La cantante catalana Rosalía irrumpió en el universo televisivo de Estados Unidos con una visita prodigiosa al programa The Tonight Show Starring Jimmy Fallon, emitido por la cadena NBC, y puso en escena una mezcla que ya no sorprende pero sí fascina: lecciones de canto al propio Jimmy Fallon, español fluido, tapas de palmas, y un broche de oro con la actuación de su tema La Perla. La visita no solo marca su incursión global tras su última aparición en RTVE, sino que confirma algo más profundo: Rosalía se convierte en portavoz de una nueva tendencia cultural en España, donde el catolicismo, la liturgia y lo sacro reaparecen con una fuerza inesperada.
“Te aman, te amamos”, le dijo el presentador tras los inacabables aplausos. El álbum que promocionaba, LUX —su cuarto disco de estudio— lleva semanas generando discusión: cubierto por una estética de velo, rosario y hábito, rodeado de simbologías religiosas explícitas y, según la crítica internacional, asumiendo una “Catholic Era” del pop contemporáneo.
En paralelo, obras como la película Los domingos, de Alauda Ruiz de Azúa, que aborda la vocación de una joven hacia la clausura, han sido interpretadas como parte de este retorno simbólico al imaginario católico en la cultura popular española.

Lección de voz, español y presencia
La entrevista arrancó con un tramo inusual para una estrella del pop en suelo norteamericano: Rosalía, con la soltura de quien trabaja su instrumento desde los nueve años, enseñó técnica vocal al presentador. “Empecé a tocar la guitarra con nueve años y el piano a los 16”, explicó sin perder fluidez en un inglés perfectamente combinado con español. Le indicó a Fallon cómo afinar la palma rítmica y hasta lo condujo en el estribillo de La Perla. El presentador participó, se atrevió y sorprendentemente salió bien parado.
El presentador se sorprendió de que Rosalía utilizara “tantas referencias clásicas”. “Sí, hay muchas”, contaba ella. “Tenía la idea, estaba segura de ello, me ha costado tres años, pero sí”, reconociendo que se pone nerviosa no tanto cuando lo graba o en el estudio, sino cuando se lo enseña al público. Contó también que ella misma había practicado con algunos instrumentos, pero que su “instrumento principal es la voz”.
“Pero cantas de manera auténtica. No sé cómo lo haces. Eres un fenómeno. Con esto, lo has partido”, la alababa Fallon en el plató, ante los amables agradecimientos de la cantante. “¿Cuál es el secreto?“. Ella le contestó: “¿Quieres aprender? Hay canciones más difíciles que otras, pero te puedo enseñar”. Rosalía obligó al presentador a ponerse en pie y acercarse a ella, porque “la postura es importante”. “Tienes que estar suelto, el cuerpo tiene que estar suelto, y ahora vamos a calentar”, le aconsejaba. Después, empezó a hacer escalas con él y a calentar con los labios.
ROSALÍA teaches Jimmy her vocal exercises before singing a verse of “La Perla” with him 🤍 #ROSALÍAOnFallon #FallonTonight pic.twitter.com/yGTv3Wq4Cu
— The Tonight Show (@FallonTonight) November 17, 2025
La naturalidad con la que Rosalía desliza la voz, sube y baja tonalidades sin esfuerzo alguno, quedó en evidencia cuando Fallon intentó imitarla. Para rematar, le propuso cantar La Perla, uno de los grandes éxitos de Lux. Primero le pidió que pronunciara el título en español; después, que se atreviera a entonarlo. “Vale, pero tienes que soltarte”, bromeó ella entre risas. Le hizo repetir el estribillo hasta tres veces —la última ya con micrófono y el público entregado— en una grabación que, para su fortuna, se había hecho a una hora más amable: alrededor de las cuatro de la tarde.
Rosalía continuó con un juego lingüístico de frases en español: desde “tienes la peluca del revés” en tono seductor a “te quiero comer la boca” en modo irónico-desconcertante, pasando por “dame la mantequilla de cacahuete, quiero bailar”. El gesto —divertido, curioso— habla de otra dimensión de su presencia: la artista canta, habla, propone y domina su idioma y el otro, y lo convierte en parte de la performance mediática.
“Cantas en 13 idiomas. ¡13 idiomas! ¿Cuántos idiomas hablas?”, le preguntó. “Hablo catalán, que es el idioma de mi madre, español y un poco de inglés”, relataba la artista, efectivamente en inglés. Entonces, ¿por qué intentarlo con todos esos? “Porque me encanta aprender. Quería aprender distintos idiomas. Practico con Duolingo. Y quiero hacer más, así que mientras decidía cómo era el concepto, aprendía de culturas, de espiritualidad… de todo el mundo”, relató, explicando cómo estudió hagiografías y “a muchas mujeres de todo el mundo”, y las colocó en un mapa. “Dependiendo de la historia que quisiera contar, lo hacía en un idioma u otro. ¡He usado tanto Google Translate!”, confesaba entre risas de ambos. “Y luego escribía 20 opciones distintas de versos, las mandaba a un traductor adecuado, las traía de vuelta, cambiaba cosas, grababa, las mandaba a que corrigieran la pronunciación…”.
Actuación con censura y liturgia pop
El colofón fue la interpretación en directo de La Perla, tema que, según rumores, remite a su ex pareja Rauw Alejandro y para la que usó su supuesto vestido de novia. Con puesta en escena cuidada, Rosalía transformó el plató en espacio ritual, en cruce entre la canción pop y el canto litúrgico. Pero incluso ese momento sufrió un guiño a la normativa televisiva: en el verso “medalla olímpica de oro al más cabrón”, la palabra “cabrón” fue censurada con un pitido. Rosalía extrajo una pequeña perla de entre la pila de colchones, en alusión al cuento La princesa y el guisante.
La visita al show de Fallon no es solo un paso más en su estrategia de conquista global; es la publicación mediática clara de una artista que lleva al mainstream temáticas y estéticas poco habituales en el pop comercial. Y lo hace en un contexto cultural en el que la religión y lo espiritual están resurgiendo como elementos simbólicos potentes.
Rosalía y su equipo parecen operar desde la tensión, no desde el dogma. Al enseñar a Fallon a cantar, al mezclar idiomas, al fusionar ópera, flamenco, rumba y pop, al plantear en sus letras “Dios es un stalker” o “Mío Cristo llora diamantes”, está reimaginando lo sagrado, lo femenino, lo divino y lo humano. “¡Y así es como se hace!, coreó Jimmy Fallon. “¡Rosalía! ¡Lux ya está a la venta!”.


