La carrera hacia los Globos de Oro de 2026 ha comenzado y Sirat, el nuevo trabajo de Oliver Laxe y película representante de España en los próximos Oscar, prolonga su trayectoria imparable. Después de hacer historia para el cine español al lograr el premio del jurado en Cannes y convertirse en la candidata española a los Óscar, la película amplía ahora su horizonte internacional con dos nominaciones a los Globos, anunciadas este lunes. Protagonizada por Sergi López, Sirat competirá por un Globo de Oro a mejor película internacional y mejor música.
En la primera categoría, el filme se medirá a producciones de enorme peso como The Secret Agent (Brasil), encabezada por Wagner Moura; It Was Just An Accident, del iraní Jafar Panahi, ganadora de la Palma de Oro; The Voice of Hind Rajab, un drama tunecino que emocionó a Venecia con una ovación de 24 minutos; No Other Choice, del surcoreano Park Chan-wook; y Sentimental Value (Noruega), otro de los grandes títulos europeos del año. La nominación confirma que la película de Laxe, con su existencialismo y falta de rigor formal, ha conseguido atravesar el filtro de unos premios históricamente más sensibles al glamour que a la autoría.
En dirección, el abanico es igualmente contundente ya que compiten Guillermo del Toro con su anhelada Frankenstein, Paul Thomas Anderson con One Battle After Another, Ryan Coogler (Sinners), Joachim Trier (Sentimental Value), Chloé Zhao (Hamnet) y el propio Panahi. En interpretación, los votantes han desplegado una lista extensa, catorce categorías, en la que destacan nombres como Jessie Buckley y Paul Mescal (Hamnet), Renate Reinsve y Elle Fanning (Sentimental Value), Jennifer Lawrence (Die, My Love), Leonardo DiCaprio (One Battle After Another) o Emma Stone (Bugonia)
En televisión, The Pitt y The Studio dominan las nominaciones, en drama y comedia respectivamente. En miniserie, Adolescence compite con The Beast in Me y The Girlfriend. La cosecha, sobre el papel, parece sólida. Pero a medida que se examinan las ausencias, los equilibrios y las nominaciones inesperadas, reaparece la sensación familiar de que los Globos continúan fieles a sí mismos apostando por rostros populares aunque los proyectos que los contienen pasen inadvertidos o reciban críticas tibias.

El brillo por encima de la sustancia
La omisión más significativa del año confirma esa tradición porque la cinta Wicked: For Good, uno de los estrenos más esperados de la temporada, no ha logrado pasar el corte en mejor comedia o musical. La paradoja es que sus dos estrellas, Cynthia Erivo y Ariana Grande, sí han sido nominadas en los apartados interpretativos. La inconsistencia es evidente porque la organización “olvida” la película, pero se asegura la presencia de dos de las artistas más fotografiadas en la alfombra roja.
Algo parecido sucede con Sing Sing Sung. El filme queda fuera de su categoría natural, pero Kate Hudson aparece nominada. El gesto recuerda a un viejo clásico de los Globos cuando la célebre candidatura de Johnny Depp y Angelina Jolie por The Tourist provocó las risas al escucharse, una decisión que en su momento fue interpretada como un guiño a la fama más que a la calidad. La nominación de Julia Roberts por After the Hunt, mal recibida en Venecia sigue esa misma línea de votar donde el nombre pesa más que la acogida real de la película que lo acompaña que ha sido el gran fracaso de Amazon este año.
Las sorpresas abundan. Glenn Powell obtiene candidatura por la comedia Chad Powers; Natasha Lyonne repite nominación por Poker Face pese a que la serie ha sido cancelada; Rhea Seehorn logra al fin un reconocimiento largamente debido, esta vez por Pluribus; y Dwayne Johnson, se cuela con The Smashing Machine, superando a aspirantes como Brendan Fraiser por Rental Family con más visibilidad en la conversación entre los críticos.

Una de las ausencias más comentadas es la de Gwyneth Paltrow que no consigue nominación por su regreso en Marty Supreme; o la tercera entrega de James Cameron, Avatar: Fire and Ash, que se queda fuera de mejor película dramática aunque recibe una candidatura por su “logro de taquilla”, un premio paradójico, ya que la película ni siquiera se ha estrenado. Los Globos ya habían coqueteado antes con esta categoría híbrida, pero incluir una película inédita vuelve a poner en duda los criterios de la organización.
En comedia y musical, No Other Choice, de Park Chan-wook, consigue colarse en una categoría en la que no abundan los títulos en lengua no inglesa, mientras que Nouvelle Vague se impone sobre candidatos de mayor presupuesto. En televisión, The Gilded Age y Stranger Things se quedan fuera, algo llamativo en dos series que tradicionalmente habían recibido buena acogida.

Un premio que no termina de reinventarse
A pesar de las promesas de transparencia y renovación, los Globos vuelven a mostrar el mismo patrón con un desequilibrio entre diversidad y calidad y la necesidad de alimentar la maquinaria mediática global. Al menos Sirat consigue abrir la lata en autenticidad dentro una lista de nominados dominada por estrategias promocionales y decisiones que responden más al brillo del nombre que al peso artístico de la obra.
Comienza así una temporada en la que Sirat, junto con Sentimental Value, One Battle After Another y Sinners, se perfila como una de los protagonistas.

