MeToo en Moncloa

El Congreso se olvida del escándalo de Salazar: los diputados casi ni lo mencionan en 8 horas de pleno

La ministra de Igualdad no se ha pronunciado. Sólo Feijóo, Abascal y Vaquero citaron el caso del exalto cargo de Moncloa que hace una semana iba a heredar un asiento en la secretaría de Organización

Paco Salazar
KiloyCuarto

La mayoría de portavoces del Congreso de los Diputados se olvidaron del escándalo de Paco Salazar durante el maratoniano pleno extraordinario de este miércoles. Pedro Sánchez compareció durante más de 8 horas en las que el foco estuvo puesto en la crisis desatada por el caso Santos Cerdán, en las primeras cuatro horas y media, y en las cumbres de la ONU, la OTAN y el último Consejo Europeo, en las casi tres horas y 50 minutos posteriores.

La oposición y sus aliados entraron en otras tantas cuestiones, desde la acusación de Alberto Núñez Feijóo al presidente de ser “partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución”, a las previstas alusiones a las investigaciones a familiares de Sánchez o al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.

En todo el pleno, fueron mínimas las alusiones directas al caso del exsecretario general de Coordinación Institucional en La Moncloa y exdirigente del PSOE, apartado tras la publicación de denuncias de supuesto acoso a extrabajadoras del Ejecutivo y del partido, recopiladas por El Diario.es. Distintos dirigentes corroboran estas acusaciones y afirman que sí eran conocidas a la interna.

Se trata de un hombre del núcleo de confianza de Sánchez, que fue proclamado adjunto a la Secretaría de Organización de Rebeca Torró, y que 26 horas después vio frustrado este nombramiento, así como su carrera política en la Presidencia del Gobierno, donde llevaba desde 2018 con apenas un parón entre 2021 y 2022. Es el protagonista del escándalo que enturbió un Comité Federal ya difícil, este sábado, y que ha llevado a Moncloa a recordar sus protocolos antiacoso a sus trabajadores, además de anunciar nuevos cursos de concienciación sobre esta materia.

Paco Salazar.
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En el ala izquierda del hemiciclo, donde se sitúan la mayoría de aliados del Ejecutivo, sólo Ione Belarra (Podemos) mencionó los episodios que han minado la credibilidad del PSOE en lo que al feminismo y la igualdad se refiere. Apenas se refirió a los “amigos puteros” del presidente: Cerdán, José Luís Ábalos y Koldo García, según sus palabras, y no específicamente a Salazar.

Desde el lado derecho, el líder del PP acusó a Sánchez de haber sido avisado “de los comportamientos de Salazar hace siete años”. “Lo tuvo en Moncloa con usted durante siete años. Usted lo sabía y usted se calló” afeó.

Maribel Vaquero, portavoz del PNV, también se refirió a la elección frustrada del veterano político sevillano. “La persona que, hasta el mismo sábado por la mañana, quería poner como adjunto a la Secretaría de Organización”, recordó. Que se vio “obligado a dimitir por supuestos casos de comportamientos inadecuados con las mujeres”.

Si Feijóo ya imputaba a Sánchez conocer los comportamientos que se atribuyen a Salazar, y por los que no consta que se haya presentado ninguna denuncia a través de los canales oficiales de Moncloa o del partido, Santiago Abascal directamente afirmaba que las acusaciones eran públicas. En la comparecencia de Sánchez, el líder de Voz recordó que el presidente había celebrado un acto con responsables de Igualdad de su partido el viernes, horas después de dar a conocer la designación de Salazar.

Ese acto, que se introdujo en la agenda oficial con escasísima antelación, perseguía escenificar la cercanía del presidente al feminismo dentro del PSOE, tras el terremoto causado por la difusión de audios de Ábalos y García repartiéndose a mujeres en contexto de prostitución. Sánchez lo aprovechó para comprometerse a llevar al Código Ético del partido un mandato del 41 Congreso Federal del partido, que en diciembre avaló una resolución para regular la expulsión de los puteros del partido.

En la izquierda son plenamente conscientes del revuelo generado por el caso Salazar, si bien defienden que optaron por centrar el debate en la cuestión sobre “la continuidad del Gobierno”, como explican en ERC. Por otro lado, si los tiempos estaban más que tasados para los partidos con grupo propio (15 en total por debate), los partidos del grupo mixto tenían que repartirse los minutos y lo hicieron de forma proporcional al número de escaños, optando por ir directos al grano.

Podemos tiene cuatro diputados, pero el resto de partidos sólo uno por cabeza. Son BNG, Coalición Canaria, Compromís (Àgueda Micó, una de sus dos diputadas) y Ábalos, que se ausentó de un debate en el que aludieron varias veces a su rol en la trama por la que está imputado.

La portavoz de Compromís en el Congreso, Águeda Micó.
EP

La diputada Micó había aludido a la situación de Salazar en la rueda de prensa previa a la Junta de Portavoces, el martes. En sede parlamentaria, condenó los “supuestos comportamientos” del exalto cargo de Moncloa, y animó “a cualquier víctima de acoso machista a que denuncie”.

El tema es espinoso también para Sumar. El lunes, en la habitual rueda de prensa de inicio de la semana, la coordinadora general de Movimiento Sumar, Lara Hernández, expresó su “apoyo” a las víctimas, y evitó pronunciarse sobre el fondo del caso. “No vamos a entrar a valorar comités federales o procesos internos de otras formaciones políticas, pero nuestra posición siempre en estos casos de posible o presunto acoso sexual, nuestra posición es firme contundente y de máxima solidaridad y apoyo a todas las víctimas”, esquivó.

Silencio de la ministra de Igualdad

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, también ha evitado pronunciarse sobre este escándalo. Estuvo entre las dirigentes que participaron en el acto del pasado viernes junto a Sánchez, sentada al lado de Pilar Bernabé, la dirigente escogida por Sánchez hace siete meses para relevar a Redondo como secretaria de Igualdad en la Ejecutiva del partido.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, realiza declaraciones a los medios con motivo del Comité de Crisis del Ministerio de Igualdad, ayer en Madrid
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Desde el sábado, la agenda de la ministra sólo recoge un acto oficial, este jueves, además de su asistencia a la comparecencia del presidente, el miércoles. En sus redes sociales no constan mensajes sobre el caso Salazar, ni tampoco han aparecido declaraciones suyas en los medios. En esa agenda oficial ni siquiera se consigna su asistencia a la manifestación del Orgullo LGTBIQ+ en Madrid, el sábado.

La titular de Igualdad ha comparecido ante los medios este jueves, seis días después del escándalo, para lanzar un mensaje de “alerta máxima” ante el incremento de asesinatos machistas en verano. Lo ha hecho tras presidir el comité de crisis en la sede del Ministerio, al que asistieron de forma presencial o telemática las comunidades autónomas.

Previamente sí había criticado los audios de Ábalos y García sobre mujeres prostituidas, y anunció que volverá a intentar llevar un anteproyecto de ley abolicionista de la prostitución al Consejo de Ministros, ya en septiembre. Hace un año y dos meses su partido ya presentó una proposición de ley abolicionista en el Congreso, y se vio frustrada por Sumar y por el PP, entre otros.

Si el anteproyecto llega al Consejo en septiembre, por los plazos que rigen, no hay opción de que la norma llegue al Congreso hasta varios meses después. Para el Gobierno, la ventaja de llegar hasta septiembre, que es cuando empezarán a impartirse los cursos contra el acoso en Moncloa, es que, si no hay denuncias, la crisis de Salazar se habrá enfriado.