Los días 8 y 9 de junio, Italia celebra cinco referéndums que podrían cambiar de forma significativa su legislación laboral y su política de ciudadanía. En un momento de gran volatilidad en Europa, es Italia el que pone sobre la mesa una consulta ciudadana que apunta a temas de interés ciudadano. Sin embargo, esta oportunidad democrática se enfrenta un posible problema: la baja participación.
Los referéndums, de carácter derogatorio, buscan anular leyes vigentes en cinco ámbitos: despidos improcedentes, indemnizaciones en pequeñas empresas, contratos temporales, seguridad laboral en subcontratos y ciudadanía para extranjeros no comunitarios. Aunque el contenido puede parecer técnico, las implicaciones son tanto ideológicas como prácticas. El verdadero reto, no obstante, no es el resultado, sino lograr que más del 50% del electorado -acuda a votar.
Entre el 38% y el 54% desconoce el referéndum
Cinco jóvenes italianas -Olivia, Vittoria, Keis, Manuela y Alice- han compartido con Artículo14 sus opiniones sobre las votaciones. Para Keis, que ha decidido no votar, el principal motivo es la falta de información: “No tengo información suficiente para votar este año”. Una afirmación que se alinea con las cifras recientes: según encuestas de Demopolis e Ipsos, entre el 38% y el 54% de los italianos ni siquiera sabían que están convocados a las urnas.
Esa desconexión informativa no es casual. La Autoridad de Comunicaciones (AGCOM) ha reprochado a los medios, incluida la RAI, su escasa cobertura imparcial del tema. Y mientras el gobierno de Giorgia Meloni, que fijó la fecha del referéndum, ha optado por una estrategia sorprendente: promover la abstención. La propia Meloni ha anunciado que no recogerá las papeletas al votar, una señal clara de lo que algunos califican de “abstencionismo político calculado”. A las 12 del mediodía, sólo había votado el 7,4% de los italianos en esta primera jornada de sufragio. El lunes, los colegios abrirán de 9 a 15:00.
Referendum: facciamo qualche precisazione. pic.twitter.com/I7BXsZ0eyZ
— Giorgia Meloni (@GiorgiaMeloni) June 6, 2025
Para Olivia, sin embargo, no votar no es una opción. “Creo que es un deber cívico participar en decisiones que afectan al marco legal y social del país”, afirma. Y va más allá al señalar que “el tema de la ciudadanía me parece prioritario. Acelerar ese proceso sin garantías puede suponer riesgos para la cohesión social y el respeto de nuestras leyes y valores”.
Reducir a la mitad el plazo para la ciudadanía
Esa ciudadanía es, precisamente, el punto más divisivo de los cinco. Actualmente, los extranjeros no comunitarios deben residir legalmente durante al menos diez años antes de poder solicitarla. El referéndum propone reducir ese plazo a cinco. Esto situaría a Italia más cerca de países como Alemania o Francia, que ya aplican políticas similares. Los partidarios de la medida la consideran un paso hacia una Italia más inclusiva. Para Manuela, “la vida de los extranjeros honestos que trabajan y pagan impuestos será más simple”. Alice añade: “Ayuda a la integración y a que la gente se una más, también le hace bien a las generaciones más jóvenes”.

No todas coinciden. Olivia, por ejemplo, cree que ese recorte temporal podría ser perjudicial: “Acortar el tiempo podría llevar a una ciudadanía automática, sin suficiente arraigo ni responsabilidad. Los riesgos son una pérdida de identidad nacional y tensiones sociales”.
“Muchas personas trabajan en condiciones precarias”
Más allá de la cuestión de la ciudadanía, la mayoría de las voces coinciden en un tema: la seguridad laboral. Vittoria, Manuela y Keis lo consideran prioritario. “Muchas personas trabajan en condiciones precarias y sin protección suficiente”, señala Vittoria. En Italia, la mortalidad laboral sigue siendo alarmante, y uno de los referéndums —el identificado con papeleta rosa— propone restaurar la responsabilidad solidaria de las empresas principales en caso de accidentes o enfermedades laborales sufridas por subcontratados.
“Es un mensaje importante de sensibilidad del tema por parte de los ciudadanos”, dice Manuela, aludiendo al impacto simbólico que tendría una victoria del “sí” en esa cuestión.
Los contratos temporales en Italia
También se debate la necesidad de justificar los contratos temporales desde el primer día. Para Manuela y Vittoria, la medida es justa y necesaria: ayudaría a evitar abusos y promovería empleos más estables. Olivia, en cambio, cree que esa exigencia podría tener un efecto contraproducente: “Si ponemos demasiadas condiciones, lo único que lograremos es frenar la creación de empleo”.

El telón de fondo de estos referéndums es el Jobs Act, la reforma laboral impulsada en 2015 por Matteo Renzi, que flexibilizó los despidos e introdujo contratos con “protecciones crecientes”. Uno de los referéndums propone volver atrás en esa normativa y garantizar la reintegración del trabajador en caso de despido improcedente. Aquí también entra en juego la lucha ideológica entre modelos de mercado laboral más flexibles frente a otros más protectores.
El fantasma del referéndum
En el debate público, sin embargo, reina un silencio preocupante. Pese a la trascendencia de los temas, la campaña ha pasado inadvertida para muchos italianos. Riccardo Magi, diputado de Más Europa, fue incluso expulsado del Parlamento por disfrazarse de fantasma durante una sesión plenaria. Su protesta buscaba visibilizar lo que él considera un intento del Gobierno de enterrar la consulta en el olvido: “Podrán alejar el fantasma del referéndum de la Cámara, pero no nos impedirán intentar informar a los italianos”, escribió en redes sociales.
🇮🇹 UN FANTASMA ALLA CAMERA
Espulso dall'assemblea il deputato Riccardo Magi dopo essersi travestito da fantasma. pic.twitter.com/XlK4c1stAX
— drb (@dottorbarbieri) May 14, 2025
A pocas horas de la apertura de las urnas, la pregunta ya no es qué decidirán los italianos, sino cuántos lo harán. Si la participación no supera el 50 % más uno del censo, los cinco referéndums quedarán invalidados automáticamente, sin importar cuántos votos a favor o en contra se emitan.
“De gran importancia para Italia”
En palabras de Alice: “Estos referéndums son de gran importancia y relevancia para Italia, ya que abordan aspectos fundamentales de su sociedad, economía y marco legal”. Si los italianos no acuden a votar, quizá se esté perdiendo una oportunidad histórica de revisar esos mismos pilares.
Italia tiene hasta este lunes la ocasión de reforzar su democracia directa, enviar un mensaje claro sobre sus prioridades sociales y laborales, y redefinir su identidad nacional. Todo dependerá de si decide hablar… o guardar silencio.