Este 17 de agosto, más de siete millones de bolivianos están llamados a las urnas para elegir presidente, vicepresidente y a los miembros de la Asamblea Legislativa para el periodo 2025-2030. La cita llega en medio de una crisis económica marcada por la escasez de dólares, la falta de combustible y el encarecimiento de los productos básicos, tras casi dos décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS).
Las encuestas apuntan a una posible segunda vuelta entre el empresario Samuel Doria Medina, de la alianza Unidad, y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga (2001-2002), de la alianza Libre. Ambos encabezan la intención de voto con alrededor del 20 % cada uno, mientras que un 30 % de los electores se declara indeciso o dispuesto a votar en blanco o nulo.
Para la analista política Lily Peñaranda, el próximo gobierno deberá sostenerse sobre “pactos y negociaciones” para garantizar la gobernabilidad. “Las políticas públicas van a tener que ser aplicadas desde la negociación y el pacto, principalmente en torno a la economía, que es la principal razón por la que la gente está buscando a un presidente, un vicepresidente… un equipo que pueda resolver la economía”, explicó.

“L0 importante es el cambio político”
En Artículo14 hemos querido tomar el pulso ciudadano con Gladys, una joven boliviana, confiesa que se siente representada por Jorge Quiroga, “pues se asemeja más a mis ideales políticos. Muestra que quiere realizar un cambio drástico en Bolivia y eso es lo que realmente necesitamos como bolivianos para salir de la crisis económica y política.”. Sin embargo, matiza que, si el ganador fuera Doria Medina, también se sentiría “feliz y representada”, ya que lo importante “en estos momentos” es “el cambio político”.
Esta campaña electoral ha dejado figuras emergentes como el senador Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), quien en su cierre en la localidad cruceña de El Torno prometió la creación del “Salario universal de la mujer” como un reconocimiento al “corazón productivo” del país por el trabajo no remunerado del hogar. “Hoy día la mujer que trabaja, la mujer que emprende, la mujer que cuida, eso en cualquier parte del mundo se reconoce. Por eso, vamos a crear el ‘Salario universal de la mujer’”, declaró.

“El próximo presidente tiene que tener agallas”
La propuesta llega en un año singular: desde 2009 no se vivía una contienda presidencial sin candidatas mujeres. Gladys considera que esta ausencia responde a factores estratégicos y al contexto adverso: “El próximo presidente tiene que tener agallas para enfrentar lo que se viene. El actual gobierno está dejando un desastre político… quizás por eso ninguna candidata mujer ha llegado hasta la recta final”. Aun así, reconoce que “muchas alzan la voz y se hacen escuchar a través de sus redes sociales”.
Otros nombres en la contienda son el oficialista Andrónico Rodríguez, que pasó de ser considerado sucesor de Evo Morales a ser acusado por este de “traición” tras lanzarse por su cuenta, y el veterano Manfred Reyes Villa, tres veces candidato presidencial y recordado por sus mandatos municipales en Cochabamba.
La campaña también ha estado marcada por el enfrentamiento entre Evo Morales y el presidente Luis Arce, una pugna que, para Gladys, es irrelevante en comparación con sus efectos: “Lo que realmente afectan a mi país son ellos, juntos o separados. Desde sus famosas leyes incendiarias hasta que tengo que hacer colas de más de dos horas para cargar combustible… No pierdo la esperanza de que este 17 sigamos los pasos de la Argentina”.

“Reflejan una oportunidad de cambio”
Para el analista Carlos Cordero, los favoritos Doria Medina y Quiroga representan “los viejos partidos” que gobernaron en los noventa, aunque ahora llegarían “con lecciones aprendidas”. Advierte que el electorado “va a generar una nueva lealtad ideológica y política con el Gobierno” si este logra resolver los problemas más urgentes.
La ciudadanía percibe esta elección como un momento bisagra. Gladys lo resume con optimismo: “Siento que reflejan una oportunidad de cambio… La mayoría de bolivianos esperamos unas elecciones limpias y poder tener a una Bolivia democrática”.
En cuatro días, Bolivia decidirá si el ciclo político iniciado en 2006 con el MAS llega a su fin y si el país entra en una nueva etapa marcada por acuerdos amplios, ajustes económicos y, como algunos candidatos proponen, reformas estructurales.