En un caso que ha generado asombro y debate en China, una mujer identificada con el pseudónimo de Chen Hong logró evitar durante casi cuatro años el cumplimiento de una condena de prisión gracias a una estrategia poco común: quedar embarazada de manera consecutiva. La mujer fue sentenciada en diciembre de 2020 a cinco años de cárcel por fraude, pero nunca llegó a cumplir la condena en un centro penitenciario.
En China, la legislación contempla excepciones temporales para ciertos convictos. Entre ellas se encuentran los reclusos con enfermedades graves, mujeres embarazadas, madres lactantes o personas incapaces de valerse por sí mismas. Estos casos pueden cumplir su condena fuera de prisión, generalmente bajo supervisión comunitaria, en hospitales o en sus propios hogares.
Los beneficiarios de esta medida deben presentar informes médicos cada tres meses y cumplir con servicios de corrección comunitaria supervisados por autoridades locales. Chen se amparó en esta normativa y, en lugar de entrar en la cárcel, consiguió dar a luz a tres hijos con el mismo hombre en un lapso de cuatro años.
El descubrimiento de las autoridades
La estrategia funcionó hasta mayo de 2025, cuando una inspección rutinaria destapó las irregularidades. Aunque Chen acababa de tener a su tercer bebé, los fiscales descubrieron que el niño no vivía con ella. La investigación reveló que el registro familiar del bebé estaba a nombre de su cuñada, lo que lo convertía legalmente en hijo de esta última.
Ante la evidencia, Chen confesó que ya estaba divorciada: los dos primeros hijos vivían con su exesposo y el tercero había sido entregado a la hermana de este. El hallazgo llevó a la fiscalía a concluir que Chen había utilizado los embarazos únicamente como excusa para evadir la prisión. Con menos de un año pendiente de condena, finalmente fue trasladada a un centro de detención para cumplir lo que resta de su pena.

Reacciones sociales y críticas al sistema
El caso no tardó en hacerse viral en redes sociales chinas, donde las opiniones se dividieron entre la sorpresa, la indignación y la lástima hacia los menores. El diario South China Morning Post recogió comentarios como: “Estaba más sorprendido de que pudiera quedarse embarazada justo cuando lo quería”. Otro señaló: “Siento pena por los tres niños, que nacieron solo porque su madre quería escapar de la cárcel”. Incluso hubo quienes reflexionaron sobre la viabilidad de la estrategia. “Por experiencia propia, es más fácil quedar embarazada justo después de dar a luz”, escribió una usuaria.
Más allá de las reacciones, el caso abrió un debate entre juristas y fiscales sobre las posibles lagunas legales. Algunos expertos consideran que la normativa debería modificarse para evitar abusos similares. Procuradores de la ciudad de Yancheng, en Jiangsu, propusieron que en casos de embarazos reiterados como el de Chen, el sistema judicial suspenda el cómputo de la condena en lugar de seguir contabilizando el tiempo como si estuviera cumpliéndose. En sus palabras: “De esta forma también se protegen los derechos de los hijos por nacer”.
No es un caso aislado
El fenómeno no es nuevo en China. Según People’s Daily Online, otra mujer identificada como Zeng logró evadir la cárcel durante una década tras ser condenada a cadena perpetua por corrupción en 2005. En aquel momento estaba embarazada y se le permitió cumplir la condena fuera de prisión. Posteriormente reportó 14 embarazos en diez años, de los cuales 13 fueron reales y uno falso.
Esa táctica le permitió retrasar su ingreso a prisión hasta 2015, cuando finalmente un tribunal ordenó su encarcelamiento. El caso de Zeng muestra cómo este vacío legal ha sido explotado en más de una ocasión.
La historia de Chen Hong muestra una laguna en el sistema judicial chino, que tendrá que buscar cómo equilibrar la protección de las mujeres embarazadas y de los recién nacidos con la necesidad de garantizar que los condenados cumplan efectivamente sus penas. Mientras tanto, el caso sigue generando debate público y deja abiertas preguntas sobre el futuro de una legislación que, aunque busca proteger derechos fundamentales, también ha demostrado ser vulnerable a manipulaciones.