alsaqqa/MSF)
Nour Alsaqqa/MSF

La presidenta de MSF España advirtió sobre el peligro de asumir narrativas falsas: “Tenemos que tener cuidado con no comprar una narrativa que no se corresponde con la realidad”.

Sudán, el gran olvidado

Más allá de Gaza, Gil Leyva señaló a Sudán como la mayor crisis humanitaria del planeta. “Doce millones de desplazados, más de 150.000 muertos, el 70% de las estructuras de salud destruidas. ¿Podemos imaginar algo así en España?”, preguntó.

Sudán, añadió, “ni siquiera aparece en los medios. Es una guerra contra la población civil, con todas las líneas rojas cruzadas, y con el silencio cómplice de la mal llamada comunidad internacional”.

Paula
La presidenta de Médicos Sin Fronteras España durante su intervención

La lista de crisis olvidadas es larga: Afganistán, Sudán del Sur, República Democrática del Congo, Sahel, Yemen, Myanmar, Haití, Ucrania… “En todos esos lugares nuestros equipos hacen malabares para llegar a las poblaciones. Pero el acceso es cada vez más difícil y el espacio humanitario se estrecha”.

Resistir desde los valores

Ante este panorama, Gil Leyva reivindicó la independencia financiera de Médicos Sin Fronteras -sostenida por donaciones privadas- como una herramienta esencial para mantener su autonomía y sus principios. “Nuestra independencia nos permite decidir a quién atendemos y cómo, con un único interés: salvar vidas y aliviar el sufrimiento. Y también es una garantía para poder acceder a las poblaciones más vulnerables”, explicó.

Una bolsa con sangre de uno de los civiles ingresados en el centro de salud de MSF en Al Mawasi, que resultó herido mientras intentaba conseguir alimentos en el punto de distribución de GHF
MSF

Pese a la gravedad del momento, Gil Leyva quiso cerrar con un mensaje de compromiso: “Mientras afrontamos este momento crítico, compartimos nuestras limitaciones, pero también nuestra convicción. Los valores que nos sustentan -solidaridad, humanidad, ética médica, no discriminación, neutralidad- se están convirtiendo en una forma de resistencia. En un mundo a la deriva, esto es lo que nos queda”.

Y recordó las palabras de su compañero asesinado en Gaza: “Estamos haciendo lo que podemos. Por favor, acuérdense de nosotros”.