Muface ha dado un paso más hacia la modernización de su sistema sanitario. En una resolución reciente publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), la entidad ha anunciado cuatro novedades importantes que afectan directamente a la prescripción de medicamentos y al uso de la receta electrónica. Estos cambios comenzarán a aplicarse a partir del mes de noviembre y buscan mejorar la calidad de la prestación farmacéutica para los mutualistas.
Aunque el foco principal está puesto en la implantación de la receta electrónica, Muface también ha introducido ajustes técnicos en la evaluación de la prescripción de tres grupos clave de medicamentos: los antiulcerosos, los hipolipemiantes y los antihipertensivos. Según la entidad, estas modificaciones responden a la necesidad de adaptar los indicadores de calidad a la evolución de la industria farmacéutica y a la aparición de nuevos tratamientos.
Nuevos criterios de prescripción: tres familias de medicamentos bajo revisión
El primero de los cambios que anuncia Muface afecta a los antiulcerosos, donde el fármaco omeprazol deberá representar entre el 55% y el 62% del total de inhibidores de la bomba de protones. Esta medida busca garantizar un uso racional de los medicamentos más recetados en el tratamiento de problemas gástricos, ajustando los porcentajes a la realidad actual de las prescripciones.
El segundo bloque de novedades tiene que ver con los hipolipemiantes, los medicamentos destinados a reducir el colesterol. En este caso, Muface establece que la simvastatina y la atorvastatina deberán suponer entre el 45% y el 52%del volumen total de dosis dispensadas dentro del grupo de inhibidores de la HMG CoA reductasa y sus asociaciones.

Por último, los antihipertensivos también entran en la lista de revisiones. Los fármacos IECA (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina) deberán representar entre el 20% y el 28% del total de medicamentos que actúan sobre el sistema renina-angiotensina. Con esta medida, Muface pretende promover un uso más equilibrado y eficiente de los tratamientos para la hipertensión, uno de los problemas de salud más comunes entre la población mutualista.
Estos porcentajes no son arbitrarios. La mutualidad los fija con el objetivo de mejorar la calidad de la prescripción farmacéutica y de garantizar que los pacientes reciban los tratamientos más adecuados. Así se evita la sobreprescripción y se optimizan los recursos públicos.
La receta electrónica: un proyecto que avanza con retraso
La implantación de la receta electrónica en Muface ha sido una de las grandes promesas de la entidad durante los últimos años, pero su puesta en marcha se ha visto demorada por cuestiones técnicas y administrativas. La propia mutualidad reconoce que el proceso se ha prolongado en el tiempo debido a la tardanza en la entrada en vigor del nuevo concierto sanitario y a la contratación de la empresa adjudicataria encargada de implantar el sistema.
Ante esta situación, Muface ha decidido redirigir durante 2025 los incentivos inicialmente previstos para el uso de la receta electrónica hacia la mejora de la calidad de la prestación farmacéutica, impulsando así la implantación efectiva de esta herramienta digital.

Según detalla la resolución publicada en el BOE, la mutualidad ha establecido una nueva fórmula de cálculo para la dotación económica que recibirán las entidades aseguradoras como Adeslas o Asisa. ¿Cómo? Básicamente, en función de su nivel de implantación del sistema electrónico.
El cálculo tendrá en cuenta:
- La cuota mensual promedio abonada por la asistencia
- El número de mutualistas en modalidad completa
- Las tarjetas sanitarias emitidas
- Las provincias o ciudades autónomas en las que cada compañía ya esté en disposición de prescribir recetas electrónicas
Objetivo: 70% de tarjetas electrónicas y 30% de cobertura provincial
El objetivo de Muface es ambicioso. La entidad pretende que el 70% de las nuevas tarjetas sanitarias que emita puedan soportar el sistema de prescripción y dispensación farmacéutica electrónica. Un salto cualitativo en la gestión de las recetas.
Además, se espera que la capacidad operativa de este sistema alcance al menos el 30% de la prestación sanitaria en cada provincia o ciudad autónoma. Un avance que permitiría reducir la burocracia y mejorar la coordinación entre médicos, farmacias y aseguradoras.

El modelo de receta electrónica busca facilitar la atención a los mutualistas, evitar errores en la prescripción, agilizar la renovación de tratamientos crónicos y ofrecer un mayor control sobre el consumo de fármacos. Para los profesionales médicos, además, supone una herramienta clave para la gestión del tiempo y la trazabilidad del tratamiento.
Cuatro novedades clave que marcarán el futuro inmediato de Muface
Con todo, las cuatro grandes novedades que Muface aplicará desde noviembre pueden resumirse en los siguientes puntos:
- Revisión de los indicadores de calidad en la prescripción de antiulcerosos, hipolipemiantes y antihipertensivos.
- Implantación progresiva de la receta electrónica con objetivos de cobertura provincial y nacional.
- Nuevos criterios de cálculo de las dotaciones económicas a las aseguradoras en función de la implantación del sistema.
- Reorientación de los incentivos para reforzar la calidad de la prestación farmacéutica durante 2025.
Con estas medidas, Muface da un paso más hacia la modernización del sistema sanitario de los funcionarios públicos. Un colectivo que supera el millón de personas en toda España. La entidad confía en que esta reforma contribuya a mejorar la eficiencia del gasto sanitario, reducir la carga burocrática y garantizar que la atención farmacéutica sea más ágil, segura y moderna.