Presuntos maltratadores, agresores y acosadores sexuales pasean por las universidades ante la tardía o “inexistente” actuación de las instituciones. Recordamos los casos más recientes.
Inicia el curso académico para las universidades españolas. Alumnas y alumnos de todo el país pueden acudir a la lección inaugural, que suelen servir para presentar y reconocer a nuevos profesores en una universidad y también para reflexionar sobre el futuro de la educación. Es algo así como una primera toma de contacto para los alumnos de primer curso con quienes serán los encargados de aportarles las enseñanzas pertinentes- en todos los sentidos de la palabra- durante sus próximos años de formación.
Las lecciones inaugurales las suele presentar profesores catedráticos destacados o reconocidos en diversas áreas de conocimiento. Eso es lo normal, que sepamos. Lo anormal sería, por ejemplo, que ese catedrático “de reconocido prestigio” a cargo de dar una lección inaugural fuese un presunto maltratador de mujeres. La conclusión de por qué es anormal que una persona acusada e investigada por un delito de maltrato continuado contra su mujer pueda dar lecciones magistrales a nadie la sacan ustedes mismos.
Banalizar la cultura machista en las universidades
La cosa es que Universidad de Alicante (UA) este año se ha decantado por la anormalidad y ha subido al escenario del Paraninfo el señor catedrático de Derecho Procesal José María Asencio Mellado, investigado por la justicia por presuntos delitos de violencia sobre la mujer. La denuncia la interpuso su exmujer, profesora también en el misma universidad.
Este hecho, que ha sido criticado por la ministra de Universidades, Diana Morant – y que canceló su asistencia al acto en el momento en el que tuvo conocimiento de las acusaciones que pesan sobre el catedrático- no ha sido, si quiera cuestionado por la propia Universidad. En declaraciones a La Ser reconocieron que “tenían conocimiento de la situación procesal” del señor Asencio Mellado pero que decidieron mantener la decisión del “Consejo de Gobierno de la UA siguiendo el protocolo universitario y puesto que le corresponde por turno y al ser el catedrático de mayor edad”.
“Cultura machista interiorizada y aceptada por quienes deberían velar por las víctimas”
“Esta decisión es solo un ejemplo de la cultura machista interiorizada y aceptada por quienes deberían, se supone, velar por la seguridad de los alumnos”, reflexiona Paula Martin, politóloga y doctora en Estudios de Género de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Ella, a quien hemos entrevistado y con quien hemos reflexionado sobre el tabú del acoso sexual en las universidades españolas, ha investigado el acoso sexual sufrido por “decenas de alumnas” en la UCM. Pero es “plenamente consciente” de que su investigación es “solo la punta del iceberg” de una realidad que este año se ha puesto en evidencia en hasta 3 universidades públicas: Universidad de Barcelona (UB), Universidad de La Laguna (ULL) y, la ya citada, Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Y resulta ser que, en casi todos los casos, las Universidades actuaron frente a los presuntos acosadores sexuales gracias a las víctimas y compañeras que, desde el anonimato, acabaron acudiendo a los medios de comunicación. “Esa es la realidad a la que nos enfrentamos. Los medios son la última vía para las víctimas. Pero al final, a veces parece ser la única forma para que las universidades actúen. Aquí te dicen que sigas los cauces legales y administrativos para poner una denuncia, pero luego cuando lo sigues no ocurre nada. Las universidades solo actúan cuando su prestigio está en juego”, insiste la doctorada.

La Complutense: el caso de Juan Carlos Monedero
20 de febrero. La prensa se hace eco de lo que entre los pasillos de la Complutense “llevaba años” resonando: Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos y profesor (entonces) de la Facultad de Ciencias Políticas, podría ser un acosador sexual.
La UCM abre un expediente de información tras recibir una denuncia sobre un posible caso de acoso sexual de una alumna, así lo adelantó El País y se confirmó por la misma Universidad poco después. A su vez, el cofundador de Podemos, afirmó que llevaba “doce años sufriendo denuncias falsas” por “rumores” orquestados “para hacerle daño” y que no le parecía “justo” verse salpicado por acusaciones de presunto acoso sexual.
Seis días más tarde (seis) se le apartó de la docencia “hasta nuevo aviso”. Bueno, pues ese “hasta nuevo aviso”, se mantiene. Más de medio año después.
La de La Laguna: señalada gracias a la denuncia viral de una exalumna
“Una institución donde el miedo, el abuso, el acoso, las amenazas y las humillaciones van incluidas en la matrícula”, así es como describía Lucía Rodríguez la Universidad de La Laguna (ULL). Fue alumna en el grado de periodismo y se hizo viral en redes sociales por recopilar en un vídeo los casos de tres docentes.
La ULL, que asegura “estar del lado de las víctimas”, ha permitido que Juan Pablo del Río Disdier, profesor de Economía Aplicada en el grado de Periodismo en la Universidad de la Laguna, en Tenerife, pueda seguir ejerciendo su profesión a pesar de haber acosado a, al menos, una alumna del grado de Periodismo.
El profesor le había mandado más de 80 correos electrónicos a través de la plataforma de la universidad en apenas dos meses- todos ellos con mensajes inapropiados y lejos del ámbito académico- y llegó a presentarse en las inmediaciones de la casa de la víctima. También le envió postales y cartas a casa. Ella no respondió a ninguno de los mensajes.
La víctima denunció al docente. Siguió todos los “protocolos” e, incluso, la denuncia la llevo a juicio. Pero la ULL dejó pasar el tiempo sin hacer nada por la víctima. A Disder se le abrió un expediente que dejaron caducar. “Por tanto, no fue posible la sanción. En aquel momento hubo un problema formal de la universidad según dijo la jueza”, así lo confirmó Francisco J. García, rector de la ULL, a Artículo14.
Todo esto lo dejaron “pasar” a pesar de que ese mismo año (2017) también se había conocido que en los mismos pasillos donde uno acosaba a una alumna, otro profesor, Pedro José Domínguez (de Filología Inglesa) agredía sexualmente a otras. Domínguez finalmente fue condenado por 7 delitos de agresión sexual cometidos entre marzo de 2014 y diciembre de 2017. Este último si fue expedientado por la ULL.
¿Un docente agresor sexual en las aulas y dejan “pasar” un expediente sancionador a un acosador (ahora confeso)? “Es un claro ejemplo de cómo, sin perspectiva de género que nos ayude a erradicar la violencia machista en la universidad, todo se mantiene igual”, nos recuerda Martínez Peláez.
La de Barcelona: investigación conjunta de varios medios de comunicación
También la Universidad de Barcelona (UB) ha sido noticia este año: suspendió cautelarmente de sus funciones al catedrático emérito Ramón Flecha, sociólogo autodenominado ‘especialista en violencia de género’ en redes sociales, al ser acusado por más de una veintena de alumnas y compañeras de acoso sexual.
En una investigación conjunta de RTVE, Ràdio 4-RNE, elDiario.es e InfoLibre, al menos 24 mujeres denunciaron lo que habían vivido a lo largo de tres décadas con Flecha: conductas sexuales inapropiadas, vejaciones e intimidación. De esa veintena, 11 presentaron una denuncia formal contra el catedrático.
Según las víctimas, Flecha aprovechaba su superioridad para tener relaciones sexuales con las becarias de su unidad durante los años en que fue director del grupo de investigación CREA (Community of Researchers on Excellence for All). Eso fue hasta el año 2006, que dejó la dirección (asumida en los años 90). Entonces, fue denunciado por varias mujeres pero el caso quedó archivado. Y la UB tampoco actuó de manera interna.
A la UB le hicieron falta al menos dos décadas y una decena de víctimas más, que sepamos, para que este presunto acosador sexual – que negó los hechos y dijo ser víctima de una “campaña de difamación”– fuese suspendido cautelarmente de sus funciones.
Si algo de lo que has leído te ha removido o sospechas que alguien de tu entorno puede estar en una relación de violencia puedes llamar al 016, el teléfono que atiende a las víctimas de todas las violencias machistas. Es gratuito, accesible para personas con discapacidad auditiva o de habla y atiende en 53 idiomas. No deja rastro en la factura, pero debes borrar la llamada del terminal telefónico. También puedes ponerte en contacto a través del correo 016-online@igualdad.gob.es o por WhatsApp en el número 600 000 016. No estás sola.