En un intentando desesperado por seguir marcando distancia, Donald Trump acusó a Jeffrey Epstein, el depredador sexual con el que mantuvo una relación cercana durante más de una década, de que le “robó” a Virginia Giuffre mientras ejercía como empleada de la mansión del presidente estadounidense en Mar-a-Lago (Miami).
Giuffre, símbolo de la lucha judicial contra Epstein, fue de las voces más mediáticas en la lucha por hacer justicia por la red de tráfico de adolescentes que Epstein estableció junto a su pareja Ghislaine Maxwell. La mujer, que mantenía una relación sentimental complicada con su marido en Australia, murió tras sufrir un accidente de tráfico, aunque se especula con que acabó suicidándose en su casa.
El caso Epstein persigue a Trump
Tras regresar de un viaje oficial a Escocia, Donald Trump aclaró a la prensa los motivos de su supuesto distanciamiento de Epstein. Según argumentó, el presidente expulsó al billonario empresario de su club elitista “porqué hizo algo inapropiado, me robó a gente que trabajaba para mí”. Previamente, oficiales de la Casa Blanca insistieron en que Trump rompió con su colega empresario en 2004, supuestamente por la inapropiada conducta de carácter sexista de Epstein.
“Lo expulsó de su club por ser desagradable”, aclaró el portavoz republicano Steven Cheung. La afirmación llega días después de que Trump prometiera que ordenará a la justicia de EE UU revelar toda la documentación del caso Epstein, tras la indignación entre sus bases del movimiento MAGA por su supuesto intento de hacer borrón y cuenta nueva del asunto. Sectores trumpistas aspiran a hacer públicos los detalles de la causa, porque aseguran que personajes influyentes de la política y la economía de EE UU están involucrados en el escándalo.
Trump reconoce que Giuffre trabajaba en Mar-a-Lago
Preguntado sobre si las “empleadas robadas” eran mayoritariamente mujeres jóvenes”, Trump respondió sin tapujos: “Sí, lo eran. Eran empleadas del spa”. También se preguntó al presidente si una de las jóvenes “robadas” era Virginia Giuffre. La entonces joven alegó que fue contratada por Maxwell en el año 2000, cuando tenía 16 años. En su denuncia, confesó que sufrió abusos tanto de Epstein como de Maxwell, y que luego fue “entregada a otros hombres poderosos”, incluido el príncipe Andrew de Gran Bretaña.
Tras aclarar que sí fue “robada” del spa, insistió en que “no tenía ninguna queja sobre nosotros, como ya sabéis”. El caso de Giuffre podría complicar más aun el intento desesperado de Trump de alejarse de la figura de Epstein. Los tiempos juegan en su contra: si bien la joven fue “robada” en el año 2000, en 2002 Trump todavía hablaba maravillas sobre Epstein durante una entrevista.
Los detalles de Mar-a-Lago
“Conozco a Jeff desde hace 15 años, es un tipo tremendo”, afirmó a un reportero del New York Magazine en 2002. “Es un tipo con el que pasárselo bien. Se dice que le encantan las mujeres preciosas como a mí, y muchas de ellas están del lado joven”, prosiguió. Sarah Blaskey, periodista del Miami Herald, reveló en su libro sobre la finca de Mar-a-lago que Epstein siguió siendo miembro de pago del club hasta 2007, más de un año después de haber sido arrestado e inculpado por prostituir a una menor.
Maxwell, la novia de Epstein que cumple una pena de cárcel de 20 años por colaborar activamente en el tráfico de menores para ser explotadas sexualmente por hombres adinerados, se ofreció voluntaria para aportar su testimonio en el congreso de EE UU a cambio de recibir la inmunidad judicial.