Aunque aún faltan meses para las primarias presidenciales demócratas de 2028, la carrera comienza a tomar forma, y varias mujeres destacan como posibles favoritas. Desde gobernadoras con amplia experiencia hasta figuras nacionales que están redefiniendo el ala izquierda del partido, estas candidatas encarnan tanto la diversidad del Partido Demócrata como el debate actual sobre la elegibilidad frente a la ideología.
Tras las victorias de dos gobernadoras demócratas en Nueva Jersey y Virginia el pasado martes, el partido opositor coge impulso tras la derrota de 2024. Estas son las mejor posicionadas.
Gretchen Whitmer, la estratega de los estados indecisos
La gobernadora de Míchigan, Gretchen Whitmer, se ha convertido en una de las líderes demócratas más formidables del país. Recién salida de su segundo mandato en un estado que Donald Trump ganó en 2016, Whitmer se ha labrado una reputación de progresismo pragmático y estilo sensato que resuena tanto entre los moderados de los suburbios como entre los votantes de la clase trabajadora.
Ahora, está llevando ese mensaje a todo Estados Unidos. Whitmer ya está recorriendo el país antes de las elecciones intermedias (midterm) de 2026, apareciendo en lugares insospechados, como la profundamente conservadora Florida. “Hay zonas de mi estado que son muy conservadoras en el mapa político y en las que muchos demócratas no se molestarían en aparecer. Yo sí lo hago“, declaró al Miami Herald durante su visita al sur del Estado en octubre.
Su énfasis en la divulgación y la creación de coaliciones la convierte en una de las pocas demócratas con una capacidad demostrada para ganar en territorios indecisos, un hecho que no pasa desapercibido para los miembros del partido que buscan una hoja de ruta post-Biden para volver a la Casa Blanca.

Kamala Harris, el capítulo inconcluso
Después de ocupar el cargo de vicepresidenta y llevar a cabo una campaña vertiginosa en 107 días en 2024, Kamala Harris insiste en que “no ha terminado”. Sus recientes memorias, en las que reflexiona sobre su ascenso y el tumultuoso final de la era Biden, han suscitado un debate dentro del partido: algunos elogian su franqueza y otros lo consideran una acusación dentro de sus propias filas.

Aun así, Harris sigue gozando de un gran reconocimiento y de una base leal entre los progresistas, las mujeres y los votantes de color. En una reciente encuesta de YouGov difundida por el Washington Post, la ex vicepresidenta sigue estando entre los principales demócratas que los votantes dicen que considerarían en 2028.
Su reto será gestionar las percepciones del pasado y convencer a los demócratas de que su próxima campaña se centrará en el futuro.
Alexandria Ocasio-Cortez, la agitadora progresista
Con solo 36 años, la representante Alexandria Ocasio-Cortez se ha convertido en una de las demócratas más reconocidas de Estados Unidos, y una de las más polémicas. Durante años se ha especulado sobre si se presentará al Senado o a la presidencia.
Si se presenta a las elecciones, Ocasio-Cortez daría un vuelco instantáneo al panorama político. Su destreza en las redes sociales y su seguimiento a nivel nacional podrían movilizar a votantes más jóvenes y diversos a una escala que pocos pueden igualar. Pero también se enfrentaría a la difícil tarea de tranquilizar a los demócratas moderados, recelosos de su etiqueta de “socialista democrática”, y a los intentos republicanos de presentar al partido como demasiado “woke”.

Aun así, su influencia es innegable. Independientemente de si se presenta o no, las ideas de AOC -sobre justicia climática, derechos de los trabajadores y redistribución de la riqueza- están dando forma al debate que su partido mantendrá en 2028.
Estrellas en ascenso
Más allá de estas figuras de alto perfil, varias mujeres aún podrían surgir como serias contendientes. La senadora Tammy Baldwin, de Wisconsin, conocida por su pragmatismo del Medio Oeste y su experiencia legislativa, es mencionada a menudo en las conversaciones entre expertos. Mientras tanto, los activistas progresistas tienen la mirada puesta en Stacey Abrams, quien, a pesar de los reveses en Georgia, sigue siendo una voz poderosa en materia de derechos de voto y movilización popular.
Y no hay que descartar a gobernadoras como Laura Kelly, de Kansas, o Michelle Lujan Grisham, de Nuevo México, quienes han construido discretamente un historial de competencia y moderación que podría atraer a un electorado nacional agotado por la polarización. “Quiero ser útil”, ha confesado Lujan Grisham al ser preguntada por sus planes en 2028.
El dilema demócrata
Una reciente encuesta de YouGov reveló que el 58 % de los demócratas da prioridad a nominar a alguien que pueda ganar por encima de alguien que coincida perfectamente con sus opiniones, un cambio que podría favorecer a candidatos como Whitmer, que combinan carisma con un atractivo transversal.

Al mismo tiempo, la energía del ala progresista del partido, defendida por figuras como Ocasio-Cortez, garantiza que los debates ideológicos no se desvanezcan. En ese sentido, la carrera de 2028 podría ser un laboratorio de pruebas para la próxima generación de mujeres líderes del Partido Demócrata: una contienda no solo por la nominación, sino por el alma del propio partido.


