Los aliados de Pedro Sánchez y su socio de Gobierno salieron en tromba a ajustar cuentas entre sí tras la derrota parlamentaria que puso el broche de oro al curso político en el Congreso de los Diputados. El ala socialista del Ejecutivo y la cúpula del partido, sin embargo, evitaron hacer demasiada sangre. Tenían en su diana al PP, que por primera semana en varios meses se situó bajo los focos por el escándalo de Cristóbal Montoro y la crisis de Noelia Núñez.
La exvicesecretaria de Movilización y Reto Digital del PP, exdiputada y exconcejal en Fuenlabrada dimitió de todos sus cargos el miércoles, tras atribuirse en sus currículums oficiales una formación académica que nunca concluyó. Su partido, con Miguel Tellado a la cabeza, reaccionó al caso intentando diferenciarse del PSOE, al que reprocha que algunos de sus dirigentes han mentido sobre su formación y aún así siguen aferrados al cargo.
La batalla sobre la “ejemplaridad” se trasladó a los medios, y en el Ejecutivo celebraron sin mucho disimulo que el partido de Alberto Núñez Feijóo sufriese algo de desgaste. También que bajara el soufflé de la presunta corrupción de Santos Cerdán, exnúmero tres del PSOE, que hace mes y medio hizo que Sánchez sopesase “tirar la toalla”. Que este escándalo no monopolizase el debate público, como había venido ocurriendo durante semanas.
Fuentes del Gobierno aseguran a Artículo14 que los tropiezos del PP, primero con la imputación del exministro de Hacienda de Mariano Rajoy -hoy lejos de la cúpula de Génova y ya fuera del partido-, han servido para algo “más” que brindarles un poco de oxígeno. “El viento cambió de dirección”, presumen.
En el PSOE van más lejos. “La gente está en verano, viendo que el país funciona y que el PP es disfuncional”, afirma un dirigente. Más allá de los escándalos, desde la cúpula socialista sacan pecho por los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) conocida el jueves, cuando se rompió la barrera simbólica de los 22 millones de personas trabajando. Otra dirigente tiraba de la hemeroteca de Feijóo y recordaba que él mismo abogó por conseguir esa cifra de personas empleadas.
Hay preocupación porque las acusaciones de corrupción que afectan a Cerdán y a Montoro pueden servir para desmovilizar a los potenciales votantes de los dos grandes partidos y para reforzar a Vox. Sin embargo, también llevan tiempo mordiéndose la lengua a la hora de responder al PP, entre los vergonzantes hallazgos de las investigaciones a su exnúmero tres. Ni creen que un partido con su pasado pueda darles “lecciones”, ni consideran que, con lo que ha trascendido hasta la fecha, tengan que seguir excusándose y guardando silencio.
El PSOE, sobre el PP: “Son nefastos. Deberían esconder la cabeza”
“Son nefastos. Todo el día dando lecciones, y deberían esconder la cabeza. Es un agotamiento”, criticó una dirigente. El martes, cuando lograron los votos para llevar al Boletín Oficial del Estado (BOE) seis de las siete normas sobre las que se había pronunciado la Cámara Baja, el propio Sánchez marcó posición y ordenó poner el foco en los éxitos, obviando el fracaso del real decreto ley de medidas antiapagón. “Hemos aprobado seis de las siete leyes que llevábamos hoy. Ni tan mal”, presumió, desde Uruguay.
Desde ese martes, sus socios han intercambiado recados y visibilizado su enfado con Podemos, Junts, y BNG, que rompieron la mayoría. El viernes, la organización ecologista Greenpeace publicó una tribuna en El País lamentando el naufragio de esta norma, pidiendo rescatarla con mejoras, y arremetiendo contra los partidos que votaron en contra.
El enfado trascendía a los partidos políticos: “El rechazo esta semana en el Congreso del decreto antiapagones no es sólo un obstáculo más en la transición energética, es una pérdida de oportunidad vergonzosa, desalentadora y un síntoma de la lejanía actual de la clase política frente a las necesidades y preocupaciones reales de la ciudadanía”, reza el texto firmado por Francisco del Pozo Campos, responsable de la Campaña de Combustibles fósiles de esta organización.
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, arremetió contra el “tacticismo” de organizaciones que ve “muy poco” enfocadas en el “interés general”. El ministro de Transportes, Óscar Puente, aprovechó otra polémica -la de la falta de soluciones para las personas sin hogar que duermen en el aeropuerto de Barajas- para tildar de “desnortada” la estrategia de Podemos. Más allá de algunas licencias como éstas, el resto de ministros -y el presidente- estaban a otra cosa.
Los choques en redes sociales con portavoces del PP sí se sucedieron, y dirigentes de los dos partidos intercambiaron peticiones de cuentas por los currículums del propio Puente, de Tellado o del portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López. Puente es el ministro que expuso en redes sociales las tres versiones del currículum oficial de Núñez. La exdirigente mantiene que se trató de un “error”, y asegura que había decidido dimitir pero lo pospuso al miércoles, un día después del pleno, para no opacar la derrota parlamentaria del Gobierno.
Aldama desvincula a Gómez del rescate de Air Europa
Además, las grabaciones del conseguidor de la trama Koldo, Víctor de Aldama, desvinculando a la esposa del presidente, Begoña Gómez, del rescate de la aerolínea Air Europa, generaron cierto alivio en el Ejecutivo.
Desde el discurso de Sánchez en el Congreso, el 9 de julio, cuando anunció sus medidas anticorrupción, en Moncloa y en el partido han ido recuperando algo de ánimo, pero también del control sobre la agenda pública.
Saben que en septiembre, cuando se reanuden las investigaciones -en particular la de Cerdán-, el escenario puede volver a ensombrecerse a toda velocidad, pero rechazan anticipar pantallas. Y creen que el hecho de que Feijóo abriese una línea de ataque contra Sánchez a cuenta de la prostitución que dice que se ejercía en las saunas del padre de Gómez, ya fallecido, reflejó que no tienen límites. Como tampoco tienen una hoja de ruta clara.
El PP: “El Gobierno está acorralado por la corrupción, vive de sobresalto en sobresalto”
La diputada Núñez, de 33 años, era la dirigente más joven en la cúpula de Génova, la responsable de conectar con las generaciones de potenciales votantes que hoy se concentran mayoritariamente en Vox. El PP ha tratado de hacer valer su dimisión como un ejemplo de coherencia y honestidad, también de usarla contra el PSOE, pero ambos se han ido enredando públicamente estos días.
A la espera del balance del curso del presidente del Gobierno, el lunes, Sánchez ya ha anticipado que considera cumplidos el 45% de los objetivos que se marcó la coalición, informa EFE. Presumirá, además, de haber ganado el 86% de votaciones en la Cámara Baja -obviando las derrotas-, y dibujará algunas de las prioridades para el próximo curso.
Lo habitual es que el líder de la oposición le dé réplica poco después, para contrarrestar ese balance y ofrecer su propio diagnóstico y sus recetas políticas. El viernes, en una entrevista en Ok Diario, Tellado ya dio pistas sobre la lectura que hace la cúpula de Feijóo del momento político actual: “El Gobierno no se sostiene más que por el ansia de Sánchez de utilizar los resortes del Estado para la defensa judicial de la familia, del partido y del Gobierno”, criticó. Afearán al presidente que ni siquiera intente presentar Presupuestos Generales del Estado, y que siga gobernando con las cuentas de 2023.
“Es un Gobierno acorralado por la corrupción, que vive de sobresalto en sobresalto en función de las actuaciones judiciales y de las escuchas de la UCO”, incidió. Desde el PP repiten que las investigaciones al exnúmero tres socialista, hoy en prisión provisional, apenas han comenzado. Dan por hecho que las revelaciones se sucederán, y que Sánchez está volcado en una suerte de huida hacia adelante en la que, en algún momento, topará contra un muro.