Este miércoles, uno de los seísmos más fuertes jamás registrados ha sacudido la península de Kamchatka, en Rusia. El terremoto ha generado tsunamis de hasta cuatro metros a lo largo del Pacífico y ha provocado evacuaciones desde Hawái hasta Japón. Ante este sismo histórico, en Artículo14 preguntamos a la profesora Whitney Behr sobre las claves este fenómeno.
Behr, que es catedrática y subdirectora del Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias de la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich y subdirectora del Instituto Geológico, explica que “los terremotos no se pueden predecir con precisión en cuanto a dónde, cuándo y cuál será su magnitud”.
Sin embargo, la experta reconoce que “estamos mejorando nuestra capacidad para modelar los riesgos sísmicos a largo plazo y emitir alertas rápidas una vez que el terremoto ya ha comenzado, lo que puede proporcionar unos segundos o minutos cruciales de aviso previo a las poblaciones cercanas”.

-Uno de los terremotos más fuertes jamás registrados sacudió el miércoles por la mañana la escasamente poblada región del Lejano Oriente ruso. ¿Es esta zona propensa a los terremotos? ¿Por qué ha sido tan fuerte?
-Sí, la península de Kamchatka es una de las regiones sísmicamente más activas de la Tierra: ha experimentado al menos 15 terremotos de magnitud 8 o superior desde principios del siglo XX (véase el mapa tectónico resumido adjunto del USGS). Esto se debe a que se encuentra sobre una importante zona de subducción, donde la placa del Pacífico se sumerge bajo una pequeña microplaca llamada placa de Okhotsk (parte de la placa norteamericana más amplia). Las zonas de subducción como esta acumulan tensión durante décadas o siglos, que puede liberarse repentinamente en forma de un gran terremoto. Este tipo de límites se encuentran en muchas partes del mundo y son especialmente comunes a lo largo del “Anillo de Fuego” del Pacífico. El tamaño y la fuerza de este evento en particular sugieren que se rompió un segmento muy grande del límite de la placa, posiblemente extendiéndose cientos de kilómetros a lo largo de la interfaz de subducción.
-El fuerte terremoto en Rusia generó tsunamis de hasta cuatro metros a lo largo del Pacífico y provocó evacuaciones desde Hawái hasta Japón. ¿Por qué los terremotos generan tsunamis? ¿Y cuándo?
-Los tsunamis se generan cuando un terremoto provoca un desplazamiento vertical repentino del fondo marino, lo que esencialmente empuja hacia arriba o hacia abajo un gran volumen de agua. Esto suele ocurrir durante los terremotos en zonas de subducción, donde una placa tectónica se desliza bajo otra, especialmente cuando esos terremotos son muy grandes (como ha sido el caso). No todos los terremotos generan tsunamis: depende de la ubicación, la profundidad y el tipo de movimiento de la falla. En este caso, la gran ruptura (M 8,8) se produjo en alta mar a poca profundidad (~20 km) a lo largo del límite de la placa, que es exactamente el tipo de evento que plantea un alto riesgo de tsunami.
-¿Se pueden predecir los terremotos?
-No, los terremotos no se pueden predecir con precisión en cuanto a dónde, cuándo y cuál será su magnitud. Los científicos pueden identificar regiones con mayor riesgo, como las zonas de subducción, por ejemplo, Kamchatka y otras alrededor del Anillo de Fuego del Pacífico. Sin embargo, actualmente no disponemos de ningún método fiable para predecir el momento exacto en que se producirá un terremoto. Dicho esto, estamos mejorando nuestra capacidad para modelar los riesgos sísmicos a largo plazo y emitir alertas rápidas una vez que el terremoto ya ha comenzado, lo que puede proporcionar unos segundos o minutos cruciales de aviso previo a las poblaciones cercanas.

-Los científicos rusos han descrito el terremoto como un “evento único”, pero advierten que las réplicas podrían durar hasta un mes… ¿Pueden ser muy fuertes? ¿Es esto habitual?
-Sí, es totalmente normal que los grandes terremotos vayan seguidos de réplicas que duran semanas o meses, a veces incluso años. Estas réplicas son más pequeñas que el terremoto principal, pero pueden seguir causando daños, especialmente si las infraestructuras ya se han visto debilitadas. En casos excepcionales, las réplicas pueden superar la magnitud 7, dependiendo de cómo se haya redistribuido la tensión a lo largo de las fallas cercanas. Por lo tanto, aunque se trata de un comportamiento previsible, no se debe subestimar el impacto potencial de las réplicas fuertes.