Delaporte denuncia una agresión: “Fue un acto de violencia sexual inaceptable”

La banda reclama medidas urgentes para reforzar la seguridad en los conciertos tras denunciar que un asistente besó a Sandra Delaporte sin consentimiento durante su actuación en Madrid

Sergio Salvi y Sandra Delaporte, componentes del grupo Delaporte, poco antes del concierto en La Riviera de Madrid
Sergio Salvi y Sandra Delaporte, componentes del grupo Delaporte, poco antes del concierto en La Riviera de Madrid

El pasado 21 de noviembre, en la sala La Riviera de Madrid, la cantante Sandra Delaporte vivió una agresión sexual en pleno concierto. El dúo, formado por la vocalista madrileña y el productor napolitano Sergio Salvi, lo ha denunciado a través de un comunicado difundido en sus redes sociales, donde detallan que la artista fue violentada mientras se encontraba bailando entre el público, un gesto habitual en sus directos y que forma parte de su compromiso con una relación cercana y horizontal con sus seguidores.

“Mientras Sandra bailaba en el pogo con el público, un hombre le agarró de la cabeza y le comió la boca sin su consentimiento”, explica el texto. La artista quedó “en shock” y, pese a ello, decidió continuar con la actuación. Según relata la banda, la sala estaba tan llena que fue imposible identificar al agresor. “Quiso callarlo y olvidarlo porque no quería manchar las cosas bonitas que sí sucedieron. Ahora, días después, lo hemos podido hablar juntxs y hemos decidido comunicarlo”.

La denuncia, que ya suma miles de reacciones de apoyo, insiste en la necesidad de marcar un límite claro frente a cualquier tipo de violencia sexual. El grupo lo resume sin matices: “Fue un acto de violencia sexual inaceptable”.

“Tolerancia cero ante cualquier agresión sexual”

Junto a la descripción de los hechos, Delaporte ha anunciado que adoptará medidas legales. “Desde todo el equipo de Delaporte queremos denunciar la gravedad de estos hechos y dejar clara nuestra tolerancia cero ante cualquier tipo de agresión sexual. Ante situaciones así, se tomarán todas las medidas legales correspondientes”, explica la banda.

En la publicación, que mezcla la indignación con un tono pedagógico, el grupo recuerda que la violencia sexual no siempre responde al imaginario extremo de los abusos más evidentes. También se manifiesta en gestos invasivos, normalizados o trivializados durante décadas, como los besos sin permiso o los tocamientos aprovechando la multitud. Actos que constituyen agresiones y que, en espacios de ocio, suelen quedar impunes ante la dificultad de identificar a los responsables.

La banda insiste en que sus conciertos deben seguir siendo un lugar seguro para quienes acuden a disfrutar de la música y también para quienes trabajan en el escenario: “Queremos poder bajarnos a bailar con vosotrxs sin miedo. No queremos dejar de teneros cerca. Necesitamos sentar unas bases de seguridad, porque por lo visto hay personas que no saben lo que es el consentimiento, el respeto y la violencia sexual”.

La respuesta de la comunidad musical

El comunicado ha generado un inmediato movimiento de apoyo. Artistas como Rozalén han respondido con contundencia: “Siento que paséis por esto. Gracias por compartirlo”. La cineasta Inés de León también ha mostrado su solidaridad: “Sandra, amor, lo siento mucho. Te mando un abrazo”.

La reacción no es casual: el sector musical ha sido particularmente vocal en los últimos años en torno a la necesidad de crear espacios seguros, especialmente en los conciertos donde la alta densidad de público puede facilitar actitudes violentas. La reivindicación se ha intensificado tras la pandemia, cuando la reapertura de salas y festivales trajo consigo un repunte de denuncias de acoso y agresiones durante eventos multitudinarios.

El gesto que desencadenó la agresión —bajar al foso a bailar con el público— forma parte de la identidad escénica de Delaporte. La cercanía es una marca de la casa y uno de los motivos por los que el dúo ha construido una comunidad tan sólida desde sus inicios en 2017. “Los conciertos son un espacio seguro y sagrado para todas las personas que vienen a disfrutar”, escriben. “Queremos seguir compartiendo energía con vosotrxs. No queremos que el miedo se imponga”.

Es el punto del consentimiento el que Delaporte subraya: “Hay personas que no saben lo que significa. Por eso pedimos que, ante cualquier situación de violencia, incomodidad o duda, aviséis inmediatamente al equipo de seguridad”.

En plena gira y ante un descanso indefinido

Delaporte se encuentra en plena gira Déjate querer Tour 2025, definida por ellos mismos como “un cierre de etapa” antes de tomarse un descanso indefinido. Tras el concierto de Madrid, el grupo actuará este jueves en Barcelona (sala Razzmatazz) y el 29 de noviembre en Valencia (Roig Arena). Por ahora, la banda mantiene todas las fechas programadas, aunque Sandra ha caído enferma este inicio de semana.

El comunicado no cambia la hoja de ruta, pero sí marca un punto de inflexión en su discurso público. La denuncia no es solo un acto de defensa personal, sino también un posicionamiento colectivo: señalar que la música en vivo no puede seguir soportando dinámicas de acoso que atraviesan —con mayor o menor visibilidad— la experiencia de muchas mujeres, sobre el escenario y fuera de él.

Delaporte concluye su mensaje con un llamamiento: “No apartemos la mirada. La seguridad es responsabilidad de todxs”.

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