Con las complicaciones sobre el terreno para garantizar el cumplimiento de la tregua en la Franja de Gaza, la Administración Trump sigue explorando caminos para impulsar el despliegue de fuerzas militares extranjeras sobre el terreno. Pese a que Hamás aceptó el plan de 20 puntos presentado por la Casa Blanca, por ahora el grupo islamista no da señales de querer desarmarse y entregar el poder. Hasta nuevo aviso, seguirá siendo la fuerza dominante en las calles gazatíes.
A su llegada este martes a Israel, el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, lanzó una advertencia a Hamás desde el nuevo Centro de Coordinación Civil Militar en el sur de Israel, cerca de la Franja de Gaza. Si el grupo palestino “no cumple con el acuerdo” de alto el fuego “empezarán a pasar cosas muy malas”.

“Nuestra advertencia a Hamás es muy directa. Los términos del plan de 20 puntos que el presidente (Donald Trump) presentó son muy claros. Cuenta con el apoyo no solo de Israel, sino también de todos nuestros amigos árabes del Golfo. Se trata de que Hamás debe desarmarse“, agregó.
Mientras el grupo islamista sigue devolviendo a cuentagotas los cuerpos de los rehenes israelíes muertos en cautiverio, y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) continúan operando contra células islamistas que operan cerca de sus posiciones, Washington sigue buscando consenso internacional para desplegar fuerzas militares en la Franja.
Los países de la fuerza internacional
Si bien inicialmente se barajó el despliegue de tropas procedentes de países árabes como Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos (EAU) o Arabia Saudí, Washington estudia ahora incluir a Azerbaiyán en la fórmula, ya que cumpliría con los requisitos para la misión. Brad Cooper, comandante en jefe del ejército estadounidense -responsable de coordinar la fuerza internacional para Gaza-, visitó Bakú el domingo, donde se reunió con el presidente azerí Ilham Aliyev y con su ministro de defensa.

Si bien en la nota de prensa posterior al encuentro no hubo referencias a Gaza, se reconoció que las partes discutieron sobre “la opción de coordinar acciones militares y tecnológicas”. Se concibe a Azerbaiyán como una opción aceptable para todas las partes implicadas, especialmente Israel, EE UU, y Turquía. Desde el estado judío recelan por el posible despliegue de tropas turcas en Gaza, dada la hostilidad antiisraelí de Recep Tayyip Erdogan.
Azerbaiyán mantiene estrechos vínculos de seguridad con Israel y Turquía, países que le proporcionaron las armas necesarias para ganar la última guerra contra Armenia en 2020. Se considera a Bakú como un actor moderado: es un país de mayoría musulmana chií, que mantiene una conflictiva relación con el vecino Irán y que no tiene vínculos con Hamás u otros grupos islamistas de la región.
Una fuente israelí involucrada en los contactos comentó al diario Ha’aretz que debido a los estrechos vínculos de Bakú con Turquía e Israel, sería comprensible que finalmente el país del Cáucaso desestimara la oferta para evitar complicaciones. “Los azeríes no lo tienen claro, por un lado quieren contentar a los americanos. Por otro lado, entienden que les puede situar en un lugar muy problemático. Israel quiere el desarme de Hamás, mientras que Turquía no quiere el desarme”, comentó la fuente israelí.
El plan de Trump
En el plan de paz de Trump no está estipulado que países deberían participar en la fuerza internacional, cuando debería desplegarse, ni cuáles serían sus misiones. Azerbaiyán valoraría por ahora asumir un rol similar al de EAU: ser muy activo en la ayuda humanitaria para Gaza, pero evitar enviar a sus soldados. Para Bakú, la estrategia de Dubái en la región es un modelo a seguir.
Si bien los países árabes y europeos prefieren una fuerza militar coordinada desde la ONU, la Administración Trump aspira a un modelo alternativo e independiente del ente internacional. Se habla de un modelo similar al MSS, la fuerza internacional que opera en Haití, destinada a combatir las organizaciones criminales que desestabilizan el país. Es una misión no dependiente de la ONU, con apoyo de países de África, el Caribe y América.

Si bien EE UU aclaró que sus tropas no entrarían sobre el terreno en Gaza, si se insinuó que actores clave en las negociaciones, como Turquía o Qatar, participarían en el despliegue. “Me preocupa mucho introducir a Turquía en Gaza, es un escenario completamente distinto”, alertó la fuente israelí. Y avisó: “tras la caída de Asad en Siria, de repente los turcos están junto a nuestra frontera norte, y ahora hay opción de que estén en el sur”.
Vance confirmó que no habrá tropas estadounidenses “sobre el terreno en Gaza”, sino que las fuerzas de su país se dedicarán a “proporcionar una coordinación útil”. “¿Cómo se logra la presencia de los estados del Golfo más Israel, más los turcos y los indonesios? ¿Cómo lograr que esas personas colaboren para lograr una paz duradera? Los únicos mediadores son los Estados Unidos”, indicó el ‘número dos’ de Trump.
Otras fuentes israelíes lamentan que no se tomó en cuenta el importante rol que jugó Turquía en la negociación del alto al fuego. La presión turca y qatarí fue clave para que Hamás aceptara el pacto. Actores regionales estiman que solo los ejércitos de Turquía y Egipto tienen la capacidad logística para desplegar efectivos en Gaza.