Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y Estados Unidos, Donald Trump, se reunirán “en los próximos días”, ha anunciado el asesor del Kremlin para política internacional, Yuri Ushakov. “La fecha aproximada se ha fijado para la próxima semana, pero las partes están empezando a prepararse para esta importante reunión y es difícil predecir cuántos días llevarán sus preparativos”, ha dicho Ushakov a la agencia oficial TASS.
El diplomático ruso ha subrayado que “el lugar de la reunión también ha sido, en principio, acordado, pero informaremos de ello un poco más tarde”. Asimismo, ha destacado que la propuesta de celebrar una cumbre entre Putin y Trump es de la Casa Blanca, cuyo emisario especial, Steve Witkoff, se reunió este miércoles con el líder ruso en el Kremlin. “Lo importante es que esta reunión sea exitosa y productiva”, ha subrayado Ushakov.
Cabe recordar que esta fue una jornada decisiva para la diplomacia internacional. Putin recibió en el Kremlin a Witkoff en la que fue su quinta reunión desde comienzos de año. El encuentro se desarrolló a pocas horas de que venza el ultimátum impuesto por Trump para que Moscú detenga la guerra en Ucrania.
La cita, que se prolongó por casi tres horas, fue calificada por el Kremlin como “constructiva”, aunque no se han revelado detalles concretos sobre avances hacia un alto el fuego. Poco después, el diario The New York Times informó de que Trump también tiene la intención de reunirse en persona con Putin tan pronto como la próxima semana, y planea dar seguimiento poco después con una reunión entre él mismo, Putin y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. Así se lo habría explicado el propio presidente estadounidense a los líderes europeos durante una llamada este miércoles, los cuales parecieron aceptar el plan de Trump, informa el periódico estadounidense.
Según señaló Ushakov, al terminar el encuentro entre ambos, Putin tiene ya “toda la información” sobre las expectativas de Washington, al haber enviado “ciertas señales” a su homólogo estadounidense y recibido “las señales correspondientes” desde la Casa Blanca. Añadió que la conversación fue “útil y constructiva” y que, además del conflicto en Ucrania, se abordaron temas relacionados con el desarrollo de las relaciones bilaterales entre ambas potencias.

“Son hábiles para eludir las sanciones”
El contexto no podría ser más tenso. El pasado 29 de julio, Donald Trump redujo drásticamente de 50 a 10 días el plazo que había dado a Moscú para aceptar un alto el fuego. “Si llega la fecha límite y Rusia no ha aceptado un alto el fuego, habrá sanciones. Pero (Rusia) parece bastante bueno para evitar las sanciones. Son personas astutas y bastante hábiles para eludirlas“, advirtió el mandatario estadounidense el pasado fin de semana.
De no concretarse un acuerdo que satisfaga a la administración estadounidense, Trump ha amenazado con imponer nuevas sanciones económicas a Rusia y aranceles secundarios a los importadores de petróleo ruso, incluyendo a India y China.
Aunque el Kremlin se ha mostrado dispuesto a dialogar, hasta ahora se ha negado a declarar un alto el fuego. La prensa internacional especula con que Moscú podría aceptar suspender los bombardeos aéreos, pero no las operaciones terrestres en el Donbás y la frontera norte de Ucrania. Una propuesta insuficiente para Washington, que exige un cese completo de las hostilidades como condición básica para evitar represalias económicas.

“Hay inconvenientes”
El recorrido diplomático entre Putin y Witkoff comenzó en febrero, apenas semanas después de la toma de posesión de Trump. En ese primer encuentro, ambos países acordaron iniciar “negociaciones de inmediato” y se logró la liberación del ciudadano estadounidense Marc Fogel, condenado en Rusia. En marzo, discutieron una tregua de 30 días aceptada por Kiev, que Putin condicionó alegando la necesidad de evitar el rearme ucraniano. “Estamos a favor, pero hay inconvenientes”, explicó entonces el líder ruso.
Pese a la aparente voluntad de diálogo, las sucesivas reuniones han evidenciado el estancamiento de las posiciones. En abril, Trump expresó su frustración por la falta de avances, aunque su enviado confió en que habría “una paz permanente” a medio plazo. Las condiciones impuestas por Rusia incluyen, entre otras, la retirada ucraniana de los territorios anexionados y la renuncia de Kiev a ingresar en la OTAN, demandas que Ucrania considera inaceptables.
Desde mayo, Moscú y Kiev han reanudado conversaciones indirectas en Estambul. Aunque estas rondas han servido para canjes de prisioneros y algunos acuerdos humanitarios, están lejos de consolidar un verdadero proceso de paz.

Cuatro años de conflicto
Un aspecto llamativo en todas estas negociaciones es la ausencia de mujeres en las delegaciones diplomáticas de alto nivel. Ni en Moscú ni en Washington se han visto figuras femeninas tomando parte activa en estas conversaciones que podrían definir el futuro de Europa.
Mientras tanto, en Ucrania siguen los combates, en particular en las regiones del Donbás y la frontera norte, mientras la población civil sufre las consecuencias directas de un conflicto que ya lleva tres años y medio.