El posible regreso de Martin Selmayr, uno de los hombres más influyentes y controvertidos de la Unión Europea, ha puesto de manifiesto el delicado equilibrio de poder entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas.
Según Politico, Selmayr, abogado germano, que dominó la maquinaria de la UE durante la presidencia de Jean-Claude Juncker, es uno de los principales candidatos para ocupar un nuevo puesto de alto nivel en el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE). El cargo, el de secretario general adjunto para Geoeconomía y Asuntos Interinstitucionales, lo situaría en el centro de la elaboración de políticas del bloque, con acceso directo a los embajadores y a las relaciones entre las instituciones de la UE.

Si se confirma, Selmayr dependería directamente de Kallas, cuyos primeros meses como alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad ya se han caracterizado por las fricciones con la Comisión de Von der Leyen. La perspectiva ha hecho saltar las alarmas en Bruselas.
“A los Estados miembros les preocupa que el nombramiento de Selmayr pueda tensar aún más las relaciones entre el SEAE y la Comisión”, declaró a Politico un alto diplomático de la UE.
Una asociación tensa
Las relaciones entre el equipo de Von der Leyen y el personal de Kallas son descritas por los conocedores del asunto como frágiles. Ambas mujeres comparten los mismos objetivos generales —una “Europa geopolítica” capaz de actuar con decisión en un mundo turbulento—, pero sus métodos, estilos e instintos institucionales difieren considerablemente.
Von der Leyen, una veterana política alemana y experta en los procesos de Bruselas, dirige su Comisión con un estricto control sobre las comunicaciones y la coordinación. Kallas, ex primera ministra de Estonia y feroz crítica de Vladimir Putin, ha inyectado energía -y un tono más agudo- a la voz de la política exterior de la UE.

Esa asertividad ha pillado a veces a Bruselas con la guardia baja. En sus primeras semanas en el cargo, Kallas planteó la idea de reunir 20.000 millones de euros de fondos de la UE para armar a Ucrania, sin consultar previamente con los diplomáticos nacionales ni con la dirección de la Comisión. El plan fracasó, pero supuso una señal de un enfoque más activista, y en ocasiones unilateral, de la diplomacia.
Más recientemente, las tensiones se recrudecieron cuando Von der Leyen dio a conocer un paquete de medidas comerciales y sanciones contra Israel durante un discurso en septiembre. Los funcionarios del SEAE afirmaron que no estaban al corriente del anuncio, a pesar de que parte de la propuesta se había originado en la oficina de Kallas. Para muchos dentro de las instituciones, fue un ejemplo clásico de las guerras territoriales que han caracterizado durante mucho tiempo a Bruselas.
La sombra de Selmayr
En esta relación tan tensa entra en escena Martin Selmayr, o al menos el espectro de su regreso. Conocido en su día en los pasillos de Bruselas como el “monstruo del Berlaymont” por su férreo control sobre la Comisión de Juncker, Selmayr abandonó las instituciones prácticamente cuando llegó Von der Leyen al más alto nivel. Desde entonces, ha ocupado cargos diplomáticos, el más reciente como embajador de la UE ante el Vaticano.

Su posible regreso bajo la autoridad de Kallas sería muy irónico: el consumado conocedor de los entresijos que una vez gobernó la Comisión podría ahora servir bajo su rival institucional.
Para Kallas, las ventajas son evidentes. El conocimiento enciclopédico de Selmayr sobre la burocracia de la UE y sus conexiones entre los conservadores alemanes podrían reforzar su posición en las negociaciones con los Estados miembros y la Comisión. Como diplomático en activo, su lealtad recaería formalmente en ella y en el SEAE, y no en el equipo de Von der Leyen.
Para la Comisión, sin embargo, el regreso de Selmayr corre el riesgo de reabrir viejas heridas. Algunos temen que pueda crear una estructura de poder paralela, responsable ante Kallas, capaz de rivalizar con el equipo central de Von der Leyen.
“Selmayr no funcionó muy bien la última vez que fue secretario general”, declaró un funcionario de la Comisión a Politico, recordando su estilo abrasivo y el revuelo interno que causó su nombramiento.
Kallas en Luxemburgo
Kallas abordó el tema de frente este mismo lunes en Luxemburgo, donde respondió a preguntas sobre Rusia, las sanciones y su relación laboral con Von der Leyen. Cuando se le preguntó si el posible nombramiento de Selmayr podría tensar las relaciones con la presidenta de la Comisión, Kallas adoptó un tono conciliador: “Mi relación con la presidenta Von der Leyen es muy buena”, afirmó.
“Si se refiere a la competencia que tenemos en curso para el puesto de secretario general adjunto del Servicio Europeo de Acción Exterior, mi objetivo siempre ha sido que Europa sea una potencia geopolítica. Para ser una potencia geopolítica, solo lo seremos si los Estados miembros estamos unidos. Por lo tanto, este secretario general adjunto debe coordinar a los Estados miembros y al COREPER para llegar a posiciones unificadas. Necesitamos una persona fuerte. Es un proceso en curso y tiene como objetivo fortalecer Europa, lo que nos beneficia a todos“.
Russia only understands strength.
It only negotiates when put under pressure.That’s why we are working towards adopting our 19th package of sanctions this week.
My doorstep ahead of the Foreign Affairs Council ↓ pic.twitter.com/ljiS0fD4uX
— Kaja Kallas (@kajakallas) October 20, 2025
Su mensaje ha sido claro: unidad por encima de la rivalidad, fuerza por encima de las luchas internas. Pero el contraste con sus comentarios sobre otros temas fue notable. Condenó la visita de Vladimir Putin a Budapest como “poco agradable”, dada su condición de criminal de guerra, y presionó para que se avanzara en el uso de los activos rusos congelados para financiar la reconstrucción de Ucrania. Sobre el próximo paquete de sanciones de la UE, dijo que esperaba que los líderes llegaran a un acuerdo “esta semana”.
El equilibrio de Bruselas
La tensión institucional entre la Comisión y el SEAE no es nueva. Pero ahora que Von der Leyen se encuentra firmemente afianzada en su segundo mandato y Kallas está labrándose un perfil asertivo en política exterior, hay mucho más en juego.
It is one year now that I have the honour to serve the European Union🇪🇺, the @eu_eeas and @kajakallas as Ambassador to the Holy See @TerzaLoggia🇻🇦, the UN🇺🇳 in Rome @FAO @WFP @IFAD, the Republic of San Marino🇸🇲 and the @orderofmalta. Together with my colleagues from the EU27, my… pic.twitter.com/8stLhbUVaO
— Martin Selmayr (@MartinSelmayr) September 14, 2025
Las dos mujeres encarnan visiones contrapuestas del poder de Europa. Von der Leyen considera que la Comisión es el motor de la influencia global de la UE, impulsando las sanciones, el comercio y la política industrial. Kallas, por su parte, sostiene que Europa debe hablar con una sola voz en la escena mundial, y que esa voz debe provenir del SEAE.