The Economist, una de los diarios internacionales más influyentes del ámbito económico y político, ha abordado recientemente la situación crítica de Pedro Sánchez, con un artículo titulado: “Pedro Sánchez is fighting for his political life” (“Pedro Sánchez lucha por su vida política”). Publicado el 26 de julio, el texto ofrece una mirada contundente sobre el futuro inmediato del líder socialista, en el contexto de la serie de escándalos de corrupción que están sacudiendo al Ejecutivo español.
Aunque The Economist es conocido por su estilo sobrio, liberal y pro-mercado, en esta ocasión el tono del artículo es marcadamente escéptico hacia Sánchez, si bien mantiene una distancia crítica hacia todos los actores políticos implicados. No se trata de una crítica airada ni ideológica, sino de una evaluación quirúrgica, de un gobierno que consideran agotado y atrapado por sus contradicciones.

Un verano caliente para Moncloa
El artículo arranca con una frase que marca el tono de resignación que atraviesa todo el análisis: “Mientras los españoles se van de vacaciones de verano, Pedro Sánchez debe estar respirando aliviado“. Y es que parece que es así, Sánchez aguanta, y aguantará todo lo que sea posible, como él mismo dijo y así lo recoge el periódico: “No va a tirar la toalla”. La sorpresa para los británicos es que “ni su partido, ni sus socios le fuerzan a hacerlo”.
El texto subraya que Sánchez ofreció “abundantes disculpas” tras el encarcelamiento de Cerdán, acusado de aceptar sobornos por más de 600.000 euros. El hecho de que tanto Cerdán como Ábalos fueran sus “solucionadores políticos cuidadosamente seleccionados” no hace sino reforzar la imagen de un presidente cuya autoridad y criterio están siendo severamente cuestionados. La mención a que “ahora vive con los días contados, a merced de los acontecimientos” no deja lugar a dudas: The Economist considera que el poder de Sánchez pende de un hilo.

“El Gobierno es un pato cojo”
En el texto no hay dramatismo sensacionalista, pero sí una construcción narrativa que conduce al lector hacia la conclusión de que el Ejecutivo de Sánchez está en una fase terminal. La expresión “el Gobierno es un pato cojo”, atribuida a un socialista senior, deja claro que incluso dentro del PSOE se percibe el agotamiento político.
Uno de los elementos más interesantes del análisis es cómo el texto entrelaza la dimensión interna y la internacional del declive de Sánchez. Aunque se reconocen sus logros –como haber guiado a España durante la pandemia y haber mantenido un crecimiento superior a la media europea–, el artículo insiste en que “la situación se ha complicado mucho desde que Sánchez convocó y perdió unas elecciones anticipadas en julio de 2023″. Desde entonces, el líder socialista no ha conseguido aprobar los presupuestos, ha aplazado reformas clave y ha tenido que ceder ante sus aliados parlamentarios, debilitando su credibilidad.
Un precio político desproporcionado
Uno de los puntos centrales del artículo es la amnistía a los independentistas catalanes, que The Economist describe como “una amnistía generalizada”. Aunque reconoce que esta medida ha contribuido a calmar Cataluña, el medio señala el fuerte rechazo tanto dentro como fuera de España. El hecho de que un abogado de la Comisión Europea haya calificado la amnistía como “una autoamnistía” incompatible con los valores europeos pone en duda su legitimidad.
El análisis es claro: la ley de amnistía es la única legislación de calado que Sánchez ha logrado sacar adelante en casi dos años, un símbolo de su debilidad legislativa. El tono general sugiere que ha pagado un precio político desproporcionado para mantener una coalición cada vez más ingobernable.
Sánchez ha insistido en la existencia de una estrategia de “lawfare” en su contra, orquestada por sectores conservadores del poder judicial y mediático. Aunque The Economist reconoce que algunas de las acusaciones contra su esposa y el fiscal general “realmente parecen poco sólidas”, matiza que los informes policiales contra sus colaboradores más cercanos “han minado este argumento”. La frase es deliberadamente escéptica, indicando que el discurso del acoso judicial ya no resulta tan creíble a ojos de la opinión pública, ni tampoco del propio medio británico.

Un líder sin alternativa ni margen de maniobra
La descripción de Sánchez como un líder hiperpoderoso y, a la vez, totalmente aislado, es una de las imágenes más potentes del artículo: “El Gobierno es él, el partido es él y España es él”, afirma Fernando Vallespín, citado por el texto. Esta concentración de poder personalista implica que cualquier ataque o escándalo termina golpeando directamente a su figura.
El texto también se adentra en las posibles salidas: un presupuesto populista en otoño, un adelanto electoral, o simplemente la resistencia hasta 2027. Pero advierte que “dos años más de parálisis política frustrarían a los españoles. Y el principal beneficiario podría ser Vox“. El riesgo, según The Economist, es que el desgaste de Sánchez termine fortaleciendo precisamente a la extrema derecha que tanto dice combatir.
Aunque el artículo no llega a pedir su dimisión, el mensaje implícito es claro: el desgaste es profundo, la gobernabilidad está en cuestión, y la extrema derecha crece.