Bruselas ha hablado, o al menos lo ha hecho Politico. En un artículo titulado “Cómo Sánchez se convirtió en el aliado más inestable de la OTAN“, el influyente medio europeo traza un retrato mordaz del presidente Pedro Sánchez como el socio menos fiable de la alianza.
El artículo, publicado este jueves, refleja la creciente irritación en el norte de Europa -y en Washington- por el escaso gasto en defensa de España y su cauteloso enfoque respecto a Ucrania. Pero más allá del debate político, el tono de Politico deja pocas dudas: Sánchez está siendo señalado como el eslabón débil del flanco sur de la OTAN.
De aliado reacio a “mal socio”
El artículo comienza señalando que muchos diplomáticos europeos coinciden ahora con la dura valoración de Donald Trump sobre España como “mal aliado”. Con un gasto militar hasta el verano de tan solo el 1,28% del PIB, el más bajo de la OTAN, y su negativa a comprometerse con el nuevo objetivo de defensa del 5% de la alianza (tras alcanzar el 2% consensuado en 2014), Politico sostiene que España se está aprovechando de los esfuerzos de seguridad de sus socios del norte.

Citando a diplomáticos anónimos y ministros de Defensa del norte, el artículo describe la creciente frustración entre los “Estados de primera línea”, como Finlandia, que consideran que los países alejados de las fronteras de Rusia -España, Italia, Portugal- no están aportando lo que les corresponde. Incluso los nuevos miembros de la OTAN, como Suecia, se describen como más comprometidos que Madrid.
De la ira de Trump al control de daños de Rutte
El tono del reportaje de Politico es súper directo. Destaca cómo la resistencia de Sánchez le ha “ganado la ira” del presidente estadounidense Donald Trump, quien esta semana amenazó directamente con imponer aranceles comerciales a España. El artículo transmite los comentarios de Trump, que califica el comportamiento de España de “increíblemente irrespetuoso”, con una calificación mínima, una elección que amplifica la sensación de aislamiento que rodea a Madrid.
Incluso los intentos del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, por calmar las tensiones se describen como poco más que un control de daños diplomático. La ministra de Defensa española, Margarita Robles, insiste en que “nadie puede dudar del compromiso de España con la OTAN“, pero Politico le responde con cifras: solo 790 millones de euros en ayuda militar a Ucrania, frente a los 17 700 millones de Alemania.
Comodidad interna, frustración externa
Curiosamente, el artículo reconoce que la postura de Sánchez tiene buena acogida en nuestro país. Aunque es “una figura impopular” en general, Politico señala que la mayoría de los españoles respaldan su negativa a aumentar el gasto militar, lo que refleja el malestar que España siente desde hace tiempo con las intervenciones en el extranjero. Se cita al politólogo Pablo Simón explicando que la posición de Sánchez refleja “el enfoque prudente de los españoles” hacia la defensa, y su profundo rechazo a Donald Trump.

Pero el mensaje subyacente del artículo es claro: lo que gana votos en Madrid está haciendo perder la paciencia en Bruselas.
Una advertencia desde el Norte
Al tildar a Sánchez de “el amigo más inestable de la OTAN”, Politico se hace eco de la opinión del norte de Europa de que los países del sur no pueden seguir dependiendo de otros para su seguridad mientras se centran en la política social y el control de la inmigración. El planteamiento es tajante, incluso moralista: los países de la primera línea de Europa “corren contra el tiempo”, mientras que España parece complaciente, incluso oportunista.
A pesar de los esfuerzos de la OTAN por mostrar unidad, como este miércoles recalcó Rutte, el artículo de Politico refleja una división cada vez mayor dentro de la Alianza, entre quienes sienten a diario la amenaza rusa y quienes, como España, ven la defensa desde la perspectiva de la política interna.
Y para Sánchez, el mensaje de la redacción más influyente de Bruselas no podría ser más claro: en la nueva Europa de mayor defensa y disuasión, la cautela corre el riesgo de interpretarse como indiferencia.