El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, abrió el curso político con una entrevista en ‘El programa de Ana Rosa’ en la que adoptó un tono más duro que en ocasiones anteriores y abordó los principales debates que marcarán la agenda política de los próximos meses.
Preguntado por los sondeos, Feijóo reconoció que el último barómetro refleja el peor resultado para su partido desde 2023, aunque destacó el hecho de que el PP seguiría siendo la fuerza más votada. “Me quedo con que si hay elecciones el PP ganaría”, afirmó. No obstante, Ana Rosa Quintana asomó que quizás en el escenario actual, necesitaría a Vox para formar gobierno, a esto, Feijóo insistió en que su objetivo es “gobernar en solitario” y lograr que “España vuelva a reconciliarse consigo misma”.
Por otro lado, hizo referencia a su ausencia en la apertura del año judicial en el Tribunal Supremo, celebrada el pasado viernes. El líder del PP explicó que ya había comunicado a finales de julio su decisión de no asistir y que incluso informó al Rey, quien, según aseguró, “lo entendió y tomó nota”. Feijóo defendió su postura alegando que “quien mancha el acto es el Gobierno y el fiscal general del Estado”, y subrayó que no podía “estar de acuerdo en que se dirija delante de los magistrados que le pueden estar juzgando”. Reivindicó que fue una decisión meditada, de la que se hace plenamente responsable, y afirmó con rotundidad que “lo volvería a hacer”.
Así, anunció que, si llega a gobernar, impulsará una reforma del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal para que el nombramiento del fiscal general requiera el aval del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y para que su cese sea automático en caso de imputación.
Ataques a Sánchez
Uno de los puntos más controvertidos de la entrevista giró en torno a las acusaciones de Feijóo sobre los vínculos familiares de Sánchez con negocios relacionados con la prostitución. Según denunció, el jefe del Ejecutivo “se lucró de la prostitución durante varios años” y, por tanto, “no tiene legitimidad” para liderar una ley que busca su abolición. A su juicio, el Partido Popular tiene una posición clara: está “a favor de abolir la trata”. Sin embargo, recalcó que para poder hablar de prostitución “hay que cumplir dos condiciones: no ser consumidor y no vivir de ella”. En este sentido, acusó al presidente del Gobierno de haber convivido con la “indecencia” de un “negocio abominable” que no puede compatibilizarse con la responsabilidad de dirigir un país.
Feijóo justificó este ataque recordando que España “vive en una sombra permanente de corrupción” que afecta tanto al entorno personal de Sánchez como a su Gobierno y a su partido.
El lugar tan sórdido y la bajeza moral en la que ha vivido Sánchez es incompatible con ser presidente del Gobierno. pic.twitter.com/jlskjUP1LJ
— Alberto Núñez Feijóo (@NunezFeijoo) September 8, 2025
También se detuvo en el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado, subrayando la obligación constitucional de presentarlos y criticando al presidente por los retrasos: “Si un presidente incumple con presentar los presupuestos no tiene un pase”. Además, cuestionó la estabilidad del Ejecutivo: “No depende de Sánchez aguantar hasta 2027, sino de sus socios”, y afirmó que la legislatura caerá cuando los aliados de investidura consideren que apoyar al presidente les perjudica electoralmente.
En su opinión, España vive una situación de “enorme inestabilidad política” bajo un presidente que “dice una cosa y la contraria” y cuya principal debilidad es la dependencia de pactos frágiles.
Corrupción interna e inmigración
Al ser preguntado por los casos de corrupción que han afectado al PP, el líder de la oposición se mostró sereno. Respecto al denominado caso Montoro, defendió que la investigación llegue “hasta el final y con las últimas consecuencias”. Señaló que, aunque se indaga desde hace siete años, “no se ha tomado declaración a nadie”, y subrayó que lo relevante no es su opinión, sino lo que determinen los jueces. Reiteró así la disposición de su formación a asumir responsabilidades en caso de que se acrediten delitos, al tiempo que insistió en que él se mantiene “tranquilo” sobre este asunto.
La inmigración fue otro de los bloques centrales. Feijóo quiso marcar distancia con el discurso de Vox. Rechazó la idea de “hundir barcos” con inmigrantes y sostuvo que lo esencial es impedir que esas embarcaciones lleguen a salir de los países de origen. “No es cuestión de hundir barcos, es cuestión de que no zarpen”, defendió.
El líder del PP reconoció que España necesita mano de obra en sectores como la hostelería, la construcción y el sector primario, pero dejó claro que deben ser inmigrantes regulares, con empleo y que cumplan las leyes. Fue tajante al afirmar: “Si un inmigrante viola, tiene que ser expulsado”. Además, acusó al Gobierno de sostener un discurso “buenista” que, lejos de resolver los problemas, alimenta el malestar social y favorece el crecimiento de la ultraderecha.
Política exterior
El presidente popular no pasó por alto la guerra en Oriente Próximo. Tras el anuncio de nueve medidas para sancionar el “genocidio en Gaza”, acusó a Sánchez de actuar “exigido por sus socios” y de ser “el presidente más débil de la historia de España”. Aunque reconoció que Israel debe cumplir con el derecho internacional, reprochó al jefe del Ejecutivo que no mencionara a Hamás, sus túneles, escudos humanos ni la exigencia de liberar a los rehenes.
El dirigente popular añadió que el presidente no se ha puesto en contacto con la oposición para conocer su postura y recalcó: “Hamás es una organización terrorista y tenemos que denunciarlo”. Cuestionó la viabilidad de aplicar medidas como el embargo de armas, dado que gran parte de los sistemas militares españoles dependen de componentes israelíes.