La llegada del invierno activa en Madrid un dispositivo anual destinado a quienes duermen en la calle. Este 25 de noviembre comenzó oficialmente la Campaña del Frío, un operativo municipal que se prolongará hasta el 31 de marzo y que busca garantizar alojamiento, acompañamiento social y protección durante los meses más duros del año. Mientras los recursos municipales se ponen en marcha, organizaciones sociales como la Fundación tuTECHÔ —especializada en vivienda asequible para colectivos vulnerables— insisten en que la respuesta institucional debe ir acompañada de políticas estructurales y de una mirada más amplia sobre el sinhogarismo en España. “Todos tenemos derecho a una vida digna”, recuerda su directora, Carlota Jiménez de Andrade, que subraya que la vivienda es el punto de partida para cualquier proceso de recuperación.
Un dispositivo ampliado para un invierno que puede ser crítico
El Ayuntamiento de Madrid ha habilitado 432 plazas fijas diarias, ampliables con otras 24 en las noches de temperaturas extremas. El operativo, coordinado por SAMUR Social, se distribuye entre el Centro de Acogida de Emergencia Pinar de San José (150 plazas), el de Vallecas (142 plazas), el Centro Municipal de Urgencias Sociales (20 plazas) y diversas pensiones (120 plazas). En total, serán 129 noches de intervención reforzada, con un horario ampliado que permitirá, por primera vez, que los usuarios permanezcan en los centros durante la mañana y reciban atención social sin necesidad de abandonar el recurso.

Las personas alojadas tendrán acceso a duchas, lavandería, ropero, consigna, enfermería y cenas calientes, una medida que se mantiene tras introducirse el año pasado para mejorar la convivencia y proporcionar una alimentación más completa. La movilidad hacia los centros se realizará mediante dos líneas especiales de la EMT, gratuitas, que conectarán Plaza Elíptica con Pinar de San José y Atocha con el centro de Vallecas, con salidas vespertinas y regresos a primera hora de la mañana.
Durante la campaña 2024-2025, estas líneas transportaron 50.139 viajeros. El Ayuntamiento atendió entonces a 1.630 personas en situación de exclusión residencial y realizó más de 6.700 intervenciones sociales. Este año se mantiene el refuerzo de personal —de 43 a 51 trabajadores sociales y auxiliares— para atender el incremento de la demanda.
Sin embargo, para organizaciones como tuTECHÔ, la respuesta de emergencia es necesaria pero insuficiente si no se acompaña de soluciones estables. “Un albergue te quita el frío, pero no te da un hogar. Y sin un hogar es muy difícil recuperar la vida”, señala Jiménez.
“Hay tres millones y medio de viviendas vacías en España”
La Fundación tuTECHÔ nació para afrontar una paradoja evidente en España: miles de personas sin hogar en un país con millones de viviendas desocupadas. Jiménez recuerda que el detonante fue la constatación de un desequilibrio estructural. “En España hay 3,5 millones de viviendas vacías y decenas de miles de personas sin un lugar donde vivir. Es uno de los mayores desajustes sociales del país y, sin embargo, es un problema abordable si lo hacemos juntos”.

La entidad trabaja a través de un modelo híbrido: por un lado, tuTECHÔ Hogar, la primera empresa social cotizada en el BME Growth, compra, rehabilita y alquila viviendas a entidades sociales a precios asequibles; por otro, la Fundación tuTECHÔ garantiza que ninguna organización quede fuera del sistema por falta de recursos. “Funcionamos como una red de alianzas: inversores de impacto, empresas, filántropos, entidades sociales y administración pública. Todos tienen un papel”, explica.
Carlota Jiménez insiste en el valor del acompañamiento integral: “Cuando se da a una persona no solo un techo, sino estabilidad y dignidad, las posibilidades de que retome su proyecto vital aumentan exponencialmente”. La fundación trabaja con jóvenes extutelados, víctimas de violencia de género, solicitantes de asilo, familias monomarentales o personas que han perdido su empleo. “El sinhogarismo no es solo dormir en la calle. Es perder el hogar. Y eso puede pasarle a cualquiera”.
El vínculo entre vivienda y reconstrucción vital
Carlota Jiménez insiste en que la vivienda es la piedra angular de cualquier intervención social. Recuerda e incide en que “sin un espacio propio, todo lo demás —la salud, el empleo, la estabilidad emocional— se vuelve inalcanzable”. Su fundación cuenta ya con más de 400 inmuebles en 20 provincias, gestionados en colaboración con entidades sociales que acompañan a las familias y personas alojadas.
El objetivo no es solo proveer un alquiler asequible: también se pretende activar la economía local, recuperar barrios y facilitar la integración. “Hay casas vacías que llevan años sin mantenimiento y pueblos con colegios a punto de cerrar. Y, al mismo tiempo, personas que necesitan un lugar para empezar de nuevo. Tiene sentido que estos dos mundos se encuentren”, explica Jiménez.

Una de las iniciativas más destacadas es tuTECHÔ Rural, un proyecto de repoblación que comenzó como piloto en Paredes de Nava (Palencia). Allí, viviendas rehabilitadas permitieron la llegada de nuevas familias. “En un año el colegio pasó de 20 a 40 niños. Se han reactivado negocios locales y han vuelto familias jóvenes que ahora tienen estabilidad laboral y vital. Eso demuestra que este modelo no solo combate el sinhogarismo, sino que dinamiza territorios que estaban perdiendo población”.
Emergencia frente a solución: la diferencia entre dormir y vivir
La campaña del frío busca evitar que ninguna persona duerma a la intemperie durante los meses más gélidos. Pero tuTECHÔ insiste en que la emergencia no puede sustituir a la política de vivienda. “No podemos resignarnos a un modelo donde las personas rotan entre albergues, plazas temporales y situaciones de calle”, afirma Jiménez. “La vivienda no puede ser el premio final, tiene que ser el punto de partida”.
Para la directora de la fundación, el sinhogarismo es un síntoma y no solo un problema en sí mismo. “A veces pensamos que esto solo pasa en otros lugares, pero ocurre aquí, en nuestras calles, en nuestros barrios. Cuando una persona termina durmiendo en la calle, es porque todas las redes han fallado antes”.
Jiménez insiste en que la tendencia a “romantizar la precariedad” o normalizar la falta de vivienda es peligrosa. “No podemos mirar hacia otro lado. No es una cuestión de caridad: es un derecho. Y si hablamos de derechos, la vivienda tiene que estar en el centro”.

Voluntariado, inversión ciudadana y economía humanista
Una de las particularidades de tuTECHÔ es que cualquier persona puede convertirse en inversor de impacto desde un euro. “Democratizamos la inversión social. Antes parecía algo reservado a grandes fondos o grandes patrimonios. Ahora cualquier ciudadano puede participar y saber que su dinero está contribuyendo a solucionar un problema real”.
La fundación también articula voluntariado tanto especializado (jurídico, arquitectónico, psicológico) como de acompañamiento. “Tenemos rutas para identificar personas en situación de calle y derivarlas a recursos. Y tenemos voluntarios que ayudan en mudanzas, en formación digital o simplemente acompañando. Todos suman”. Este tipo de modelo, explica Jiménez, se sostiene gracias a alianzas con empresas que ofrecen servicios pro bono o a bajo coste. “Es economía humanista en el sentido más literal: poner el sistema económico al servicio de un fin social”.
La Campaña del Frío aliviará las noches más duras, pero no resolverá el trasfondo del problema. Madrid habilita plazas, transportes y equipos para el acompañamiento, pero organizaciones como tuTECHÔ recuerdan que la emergencia no puede ser el único enfoque. “Lo urgente es que nadie duerma en la calle. Lo importante es que nadie tenga que volver a dormir en la calle”, resume Carlota Jiménez. Y para eso, añade, “necesitamos políticas de vivienda más ambiciosas, colaboración público-privada y una sociedad civil comprometida”.

